OJOS ÁMBAR -Parte#2

Comenzar desde el principio
                                    

Y en un instante, llega mi pregunta:

—¿Por qué? ¿Para qué? No tengo esa verdad, me aterras.

Su rostro, medio cubierto por un oscuro antifaz, como el cuarzo junto a mi esternón, me permite ver sus labios que inconscientemente juegan ante mis palabras.

―¡Basta! ―El grito escapa de mí, sorprendiéndome a mí misma. Pero su agarre se intensifica, ignorando mi súplica—. ¡Me tienes harta de este juego! Me haces perder la cabeza con tu hechizo. Quiero ser sensata, pero la atracción me abruma. Es como si estuviera sumergida en un sueño alucinante. Desearía que la realidad se impusiera sobre esta ilusión, como fuego en la lluvia que cae sobre ti, desvaneciendo este hechizo. Me he obsesionado con tu rostro... pero sé que no es real.

Me detengo, sintiendo que he añadido demasiada intensidad al asunto. Estoy confesando que me atrae alguien que al mismo tiempo desconozco, y eso tal vez sea peligroso, porque mi instinto más bajo me grita que así lo es.

Mientras tanto, él sostiene en alto mi máscara veneciana, un adorno que ahora me parece ingenuo. Al descubrir mi rostro, noto que tiene los párpados delineados de rojo y una parte de su piel está teñida con pintura negruzca; rápidamente recorre mi cuerpo con sus ojos, trazando cada contorno. Mis piernas tiemblan y mis pulmones dejan de respirar.

Siguiendo sus indicaciones, imito su gesto y deslizo ágilmente su antifaz. Mientras mis manos continúan cosquilleando, las puntas de mis dedos permanecen manchadas al apenas rozar la piel sobre sus pómulos. Sus pestañas oscuras realzan su mirada, y en esta ocasión, sus mejillas se tiñen de rojo al notar que lo estoy observando detenidamente.

―¡¿Qué haces aquí?! Tú... ―exclamo sin pensar, alzando tímidamente mis manos y dejándolas reposar sobre mi pecho, que late aceleradamente.

Escudriña a su alrededor antes de inclinarse para verme mejor. Sus manos sostienen mis mejillas y nuestros labios quedan a escasas pulgadas de distancia.

―Me acerqué porque... no podía permitir que te alcanzaran, que te lastimaran. ―Sus ojos serpentean mientras su mirada acaricia mi ser, recorriendo de nuevo mi figura―. ¿Quién eres, Iona? ¿Qué ha cambiado desde la última vez que nos vimos?

Reúno todas mis fuerzas para controlar la inquietud que me carcome hasta los huesos. Quiero y debo responder, pero ¿qué puedo decir? Intento formular una respuesta, justo cuando él me interrumpe.

―Maldita sea, me sentí repulsado; debí haberlo notado desde que nos conocimos. Tu aroma, aquel día... ―Está alerta, clavando su mirada en la mía―. Algo me impulsó a seguirte.

Sigo chasqueando la lengua, manteniendo los labios apretados. Anhelo que él revele lo que no logro comprender. Sin embargo...

―¿Repulsión? ¿¡Asco!? ¿¡Qué somos!? ¿¡Qué significo para ti!? ―exclamo con rabia, desilusión y amargura―. ¿Sabes qué creo? No tenemos la más mínima importancia, así es. Siento un temor profundo y tú, Baco, también estás consumido por el miedo ahora, deseas admitir que estamos en veredas opuestas. ¿Has mirado detenidamente tus ojos y los míos? ¿Qué reflejan? ―Mi voz tiembla.

Percibo desconsuelo y temor en él, algo inusual en Baco. ¿Es la duda? Sí, eso es, y lo perturba. Aparta la vista y dirige su atención en otra dirección.

―Veo en ti algo que debería arrebatarte, algo que es parte de mí y que quiero robarte ―suelta mi brazo mientras se aleja―. Soy un ser vil, Iona, algo indigno, ¡y me encanta serlo! Juegas con mis ideas, tomas algo, algo perdido y desconocido, ¡y lo conviertes en un terremoto en mi pecho, en mi mente! ―su cuerpo parece vibrar mientras extiende la mano y acaricia apenas mis pestañas―. Tus ojos brillan hoy, están jugando a delatarte ―fija su mirada―. Creo que es un juego peligroso, estoy descubriendo cosas de las que ni siquiera tú eres consciente. ―¡Crash! Ahí está, veo cómo se dilata el negro que oscurece rápidamente sus pupilas―. Ese ámbar me resulta familiar.

Magnet in Dark© Parte I "EL ÓNIX" NUEVA VERSIÓN -#PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora