Capitulo 36

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—Sir Arthur, tengo curiosidad por saber cuál es su relación con mi hermana. —Dijo Elena.

Arthur soltó una pequeña risa.

—Ja, ja, ¿Relación? Solo somos amigos, princesa. Compañeros de batalla, amigos de negocios... —Explicó.

—¿De negocios, dice? —Preguntó Elena con intriga.

Arthur asintió con la cabeza.

—De vez en cuando Liliana nos visita y yo me aseguró de abastecer un poco a sus soldados con suministros, aunque ella insista en que no lo haga. —Mencionó Arthur.

Esto por supuesto, era una mentira. Pero para Elena quien no conocía nada realmente, tenía mucho sentido.

—Ya veo. ¿Y que hay de la señorita Adela Greenhart? Me sorprendió mucho verla en la su ascenso a noble. —Dijo Ella.

—Lo mismo, majestad. Solo amigos. Y compañeros de negocios, solemos intercambiar recursos por comida aunque muy pronto me ayudará a hacer que el dinero fluya en mi pueblo. —Mencionó Arthur.

—Ooohhhh, la señorita Adela debe de ser muy amable para ofrecerse a algo así. —Dijo, no lo esperaba.

—De hecho me suplicó que lo hiciera. —Aclaró Arthur.

—¿Cómo dice? —Parpadeó Elena.

Arthur asintió y se echó a reír.

—Cuando se enteró que tenía un pueblo sin siquiera un mercado, me suplicó que le dejara construir la primera tienda. Incluso ofreció dinero para que le construyera una casa ahí. —Se rió—. Ella misma se ofreció a ser mi testigo en mi ascenso. Estaba incluso dispuesta a pagarle al rey para que me convirtiera en noble y me permitiera dirigir legalmente a mi pueblo.

—¿T-Todo eso es verdad? —Preguntó Elena.

—Claro, ¿Porque le mentiría? —Sonrió.

—Y-Ya veo... —Dijo Elena bebiendo nerviosamente su té—. Para tener a Adela de ese modo... ¿Cuan cercanos deben ser? —Se preguntó Elena.

De repente, Elena vio como unos hombres se acercaban y frunció ligeramente el ceño.

—Majestad, Sir Arthur. —Se inclinó uno de ellos, luego miró a Arthur—. Mi señor, venimos a informarle acerca de las 5 mil monedas que le entregó el rey. Le hicimos la entrega a su segundo al mando, Sir Robert y dijo que las contaría para asegurarse que todo esté en orden.

Arthur asintió con la cabeza.

—Denle mis agradecimientos al rey y al chambelán Admon. —Dijo Arthur.

Ambos asintieron con la cabeza, se inclinaron y se retiraron.

—¿Padre te entregó dinero? —Preguntó Elena.

—Como recompensa por mi desempeño en la frontera, sí. —Asintió Arthur.

Elena parpadeó varias veces, ¿Arthur solo había asistido a una batalla y fue recompensado con 5 mil oros? ¿Tanto tuvieron que ver en esa batalla? ¿Él y sus 300 soldados en comparación a los 30 mil del general?

Elena bebió de su té mientras aclaraba su mente y analizaba más a fondo a este joven frente a ella. Misterioso, elocuente, educado, aparentemente justo y amable, posiblemente un talento militar, quizás un excelente líder tanto para sus tropas como para su gente, muy listo, posiblemente calculador, al parecer también tiene buenos contactos y sin lugar a dudas muy apuesto.

—¡Lo quiero de mi lado! —Gritó Elena en su mente.

¿Cuánto poder conseguiría con este joven de su lado? Si su padre y el general reconocieron su valía, significaba que posiblemente esté destinado a destacar.

Rey De Reyes - Volumen 1Where stories live. Discover now