The last of us [+18]

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[+18] Warnings:
-Tortura, violencia emocional, violencia fisica, escenas sensibles.
Por favor leer con discreción.

Días del presente pasado.

Caminé soportando el dolor en mi mejilla y las lágrimas que luche por no dejar salir, la casa de seguridad era lo suficientemente grande como para que pudiera salir de la vista de mi padre aunque probablemente, él ya se había largado de ahí. Solo había ido a verme para recordarme que soy un fracasado, que en mi puta y miserable vida nunca seré como Kinn.

Entré a la semioscura y pequeña habitación donde mantenía a Pete como mi rehén, había silencio pero poco me importó, grité desesperado golpeando y pateando todo a mi alrededor dejando salir mi furia, no sabía qué era lo que odiaba más en ese momento: mi dolor, mi impotencia, la frustración de no poder ser mejor, o si a mi padre, a la primera familia, a mi mismo, solo golpeaba la mesa que estaba ahí en ese cuarto, como si eso fuera la cura a todos mis males.

—¡Vamos Pete, no te hagas el dormido! —le grité aun respirando agitado, porque mi vida era una constante de soportar golpes y humillaciones hasta que explotaba de distintas maneras. —Anda, ¡búrlate de mí! —lo reté para ver si se atrevía a decir alguna cosa después de mis métodos para "domar a la mascota" que hice un día anterior. —¡PETE! —

Sin embargo, solo recibí silencio.

Me acerqué para ver si no fingía pero al sacudirlo pude ver como su cabeza caía por la gravedad hacia atrás, estaba pálido, su piel muy caliente y sus labios ligeramente morados.

—¿Pete? ¡Hey, despierta! —Las heridas aún estaban sucias, con sangre por todo su pecho, inflamadas y en un estado muy malo. ¿Cómo no estarlo? Un día antes estuve muy enojado, todo mi odio que estuve reuniendo lo desquité en cada latigazo que le di a Pete, el fue ese sacó de golpeo contra mi ira, mi frustración, el odio a mi mismo. Incluso ahora que lo miraba tan mal recordé como al último golpe que le di con mi cinturón pude ver sus ojos y su cuerpo retroceder ante mi mano, fue la única vez que pude ver miedo y dolor en su rostro, ¿ese era el último recuerdo que tendría de Pete? ¿de verdad lo había matado?

—¡Pete, abre los ojos, maldita sea! —Solté las cadenas rápidamente y a como pude lo recosté en la cama, mi padre ya no estaba, y solo había alguien en quien podía confiar en ese momento. Salí corriendo hasta encontrar a P'Nop que junto a otros pocos guardias estaba custodiando el lugar. —P'Nop... necesito ayuda. Necesito que estés callado y no digas nada. —

Cuando el guardaespaldas entró a la habitación miró con horror todo aquello. —Dios santo... Khun Vegas, ¿Por qué trajo al guardaespaldas de la primera familia aquí? ¿Qué va a hacer con él? —Si bien no era la primera vez que teníamos prisioneros en la segunda familia, jamás había traído a alguien vivo conmigo, todas las torturas e interrogatorios eran siempre en nuestras celdas, esta era... una excepción a la regla. Mi excepción a la regla que cambiaría toda mi vida. —¿Qué necesita que haga, Khun Vegas? ¿Quiere que le matemos y escondamos el cadáver? —

Lo pensé, era tan sencillo como echarlo al río. Mi vida se debatía entre permitir que Pete, quien había arruinado mis planes con su infiltración, terminase como un perro muerto en la carretera o curarlo.

—Por culpa de este sujeto es que estoy aquí, voy a alargar su vida y seguir torturando hasta que yo esté completamente satisfecho. —

Mi guardaespaldas, sin embargo, me miró casi escéptico, inclusive extrañado.

—¿Está completamente seguro que eso es lo que desea Khun Vegas? —fruncí el ceño, ¿Por qué el imbécil de P'Nop no recordaba cual era SU lugar y se encontraba apelando por mi humanidad? Mis ojos fueron hasta Pete, quien respiraba muy despacio y en la palidez de sus labios. Lo cierto era... que mi intención jamás había sido esa, no de esa forma. —¡Solo sálvalo, carajo! —

My Second ChanceTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang