Capitulo 14.

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Samuel.

Los señores del wifi nos habían dado largas y vendrían a instalarlo de nuevo hasta dentro de dos días. Y es que me cagaba en Frank y su manera de olvidar las cosas.


Además estaba la cosa de que ahora el tío ganaría lo que a mí me costaba ganar en un mes solo haciendo el idiota junto a un hermano que yo no recordaba que él tuviera.
Estaba intentando olvidar todo. Olvidar que Guillermo está en una crisis personal y que no quería hablar con nadie. Olvidar además que por no tener internet y no haber mandado un estudio económico de Madrid me había despedido del trabajo.


Estaba harto de todo y lo único que me tranquilizaba era estar en la casa del hermano de Frank.
Una casa con los lujos que yo nunca había tenido y que nunca tendré.
Enrique nos había invitado a ambos a cenar.
Frank me había prometido contarle a su hermano mi situación y ver si podía conseguirme un trabajo.

La cena fue tranquila. Nos habían servido una lasaña y nos habían dado una copa del mejor vino tinto.
Benditos sean los famosos y su buen gusto en comida y bebida.
Frank había hecho lo que me había prometido. Enrique dijo que buscaría algo y mañana me avisaría.
Nos quedamos a dormir en su casa, pero yo tenía otra cosa que hacer.

Me puse una chaqueta negra. Deje todas mis pertenencias de valor y salí de casa de Enrique.
Tome un taxi para ir hasta la parte oscura de Madrid. Necesitaba visitar a mis queridos fantasmas del pasado.

La prima de Raúl esperaba afuera de su derruida casa.
Habían pasado dos años desde que la había visitado, después de la muerte de Raúl y de la mitad de nuestros amigos, había abandonado a esta chica.


Estaba deteriorada por la vida, se le veía cansada y débil. Le di un fuerte abrazo. Ella había sido en la única en la que había podido confiar, obviamente estaba mi amigo Frank, pero ella también lo estuvo.


- ¿Cómo has estado?


- Dentro de lo que cabe, estoy bien.

Pase una hora con ella hablando y después me fui. Andar por estos lugares a horas tan altas de la noche era peligroso.
En la casa de Enrique se respiraba tranquilidad, a pesar del ruido que tenían ambos hermanos en la sala.
Frank le estaba ayudando con una canción, yo también le ayudaría pero yo no tenía no puta idea sobre eso.

• Hola? •


• No te escucho bien, hola•

Me levanté de la cama y salí al balcón. Necesitaba hablar con alguien y si Guillermo no quería yo lo obligaría.

• Te desperté o algo así? •


• No, ya estaba despierto. Estamos desayunando. •


• No te quiero asustar pero...•


• ¿! Paso algo malo!? •


• No chiqui, déjame terminar. Te decía que no te quería asustar, pero te extrañó demasiado. •

Escuche como sonreía, me contesto que el también y yo me morí.
Sabía que las relaciones a distancia nunca eran buenas, que no podía confiar en aquella persona al cien por ciento, pero yo si confiaba en mi Guille.


"Mi Guille" Aquello se sentía tan bien.
La noche anterior había tenido un sueño de aquellos que se están haciendo comunes en mi vida a la hora de visitar a Morfeo.

Guille y yo estábamos sentados en la arena. Mirábamos el amanecer, el sol cada vez se volvía más grande, más alto en el cielo y más inalcanzable. A lado de aquella estrella nos sentía tan pequeños, tan débiles y frágiles.
La mano del chico descansaba sobre la mía. No quería que se escape. Lo tenía a un lado y sentía que mi mundo por fin tenía sentido. Su cara, o su perfil eran perfectos. Aquella nariz perfilada y esos pequeños labios rosados. Aquellos labios que tantas ganas tenían de tocar, de morder. Que tenía ganas de solo sentir. Por qué cuando tocaban los míos era una sensación que me hacía perderme.


Necesitaba a aquel hombre como nunca había necesitado a nadie en la vida.

Y entonces, cuando por fin podía besar a Guillermo, la alarma del móvil sonaba. Sonaba con una canción de moda que ni yo mismo sabía que había puesto.

Porque tú eres todo lo que siempre necesite.



••••

All the love :*

Abby Parnell.


Perfect Match  ∞ Wigetta & Staxxby. {Editando.}Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt