Su poder es algo a lo que Glideric no podría enfrentar actualmente. Básicamente era como el Vaticano en la época de los caballeros templarios solo que con mucho más poder.

Todo el mundo se sintió inquieto, Liliana tenía el rostro pálido, el único que parecía tranquilo era Arthur.

—Ha... ¡Maldita sea! ¡Pensé que está iglesia de mierda se limitaba a Glideric o a los reinos aledaños, no que fuera el maldito vaticano 2.0! —Gritó Arthur desesperadamente en su interior, su rostro permanecía sereno.

Pero después de pensar por un segundo, una espeluznante sonrisa apareció en su rostro. Notó que su dedo golpeaba rítmicamente el respaldo de su silla.

—Esta sensación... —Arthur pensó. ¿Cómo podría no sentirse familiarizado con ella?

El malnacido lo estaba disfrutando. Emocionado por superar a un enemigo de mayor poder.

—A-Aunque las cosas parezcan terribles, en realidad todavía hay una opción. —Dijo Alejandra—. La santa iglesia considera a Glideric un país menor y atrasado, sin importancia a diferencia del resto de continentes.

—Tiene sentido, ¿Recuerdan a Edwin? —Arthur miró a Adela y Liliana.

—¿El Glastés? —Adela preguntó.

—¿Glastés? —Elena y Selise fruncieron el ceño—. ¿Cuando tuvieron contacto con el reino Glastos? —Preguntó Selise.

—No lo tuvimos. —Dijo Arthur.

Les explicó cómo conocieron a Edwin quien prácticamente naufragó hasta su costa y lo consideraron una puerta al reino Glastos y por ende al otro lado del mundo... Bueno, al casi centro.

—¡Brillante! —Elena estaba perpleja, su mirada decía cuánta admiración estaba sintiendo ahora mismo por Arthur.

—Es como dice Alejandra, este continente está atrasado en casi todos los sentidos, estadísticamente la santa iglesia tiene mejores cosas en las que enfocarse pero por si acaso... ¿Alejandra, que planes tenía la santa iglesia para Glideric?

—Sí, amo. La santa iglesia consideraba su sede en este continente como un puesto de avanzada, aunque usaba a los reinos como minas para extraer recursos y exportarlos hacia otros lugares de mayor importancia.

—Básicamente no somos más que un campo de recolección. —Dijo Arthur.

—Y el menos valioso de hecho. —Añadió Alejandra.

Arthur asintió con la cabeza.

—Por lo que tengo entendido, la santa iglesia es arrogante y corrupta. Esto es lo que sucederá... Nada. Al menos no por ahora, cuando la sede principal de la santa iglesia se entere de lo que sucede aquí, se reiran a carcajadas y pospondran este asunto.

—¿Cómo estás tan seguro? —Preguntó Selise.

—Asi son las personas arrogantes, no se dan cuenta o no admiten las cosas hasta que los problemas les rozan las nalgas. —Explicó Arthur.

—Je, je, je. —Faila se rió suavemente, todo el mundo la miró y está se rascó la nuca con vergüenza.

—Con el pasar del tiempo, los altos mandos de la santa iglesia dirán "Y que pasó con el continente Soren" se miraran a las caras al darse cuenta de que no saben nada y enviaran una expedición. —Explicó Arthur.

—¿Y que deberíamos hacer para ese entonces? —Preguntó Liliana.

Arthur se rascó la barbilla, una pequeña sonrisa apareció en su rostro y miró a Alejandra.

—Que tal... ¿Construir una falsa santa iglesia? —Preguntó Arthur con una sonrisa.

Todo el mundo se miró ente si confundidos.

Rey De Reyes - Volumen 1Where stories live. Discover now