Capitulo 32

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-¿Estás segura de que quieres venir conmigo? -Preguntó Arthur.

-No te confíes, Arthur. -Dijo Liliana-. El general Mallory no es alguien que se tome las ofensas a la ligera. Mi padre suele consentirlo para que haga las cosas bien, si Mallory quisiera tu cabeza...

Arthur la miró.

-¿Crees que tu padre sería capaz de entregarme así como así? -Preguntó Arthur.

-¡Por supuesto! -Exclamó ella-. Pero no lo hará, no conmigo a tu lado. -Afirmó.

Ella miró a Arthur con una sonrisa.

-Mi padre me odia por ser menos... "Femenina" que mis hermanas, hubo un tiempo en el que quería ser como ellas, pero vivir con una daga bajo la almohada no es la vida que quiero llevar a cabo. -Suspiró-. Es por eso que vivo viajando y combatiendo alrededor del reino, por mucho que odien que no sea la princesa que quieren... Además, es mucho más divertido.

-Yo creo que es genial -Dijo Arthur-. Cada quien tiene derecho a vivir como quiere.

Arthur señaló con su pulgar a las arqueras que marchaban detrás de ellos.

-Todas ellas piensan igual que tú, prefieren pelear y viajar antes que quedarse en casa todo el dia, les gusta la libertad y están felices con esta vida de soldado -Dijo, luego miró a las arqueras-. ¿O me equivoco?

-¡No señor! -Gritaron las damas.

-¿Si tuvieran que volver a elegir, serían soldados otra vez? -Preguntó.

-¡Sí señor! -Respondieron.

Arthur miró a Liliana.

-No las entrené para que respondieran esa clase de preguntas. -Sonrió.

Liliana asintió con la cabeza.

-Deben respetarte mucho, deja cosas muy buenas para hablar de ti. -Mencionó.

-Tus hombres también merecen respeto, en este mundo, no cualquiera tiene el valor de seguir a una mujer. Algunos lo hacer por dinero, muy pocos por honor. -Dijo.

-¿Tú serías capaz de seguir a una mujer? -Preguntó Liliana.

-¿No lo hago ya? -La miró con una sonrisa.

Arthur estaba del lado de Liliana, ella es una princesa y su superior. Si Liliana diese una orden, Arthur lo haría pero también la aconsejaría si sus planes fueran insensatos.

-Gracias, Arthur. -Sonrió Liliana.

-Todavía no he hecho nada digno de mención, nuestros planes apenas van comenzando y tú reputación sigue siendo la misma. -Aclaró Arthur.

-No del todo. Gracias a ti, tu gente piensa que soy una buena persona. Es un comienzo. -Sonrió.

Arthur asintió con la cabeza. De las veces que Liliana ha visitado Orley, todo el tiempo las personas se inclinaban y la saludaban con sonrisas. Sabían que era amiga de Arthur pero aún así no temían en acercarse y regalarles frutas.

Últimamente no lo habían hecho por el clima, pero en otoño los niños lo hacían para recibir su atención, ¿quien no quisiera tener la sonrisa de una princesa por tan solo unos segundos? ¿Y a cambio de una manzana? Hay que aprovechar.

...

Días después llegaron a la frontera, un mar de tiendas de campaña se alzaron frente a sus ojos, soldados iban y venían, sus colores abundaban y los estandartes estaban altos.

Había al menos 10 banderas diferentes, 12 si contamos la de Arthur y Liliana. Los soldados reconocieron el estandarte de Liliana, un escudo plateado con un símbolo parecido a la flor de Liz de color rojo.

Rey De Reyes - Volumen 1Where stories live. Discover now