✦ DÍA 26 - CAPÍTULO 1 ✦

7.8K 762 112
                                    

El gran día llegó raudo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El gran día llegó raudo. Ajenos al sol que se alzaba con timidez en el horizonte, también se levantaron los niños que habitaban en la oscuridad de El Refugio. Alrededor de una centena de pequeños caminaban por los pasillos de la fortaleza subterránea; cargaban con sus mochilas y sus bolsos, listos para partir por la noche.

Las habitaciones las cerraron temprano como medida de seguridad para que nadie se quedara atrás. Se verían obligados a pasar las largas horas de la tarde entre el comedor, el hall, pasillos, baños y el gimnasio.

Durante el desayuno casi no hubo murmullos ni risas. Por primera vez en mucho tiempo en El Refugio reinaba el silencio, quizás era el modo que los pequeños habían escogido para decirle adiós a su hogar. Era una despedida temporal, aunque dolorosa. Muchos de ellos jamás habían salido de la fortaleza y apenas si recordaban cómo se veía el exterior. Solo conocían los peligros que acechaban fuera, aquellos de los cuales siempre habían estado protegidos.

Irina también cargaba con sus pertenencias, que eran muchas más que las de los pequeños. Había pasado toda la semana armando y desarmando su equipaje. Siempre encontraba algo más, un objeto importante o una prenda que quería lucir pronto. Además, las ansias la llevaron a abrigarse como si viajase al Polo Sur. Como ya no le entraban cosas en los bolsos, se había colocado tanta ropa que parecía una cebolla por la ridícula cantidad de capas de tela que llevaba sobre el cuerpo.

Delfina, por el contrario, no llevaba casi nada. Se había puesto sandalias porque sabía que sus pies se lastimarían si caminaba descalza por el túnel toda la noche. Usaba uno de sus vestidos de verano y cargaba apenas una canasta de mimbre con dos cambios de ropa.

Terminado el desayuno, el equipaje fue abandonado en el gimnasio que era espacioso y quedaba bastante cerca del túnel.

Estaban listos.

Solo faltaba esperar a Anahí.

—Brindemos —sugirió Lucio cuando bajaron a almorzar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Brindemos —sugirió Lucio cuando bajaron a almorzar.

Anahí le clavó la mirada, preguntándole en silencio cuál era el motivo.

—Es mi cábala —agregó él a modo de explicación—. Cuando estoy por hacer algo que puede salir mal, me gusta beber una copa de vino para alejar las preocupaciones. —Sonrió.

Purgatorio (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora