Capitulo 11.

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Frank.

- ¿No has pagado la señal Frank?


Samuel me gritaba completamente enloquecido. Ayer me había dado el dinero para pagar, pero los huevos se me habían pegado a las piernas y me había dado flojera salir y hacerlo. Y los muy cabrones del internet no te perdonaban ni un día.


- Mañana te juro que pagare a primera hora de la mañana.


Me aleje de él por mi propia seguridad física. Sabía que de pondría más enojado porque últimamente de la pasaba pegado al móvil y ahora no podría hasta que volvieran a poner la señal.
Lave los platos de la cena. Miguel se había ido después de que acabamos la película que habíamos puesto y yo había subido a ver a Samu por el mensaje que me había mandado al móvil.


Aunque había cenado seguía con hambre, nunca teníamos suficiente comida, y ahora que había invitado a Miguel a cenar había utilizado más dinero en la comida.
Mire el frigorífico. Sólo teníamos los red Bull de Samuel y algunos jugos que a mí me gustaban.
No me apetecía ninguna de las dos cosas por lo que tome las llaves del auto de Sam y salí a dar una vuelta por ahí.

Maneje hasta el centro de la ciudad. Tenía tanto tiempo que no venía por estos rumbos. Detuve el auto para estacionarlo en aquel lugar tan lujoso. Destacaba que yo no era de aquí, todas las personas que subían en el elevador conmigo iban vestidas con traje de diseñador, mientras que yo vestía mis pantalones de chándal y calzaba unas converse.


Cuando llegue al último piso de aquel edifico alto, toque a la última puerta, en donde la casa más grande se estaba ahí.


- ¿Qué haces tú aquí?

La casa era muy grande; la sala, con muebles pulidos de época, con todo tan moderno y con cosas de buen precio.

Tenía frente a mí un gran filete, algo que no había visto desde que me había salido del pueblo de mi familia.


- ¿Qué haces aquí? - me volvieron a preguntar.


La cara de mi hermano me era tan desconocida. Él había salido del pueblo solo para triunfar. Había comenzado a cantar y se había vuelto muy famoso, era millonario, pero se había olvidado de todos.


- Necesito trabajo, y pensé en ti. Aunque sea de barrendero, incluso de eso me vale.


- Por eso eres pobre, porque nunca aspiras a más.


Y entonces con esas palabras, terminamos de comer en silencio. No quitaba mi mirada de encima de él. El dinero cambia a las personas, y a él lo había cambiado demasiado. Su cabello de había vuelto rubio, usaba lentillas de color azul y además tenía un mejor cuerpo. Este personaje ya no era el hermano que alguna vez quise.

Me quede en su lujosa casa más tiempo. Enrique me había pedido más tiempo, en lo que el movía a sus contactos y me conseguía un trabajo donde ganará una buena pasta.

• Te extraño •


Me llego el mensaje de Alex cuando me robe el wifi de la casa de mi hermano.
Sonreí tan sólo ver aquellas palabras. Al menos él también pensaba en mí.


• Yo también, cada minuto •


Lo envíe y guarde el móvil en la bolsa del pantalón.


-¿No tienes para comer, pero si para un iPhone 6s?


- Un gasto estúpido - le dije.


Movió la cabeza de un lado a otro y se sentó frente a mí.


- Te conseguí algo, no es tan bueno pero ganarás buen dinero, trescientos euros diarios.
Me atragante con mi propia saliva cuando lo escuche decir aquello. Trescientos euros diarios eran demasiado a la semana.
Acepte el trabajo y le agradecí, empezaría a trabajar mañana, mi hermano pasaría por mí a casa y el me llevaría al lugar.


• Samuel, ya tengo un trabajo y te vas a cagar cuando sepas cuanto me pagarán :) •


•••••

All the love :*

- Abbey Parnell.

Perfect Match  ∞ Wigetta & Staxxby. {Editando.}Where stories live. Discover now