Capitulo 67

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—¿Mano de obra? Hijo, por como me lo planteaste pensé que sería mucho más serio. —Preston respondió como si no le diera importancia pero luego sonrió—. Por supuesto, puedo movilizar a varias personas. ¿Cuántas necesitas aproximadamente?

Arthur negó con la cabeza.

—No estoy hablando de civiles, estoy hablando de esclavos. —Corrigió, luego señaló ligeramente sus alrededores—. Todos aquí en Orley son esclavos liberados, refugiados de aldeas que fueron arrasadas o ya no existen.

Preston asintió con la cabeza.

—Lo sé, muchacho. Mi hija me lo contó todo. ¿Cuántos esclavos necesitas?

—¿Cuántos podrías darme? —Preguntó Arthur.

—¿Cuántos quieres? —La sonrisa de preston aumentó.

Arthur suspiró, Miri sencillamente negó con la cabeza.

—¿5 Mil? —Preguntó Arthur.

—Te daré 10 mil. —preston sonrió—. Considerarlo mi inversión para tu pueblo. —Añadió antes de que Arthur dijera algo.

Arthur pensó que si pedía más el conde sería capaz de duplicar su solicitud.

—En una semana estarán todos aquí.

Arthur lo miró sorprendido, pensó que se lo tomaría con calma, al menos 2 o 4 pero lo decía como si ya los tuviera en mano. Arthur solo asintió con la cabeza.

—Tendré todo listo para recibirlos.

A Arthur no le gustaba quedarse corto de espacio, tenía para recibir hasta 15 mil ciudadanos y cuando estos 10 mil lleguen Arthur tendría que estar preparado para recibir a más. Al menos solo haría espacio para 5 mil ciudadanos extra.

Durante los siguientes días Arthur se dedicó a escribir libros de medicina y estudios. Luego de hacer 5 libros de biología (plantas y animales), aritmética, física, química y álgebra así como también varios libros de medicina, los envío a hacer varias copias tanto para la escuela como para la academia de medicina.

Estaba demasiado estresado como para querer hacer algo, escribir todos esos libros a mano fue demasiado para él y se juró así mismo fabricar la máquina de escribir por lo menos.

Afortunadamente para él, Adela nunca lo dejó explotarse a si mismo y lo obligaba a descansar de vez en cuando aunque Arthur solo quería terminar rápido.

A veces se quedaba dormido en su regazo sin darse cuenta pero cuando despertaba volvía a la normalidad sintiéndose renovado.

Arthur se sintió bendecido con su esposa, tanto así que en algún momento se preguntó que sería de él si ella no estuviera.

Para cuando los libros fueron entregados, Arthur recibió una enorme sorpresa. Preston había traído a los 10 mil esclavos que prometió, pero al mismo tiempo Liliana había llegado con otros 10 mil.

Al ver a Arthur tan sorprendido, Liliana se sintió orgullosa de sí misma.

—Supera esto, Adela. —Pensó Liliana.

Adela notó la sonrisa engreída de Liliana y casi le dan ganas de burlarse en su cara... Casi.

Pero no perdieron mucho. Mientras un grupo especializado en tratar esclavos acomodaban a los nuevos ciudadanos, Arthur, Adela, Liliana, Preston, Miri y Winston se reunieron.

Robert estaba a cargo de los nuevos ciudadanos por lo que no pudo asistir a la reunión.

—Ya veo... Así que ya están poniendo miradas en tí. —Murmuró Arthur.

Rey De Reyes - Volumen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora