Capítulo 24.

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____________ dormía, preciosa, a la semejanza de un ángel ella podía ganar. Justin no había parado de observarla toda la noche, apreciando su belleza, su máximo esplendor, lo había visto todo…la había visto en el paraíso, haciendo el amor, en un orgasmo…había sido exacto, preciso, un rompecabezas donde ambos encajaban a la perfección, donde sus gemidos se acompañaban en la locura que habían cometido. Lo que su mismo amor era, lo prohibido…y mortal que podía significar a verse enamorado de la hija del presidente, de alguien completamente inalcanzable a sus ojos. Era suya, esa noche la había hecho suya, de una y mil maneras. A pesar de sus intentos, había caído enredado en ella, en su extravagante belleza, en ese enorme deseo, que lo había llevado a cometer el mayor pecado de su vida…amarla. 

Se inclinó para besarle la frente, tibia y a la misma vez fresca. De pronto sus labios bajaron a besarle las mejillas, incontrolablemente…pararon luego sobre los labios de ______________. Movió los suyos, abriéndolos…pero ______________ no despertaría. Rió bajito, para que no pudiera escuchar, recordando cuantas veces se había negado a hacerle el amor, río…también…por todo lo que tenía que a ver pasado para poder admitir cuanto la amaba. Ahora era donde entendía por qué decían que cuando más te negabas…peor y más enamorado terminabas. Se puso en pié, no tenía ni siquiera noción de la hora, pero por el resplandor de la ventana podía notar que ya había amanecido. Se colocó los bóxers, saliendo de la habitación…más enamorado que nunca. 

Preparó café, paseó, verificó coordenadas, revisó cámaras, analizó sensores e incluso…hizo un poco de ejercicio en el enorme patio que se extendía al interior de la casa. Ni si quiera eso podía ayudarle para sacarse de la cabeza a ella… ¿pero por qué lo haría? Si…en realidad no quería.
De pronto observó a Ryan, dentro, tecleaba algo en su computador. Caminó hasta él, entrando por completo a la residencia. 

- ¿Me lo vas a contar? – le preguntó riendo, para que después una sonrisa pícara se instaló en los labios de Ryan. 

- ¿Contar qué?

- Lo de anoche. – colocó ‘enter’ en el teclado. – joder…como si no hubiera escuchado…

- Basta. – no puedo evitar sonrojarse por lo que Ryan insinuaba. 

- Coño, _______________ es guapísima…supongo que lo que pasó anoche a sido la última bomba del rey. 

Justin no puedo evitar reír. Cruzó sus brazos, los músculos se vieron más remarcados aún. Era un hombre encantador, de todas formas. 

- ¿Me equivoco? 

- No…no te equivocas… – admitió. Pero no contaría más, que si _______________ lo encontraba hablando de eso…lo mataría, básicamente. Además, dentro de él…guardaba ese momento tan especial…solo para su memoria. – bueno ya, joder…he estado tan desatento estos días… 

- Dímelo a mí. 

- Lo siento. ______________ incluso quería compensarte por todo el supuesto trabajo que has hecho. 

- Que me recompense… - mordió su labio inferior. 

- Ya, no seas animal. – volteó el computador de Ryan hasta él. - ¿Qué miras? – dijo observando las imágenes que se extendían a su vista. – oh joder…- murmuró, torciendo la boca. – no me digas que estás viendo…porno…

- ¿Te sorprende? Después de lo caliente que me pone ______________ …

- Bestia.

- Que mal te pones ¿eh?

- Bueno, ¿entonces?

- No es porno, imbécil. Es…Elena…- suspiró, viendo sus provocativas fotos en la pantalla del computador. – la agente que vendrá mañana.

- ¿Agente? ¿mandarán a una mujer? No es posible…- renegó. 

- A mí me conviene.

- Con los dos basta. A ____________ no le hace falta otro protector, y menos mujer.

- Justin, piensa en mí…tu amigo necesita a alguien a quién follar.

Justin se rió, burlón. De todas las cosas increíblemente espantosas que Ryan siempre decía. Le golpeó el hombro. 

- Es guapa…- admitió Justin, mirando la fotografía. El retrato de aquella mujer, lo decía todo. Bonito cuerpo, demasiado a decir verdad, piernas largas, esterilizadas, cabello negro, apagado pero un con una luz que lo encendía y lo hacía parecer traído de otro planeta. La sonrisa fina, y…oh joder, vaya culo, y que buen busto tenía. Pero no dijo más, al contrario cerró el computador. – ahora, quédate con _____________ un momento…iré a recorrer a Kapaa. – le ordenó. Ryan abrió el computador de nuevo, maravillado por la foto de aquella asombrosa mujer que permanecía ahí. Por otro lado, Justin desapareció en su habitación, donde la mujer de sus ojos, aún dormía después de a ver hecho el amor con él.

I'll be your protector | Justin Bieber & Tú +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora