The night we met

5.8K 381 350
                                    


Días del presente pasado.

—¿¡VEZ EL ANILLO EN MI MANO!? —había gritado Kinn mientras ambos nos apuntábamos con las armas en alto. —¡FUERA! —Mi mano tembló del coraje, de la ira que se apoderó por todo mi cuerpo, el imbécil de mi primo no solo me había metido un puñetazo, también estaba ahí humillándome en mi propia casa, echándome de lugares que me pertenecían y sobre todo, haciendo uso de su posición y estatus sobre mi persona.

El, el dueño del anillo de la primera familia.

Mis ganas de dispararle fueron fuertes, de meterle un balazo, de matarnos el uno al otro ahí mismo y acabar con todo pero, tras pensarlo detenidamente bajé el arma no sin antes darle un manotazo en su mano y salir de ahí furioso.

Muchos de mis guardaespaldas me siguieron, la música aún continuaba en esa fiesta pero no estaba de humor para seguir ahí, salí al patio pateando la puerta sacando un cigarrillo de mi pantalón. —¡DEJEN DE SEGUIRME! —les grité a los hombres que iban tras de mí. —¡El próximo que me hablé voy a meterle una bala entre ceja y ceja! —amenacé lleno de odio casi escupiendo las palabras a la par que me movía hasta una de las terrazas que llevaba mi camino, tomé mi celular marcando un número conocido.

—Don está muerto. —dije de forma cortante cuando me respondieron.

—Ya veo, ¿tu estas bien? ¿Cuándo comenzamos el siguiente plan? —Tawan tras la otra línea sonaba amoroso y con ese tonito cursi que con mi enojo interno solo me causaba asco.

—Cuanto antes mejor, quiero a la primera familia hundida y muerta. —los quería a todos muertos, quería ver el rostro de Kinn, mirarlo a los ojos cuando viera como asesinaba a cada uno de los suyos, incluyendo a Porsche.

—Bien, comenzaré a organizarme, deseo verte ya y tenerte entre mis brazos Vegas. ¿me extrañas? —Rodé los ojos y tomé aire profundamente.

—Si, por supuesto. —Intenté suavizar la voz pero me fue imposible. —Te llamaré más tarde, mantenme actualizado con el plan. —

—Te amo Vegas. —

Ese "yo también" de mi parte fue tan vano que hasta alguien con un par de dedos de frente lo entendería, pero Tawan estaba ciego por un poco de amor. Respiré un par de veces más y bajé hacia los patios para cruzar y llegar a mi dormitorio cuando unos pasos tras de mí me pusieron en alerta, me giré de golpe sacando la pistola y sin querer, al moverme ahí mi cigarro rozó la piel de alguien quemándolo al instante.

Pete, quien se agarraba su brazo quemado por el toque del cigarro y mi arma apuntando a la cara.

—¿¡Qué haces aquí!? —con Pete solía mantener un trato cordial o por lo menos mas decente que con la mayoría de las personas, pero en esta ocasión estaba muy irritado, bajé el arma sin siquiera importarme por el.

—Lo siento Khun Vegas, quería saber si se encontraba usted bien, lamento mucho lo sucedido con Khun Kinn. —Alcé una ceja con cierta curiosidad, ¿porque este perro leal siempre se terminaba disculpando por sus dueños? Pero entonces algo más se me vino a la cabeza, Pete y sus mensajes unas noches antes, Pete en el teléfono toda la noche en la fiesta.

—Tu lo llamaste, ¿cierto, Pete? —Este bajó la mirada por un instante y asintió con su cabeza, mi sangre volvió a hervir.

—Por favor no piense lo peor, solo le hice saber que estaríamos en una reunión que usted nos organizó y... —

—¿Qué pasa, Pete? ¿Ya te cansaste de ser el jefe de seguridad de P'Khun y ahora buscas ser un lametraseros a ver si Khun Kinn se fija en ti? —Pude ver sus ojos levantarse hacia mí con cierto disgusto y sorpresa por mis palabras, como si aquello de verdad hubiera dolido, pero en ese momento, muy poco me importa. Me acerqué a él en dos pasos cerrando nuestra distancia cara a cara, solo entonces sonreí con desprecio. —De todos los guardaespaldas, siempre creí que eras quien más dignidad personal tienes. Ya veo que me equivoque contigo también, espero que recibas tu aumento de puesto con esto. Y si eso no funciona... —lo miré de abajo hacia arriba, Pete no era para nada feo. —apuesto a que encontraras otras maneras de convencerlo, así como Porsche lo hace. —

My Second ChanceWhere stories live. Discover now