Capitulo 55

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El criado no sabía que pensar, digo, ¿Liliana? ¿Quien querría ver a Liliana? La princesa demonio.

Aparte de eso, la reina Andrómeda, su ama, le advirtió que Arthur debía presentarse ante ella a como de lugar.

—Err... La princesa Liliana no se encuentra ahora mismo en el palacio.

—Oh, bueno. En ese caso buscaré a la reina Selise. —Dijo y cruzó hacia uno de los pasillos.

—¡E-Espere! —Gritó el sirviente—. La reina Selise no se encuentra disponible ahora mismo.

—Entonces buscaré a la princesa Elena. —Arthur ya se estaba riendo por dentro.

El sirviente estaba sudando a mares, no quería saber que le haría su reina si era incapaz de llevar a Arthur con ella.

—¡M-Mi señor! —Gritó el sirviente—. Err... la princesa Elena se encuentra ahora mismo atendiendo un asunto importante y expresó que no quería ser molestado por nadie.

—Que raro, la última vez que la vi me dijo que la visitará así estuviera ocupada.

El sirviente quería llorar, ya se estaba dando por muerto.

—Pero bueno, no me gustaría interrumpir sus asuntos. Llévame con tu reina, pues.

El sirviente estaba a punto de besarle los pies como agradecimiento, los otros sirvientes a su alrededor se burlaban de él pero al mismo tiempo estaban preocupados ya que al igual que él, ellos seguían a otras reinas.

Pero que todos se lancen sobre Arthur para pedirles que fueran con sus reinas no solo sería muy irrespetuoso sino muy sospechoso y vergonzoso para la familia real.

Y mientras avanzaba por los pasillos el sirviente le llenaba la cabeza de mierda a Arthur sobre que su reina era muy respetuosa, amable y benevolente.

¿Cómo podría no saber Arthur que la reina andrómeda ejecutaba sin piedad a quienes no cumplieran sus órdenes al pie de la letra? Ella veía a cualquiera que no fuera noble cómo desechable.

Y si un noble menor no le servía eran fácilmente reemplazables.

Arthur hizo oídos sordos al sirviente, nomás decía "¿sí?, ajá" o "¿en serio?" Mientras el sirviente hablaba y hablaba.

Finalmente, llegaron a la sala de estar de los aposentos de Andrómeda.

Cada reina tenía como una casa dentro del palacio tenía sala de estar, baño y dormitorios, nada más faltaría la cocina pero sería inútil para una reina.

—Mi señora, he traído a sir Arthur. —Anunció el sirviente.

Arthur notó lo de "Traído" pero no dijo nada, Arthur miró a la mujer de cabello castaño sentada como si estuviera en un trono.

Al cruzar miradas, pese a ser la primera vez que se veían, ella no se presentó ni dijo nada, solo estiró ligeramente su mano hacia Arthur.

Arthur miró su mano y a ella por 3 segundos antes de tomarla y besarla suavemente en el dorso.

—Es un placer conocerlos finalmente, Sir Arthur de Orley. —Sonrió la reina.

—El gusto es mío, reina Andrómeda. —Respondió.

Un sirviente se acercó con una silla, la reina le indicó a Arthur con un gesto de su mano que se sentará.

—He escuchado cosas muy buenas de usted en la guerra, Sir Arthur.

—Solo participé en batalla 3 o 4 veces, nada que deba considerar una hazaña. —Negó Arthur.

—En verdad es tan modesto como dicen... —Sonrió la reina.

Rey De Reyes - Volumen 1Where stories live. Discover now