Capitulo 26.

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Gracias por el apoyo!

Guillermo no tenía ganas de levantarse, o más bien, quería levantarse pero no podía.

Le dolía la cabeza y aún tenía la férula en la pierna.

Tomo su teléfono de la mesita de noche y le mandó un mensaje a Samuel.

• Buenos días, príncipe durmiente... •

Espero a que Samuel llegará, pero pasaron minutos y no llego.

Guille no tuvo otra opción más que mandarle un mensaje, pero esta vez a Alejandro, para que lo ayudara a levantarse y pudiera llevarlo a la cocina para desayunar.

Mandando el mensaje a su amigo, fue cuando reparó en la hora que era.

Apenas estaba amaneciendo. El reloj de su móvil marcaban las diez menos seis de la mañana y supo entonces que todos seguirían durmiendo.

Para el, y para toda esta ciudad, era normal levantarse a tan temprana hora.

Decidió que prender el televisor y mirar las noticias sería una buena idea para no aburrirse mientras esperaba a que todos se despertaran.

•••

Samuel estaba acostado en la cama, la misma que tenía que compartir en el mismo cuarto que su "querido" amigo Frank; y decía querido por que el tío lo había despertado con temendros ronquidos de vaca.

Fijó en que eran las seis y media de la mañana. Se levantó de la cama para ir a lavarse la cara al lavabo.

Tenía que ir a visitar a Guillermo, pues ahora mismo se encontraba confundido y quería tener al menor para que aclarara sus dudas.

Camino por entré las habitaciones, sin saber muy bien a cual entrar; escucho que de un cuarto salían sonidos y supo que aquel sería el de Guillermo.

- Buenos días chiqui. - saludo, mientras corría para sentarse cuidadosamente sobre la cama de este.

Guillermo seguía desmejorado, aún tenía las ojeras muy marcadas y, al haber perdido mucho peso, estaba muy delgado.

- Buenos días. - saludo el menor.

Samuel no sabía que hacer.
¿Acercarse y besarlo? ¿Abrazarlo?

Se acercó lentamente y junto sus labios con los del otro chico. Un simple beso de siete segundos, sólo un beso de saludo, nada más.

Para Samuel, que lo sintió como cualquier cosa; pero Guillermo desfalleció completamente.

Sentir los labios de Sam sobre los suyos había sido un delirio. Uno nunca sabe cuanto necesita algo, hasta que lo logra tener, y así fue ese simple beso.

•••

Alejandro seguía dormido cuando sintió la cama hundirse a su lado.

Ni se inmuto, en verdad quería seguir durmiendo y no levantarse hasta dentro de mil años, pero alguien decidió que no sería así.

Sintió que unos labios dejaban un camino de besos por todo su cuello, para llegar a subir a su mejilla y luego hasta sus labios. En todo momento no abrió los ojos, no por que estuviera cansado, que si lo estaba, si no por que disfrutaba de aquella sensación.

Cuando por fin tuvo la fuerza suficiente para abrir los párpados, se encontró con un Frank rebosante de alegría.

- Te levantaría todas las mañanas así, si viviéramos juntos. - le dijo el chico de cabello negro.

Alejandro soltó una risita nerviosa y volvió a besar a su novio.

Tenían tiempo, desde que llegaron a Los Ángeles, sin estar juntos, solos.
Alex le contó a su novio que sería buena idea vestirse e ir a dar un paseo por la playa.

Ambos de pusieron la ropa más cómoda y más fresca que encontraron en el closet de ropa vieja de Guillermo.

Salieron de casa sin importar que no le habían avisado a los otros dos, ya se encargaría Frank de enviarles un mensaje.

Iban tomados de la mano. A ninguno de los dos les molestaba que alguien los miraba, es más, cuando alguna mirada de alguna persona que pasaba por un lado suyo, se fijaba en sus manos unidas, Alejandro depositaba un beso en la mejilla de su amado.

Miraba el océano y el diminuto sol de la mañana reflejarse en aquella inmensidad azul. Todo era maravilloso.

El estar juntos en aquel paraíso, el poder tocarse mutuamente, el poder decirse cuanto se amaban sin que nadie los criticara.

Pero no todo siempre es color de rosa, siempre está la mancha negra que no se puede borrar de nuestros jeans favoritos y que resulta una enorme molestia.

Mientras intentaban tomarse una foto juntos frente al mar, Alejandro escucho un grito proveniente de una aglomeración de gente.

Al principio no estaba seguro que lo llamarán a el, pero después, cuando supo de quien era aquella voz gritona, se congeló.

Un sudor frío comenzó a recorrer por su espalda, a pesar de que minutos antes se había estado quejando por el calor hartante que hacia.

- ¿Lo conoces? - Frank tuvo que preguntar aquello en un susurro casi inaudible.

Un chico rubio se acercaba corriendo hasta donde estaban ellos parados. Frank sintió como el agarre de la mano de su novio se hacía más fuerte, también pudo sentir el sudor que se formó en las mismas.

Volteo para mirar a Alex, este estaba tragando saliva. Iba a preguntar que pasaba cuando el ojiverde por fin se acercó.

- ¿Cómo has estado tío? Creí que habías vuelto a España. - dijo el chico contento.

Miro el agarre de las manos de los chicos y Frank se revolvió incómodo.
Alejandro por su parte no podía decir nada, estaba mudo.
Intentó articular palabra pero le era difícil.

- Si, yo...yo tuve que regresar, mi amigo tuvo un accidente y... - no término la frase, simplemente sus nervios lo habían traicionado.

- Espero que tu amigo esté bien; soy un grosero de los cojones, soy Rubén. - dijo, mientras le ofrecía su mano a Frank.

Frank tomó la mano del joven de ojos verdes y lo saludo.
¿ De dónde mierda se conocían?

Alejandro tendría que explicarle todo, e iba a darle una explicación con lujo de detalles.

•••••••••••••

Que decirles... Están apoyando demasiado a la historia, y eso me encantaaaaa!
Es la primera vez que subo algo y tiene tanta atención del público, me vais a hacer llorar xD
Una cosa más, público más temprano (acá en México son las 11 de la mañana ahreee) por que puede que los siguientes días no publique, por que estaré ocupada con exámenes y esas cosas, así que sí apoyáis este capítulo, os subo uno nuevo por la noche :)

Muchas gracias por todo y los amo demasiado:3

SPAM: Síganme en Twitter, en donde público muchas tonterías del fandom y cosas más salseantes xD @abbey_listing :)

Perfect Match  ∞ Wigetta & Staxxby. {Editando.}Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt