Capitulo 8

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Entre la venta de sal y papel, Arthur había hecho 6 mil oros. La mayoría por la sal por supuesto, el papel al ser un producto desconocido Amelia no estaba tan segura de cuánto podría valer, pero no tardaría mucho en averiguarlo.

6 mil monedas de oro era suficiente como para vivir un par de años en lo justo y necesario. Pero Arthur decidió comprarle a Amelia 3 carromatos con 2 caballos cada uno.

También le compró semillas de distintas plantas como tomate, cebolla, col, etc. No compró más nada porque pensó que sería sospechoso, lo demás lo compraría en el viaje de regreso.

Se despidió de Amelia, esa mujer pese a ser sería, le pareció muy interesante. Se había jurado a si mismo mantener a esa mujer feliz con negocios, primero porque es su única fuente de ingresos actualmente, segundo porque sentía que esa mujer llegaría muy lejos algún día.

Aunque claro, gran parte tendría que ver con él.

Mientras regresaban, la mente de Arthur máquinaba en torno a nuevos productos.

Por supuesto, Arthur no se olvidó de asaltar los campamentos de bandidos, desafortunadamente en uno de ellos ya no había esclavos porque los vendieron antes de que llegaran pero en los otros 3 Arthur consiguió 130 personas más. Aunque desafortunadamente, 3 de los 10 ex esclavos murieron.

Arthur no iba a llevar sus cadáveres durante 5 días, los enterró apropiadamente y anotó sus nombres para hacerles un pequeño monumento en su hogar.

Todos estaban tristes por la muerte de esos 3 pero Arthur les aseguró que no fue en vano y con el pasar de los días se terminarían dando cuenta de ello. Solo le decepcionó un poco que ellos no pudieran ver ese futuro.

Se detuvieron en 3 aldeas, compraron 20 vacas, cabras y gallinas junto con 5 machos de cada uno. Quizás no sean suficientes para satisfacer a alrededor de 180 personas pero era un comienzo.

Cuando llegaron a casa, todo el mundo se sorprendió al ver a tanta gente, los animales, los carromatos, y la comida.

La gente sabía que tocaba moverse, debían asentar a los nuevos tan pronto como sea posible, estos ya le habían jurado lealtad a Arthur y experimentar el buen trato que les dieron todos los hizo sentir que valió la pena.

Tanto Arthur como Robert estaban satisfechos al ver cómo trabajaban en armonía, el primero como rey, el segundo como protector jurado de este lugar. Arthur le había dicho que él era el mejor guerrero de todos aquí y lo consideraba su segundo al mando.

El hombre no quería decepcionar a su señor luego de escuchar esas palabras así que se juró a si mismo que entrenaría tan duro como los caballeros reales para mantener este sitio a salvó.

...

Una semana después, con la ayuda de 100 de los 130 esclavos, pudieron hacer casas para todos. Ya eran oficialmente una aldea grande.

Arthur no iba a permitir que cada uno tuviera su propia casa porque sería un desperdicio de espacio, aquellos que tenían familia ya sean casados, padres e hijos, abuelos, podían tener una casa propia.

Pero como había niños sin hogar entre los esclavos, Arthur les preguntó personalmente a las parejas de casados o padres solteros que aún estaban con sus hijos si se podían hacer cargo de ellos.

No lo rechazaron, algunos como agradecimiento a Arthur por lo que está e hizo por ellos, otros porque tenían de lema, entre esclavos siempre nos ayudamos. O algo así.

Mientras los nuevos se acostumbraban a la nueva vida en el lugar, Arthur tomó a las 8 mujeres iniciales y comenzó a enseñarles matemáticas y escritura.

Rey De Reyes - Volumen 1Where stories live. Discover now