En un inocente capricho, Belle ha desobedecido las órdenes de su empleador y amo, Rumplestiltskin. Y con ello, las manecillas del amor y la pasión han comenzado a moverse en un peligroso hechizo, del cuál sólo tienen tres noches para romperlo. Sin e...
DISCLAIMER: ninguno de los personajes ni la serie me pertenece, así como las lyrics. Rumplestiltskin x Belle. Puede contener escenas fuertes, dearies.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Three night spell: Hechizo de tres noches"
Arte por themightyrumbeller
How come I must know
where obsession needs to go?
How come I must know
where the passion hides its feelings?
"Obssesion" —Yuki Kajiura
Capítulo 9
Rumplestiltskin sintió su miembro hinchado y adolorido, pero su mente había recobrado completamente el sentido. Al final, terminó por asistir a Belle en su propia búsqueda de placer, antes que la excitación acumulada en él le hiciera perder la cordura. Se sintió tentado a imitar lo que su doncella hizo con su cuerpo. Podría frotarse para aliviar su propio dolor y ella no lo notaría pero no debía, o el hechizo seguiría sin romperse. Mientras sólo uno de los dos alcanzara el placer en la cama, éste todavía podría romperse. Por eso colocó anteriormente el incienso, para que su doncella se quedara dormida al finalizar. No era simple amabilidad o cortesía, sino precaución. Desde que su doncella era apenas una iniciada en la búsqueda del placer carnal y se encontraba bajo los efectos del hechizo, temía el resultado. Él conocía bastante bien su propio demonio de la lujuria pero ella era impredecible. Así que de forma sutil encontró una manera de inducirla en un sueño profundo al finalizar su labor.
Rumplestiltskin se permitió contemplar a su doncella dormida. Yacía plácidamente sobre su regazo, con la respiración acompasada y la calma serena de un ángel reflejada en la cara. Fácilmente podía haber yacido íntimamente con ella y habría caído dormida de igual forma debido al cansancio del trabajo de su cuerpo sobre el suyo... Tonterías. Rumplestiltskin despejó la idea de su mente. Jamás se permitiría llegar tan lejos.
Fue tiempo de encender las otras dos varas de incienso. Sin necesidad de incorporarse, las prendió en un ademán con su mano. Él también necesitaba dormir. A sabiendas de que en esta ocasión Belle se quedaría dormida en su habitación, trabajó en una forma de inducirse el sueño por él mismo sin necesidad de magia directa. Fue en lo que estuvo ocupado todo el día y no había aparecido ante su doncella hasta conseguirlo. Fabricó un incienso especial, uno suficiente poderoso para que incluso El Oscuro sucumbiera ante el mundo de Orfeo, permitiéndole escapar de las tentaciones de Eros. Sí, podía enviarla de nuevo a su habitación con magia pero, ¿para qué tomarse molestias cuando podía disfrutar la compañía de la bella dama en la cama? No había tenido compañía femenina desde cientos de años atrás y en el fondo sabía aquello era lo máximo que se podía permitir.
Belle tardó en desperezarse. El canto de las aves le indicó que ya había amanecido. Sin embargo el sonido por sí mismo era extraño. Su habitación del castillo, al encontrarse en una de las torres, estaba muy elevada sobre la copa de los árboles por lo que el sonido de las aves siempre llegaba muy disperso y quedo. Después de unos momentos recordó dónde se encontraba. Inquieta e intrigada, abrió los ojos. La cama se encontraba demasiado acogedora para querer abandonarla. Movió lentamente los dedos de su mano, la cual se encontraba sobre el espacio vacío del lado derecho de la cama, como si estuviera abrazando un amante invisible. Sin embargo, las sábanas se encontraban tibias y el olor a otoño delataba la identidad de quién previamente había ocupado aquél lugar.
