En un inocente capricho, Belle ha desobedecido las órdenes de su empleador y amo, Rumplestiltskin. Y con ello, las manecillas del amor y la pasión han comenzado a moverse en un peligroso hechizo, del cuál sólo tienen tres noches para romperlo. Sin e...
DISCLAIMER: ninguno de los personajes ni la serie me pertenece, así como las lyrics. Rumplestiltskin x Belle. Puede contener escenas fuertes, dearies.
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"Three night spell: Hechizo de tres noches"
Arte por themightyrumbeller
I'm a princess cut from marble, smoother than a storm.
And the scars that mark my body, they're silver and gold
"Yellow Flicker Beat"—Lorde
Capítulo 13
—Necesito forzar un heredero en ti.
Belle forcejeó inútilmente, tratando de escapar de su fornido captor. La tuvo sometida, bocabajo, incapacitándola de hacer cualquier movimiento con una sola mano. Su fuerza era considerable, ejercida por aquellos firmes músculos que habría considerado deleitable cualquier dama fuera de esas circunstancias.
Gastón sacudió violentamente el cuerpo de Belle, obligándola a regresar bocabajo cada vez que ésta intentaba voltearse para escapar. La tomó del hombro bruscamente, rasgándole el vestido azul a propósito, en un ataque de rabia.
—¡Deja de moverte, carajo!
El moreno intentó pasar su mano libre por su seno que quedó seductoramente descubierto, pero Belle apoyó todo su pecho contra la cama logrando impedirle el contacto con el antebrazo. Gastón aprovechó el momento de quietud de Belle, consiguiendo hábilmente deshacerse de sus calzas con una sola mano y dejando su miembro masculino libre. Levantó la falda a Belle, dejando las blancas piernas de ésta al descubierto.
—¡No! —Belle gritó desde el hondo de sus pulmones, intentando detener su ataque.
Gastón colocó su rostro sobre la nuca de Belle, aspirando su aroma a mujer y probando su piel. Su lengua lamió la piel de ella, lujuriosamente, como un animal sin sutileza. Rasgó más la tela del vestido, dejando su blanca espalda al descubierto. Belle se estremeció al sentir la mezcla del aire frío con el calor que emanaba el cuerpo de su agresor.
Sin poder resistirlo más, las lágrimas brotaron en Belle, pero eran lágrimas de frustración. Odió su género más que nunca en ese momento. ¿Por qué los hombres podían abusar de ella como les diera su gana? ¿Por qué su fuerza tenía que ser menor que la de ellos? Quién fuera que destinó las reglas del juego de los sexos lo maldijo, sin importarle que aquello fuera una blasfemia.
Belle se sujetó a las sábanas, clavando las uñas en el colchón. No deseaba ser violada ahí, por él, ese hombre que solo buscaría su placer propio. Se vio casada con él, condenada al presente sufrimiento y agonía por el resto de su vida. Por los cielos, que si estaba a punto de perder verdaderamente su virginidad, hubiera deseado perderla primero con él, quedándose con el recuerdo de la esencia del otoño en su piel. Y entonces, se dio cuenta. Rumplestilskin no le había robado su destino, sino salvado de él.
