Capitulo 74

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Después de unos días, Edwin estaba feliz y contento. La dedicación que ponían los súbditos de Arthur en su barco lo conmovió, sentía que le estaban dando mucha prioridad.

Las cajas que contenían los bienes a comerciar fueron movidos a empaques más nuevos ya que durante el asalto algunas cajas habían sido dañadas en un intento desesperado por saquear.

Solo eran telas, arcillas, sal, vino, metales. Cosas que se pueden vender fácilmente en cualquier mercado.

Edwin también tuvo tiempo para conocer a Arthur y viceversa, gracias a ello llegaron a un acuerdo muy benefico.

Dado que Edwin era ahora su benefactor en el otro lado del mar, podía importar o exportar bienes desde Glastos a Orley, incluso mano de obra.

Edwin sabía que estaba apoyando una rebelión secreta por lo que su solicitud podría decirse que es de valor similar.

Edwin quería elevar su estatus en Glastos, su única ambición era ser un magnate, alguien importante, quizás no tan relevante para la historia pero sí recordable.

Le daba igual en qué, militar, económica, política, él solo quería tener grandeza, honor y respeto para él mismo y su casa con quién quiera que sea su futura esposa y descendencia.

Al ser el tercer hijo de su familia y no tener habilidades mencionables más allá de ser un líder y capitán promedio, su familia no lo tenía mucho en cuenta.

Ponían más empeño en su primogénito quien aspiraba a ser un reconocido general, aveces incluso cuestionando a Edwin por no seguir a su hermano mayor.

Pero Edwin no era tonto ni mucho menos ingenuo, no. Él sabía perfectamente que si lo hacía solo lo presionaría más y más a superar a su hermano.

No tenía buenos motivos para poner todo de sí en la carrera militar, así que decidió seguir a su tío y aprender algo útil, como finanzas o comercio.

La gente adora gastar dinero, cuando Edwin aprendió eso sintió que la idea de seguir a su tío era más encantadora.

Y ahora que conoció a Arthur y pudo establecer su propio acuerdo comercial, Edwin tomó una decisión mientras veía como su nave era reparada.

—Una vez termine mis asuntos en Lirian abriré mi propio negocio y compraré una pequeña flota. —Pensó.

Sin barco no podría comerciar con Orley y no podía depender de las naves de su tío. De hecho, pensó que sería buena idea ir amasando su propia fortuna a escondidas de su familia.

No es que no confiara en ellos sino que quería que fuese una sorpresa, para que cuando llegue el momento demostrarles cuánto había progresado sin su ayuda.

Edwin fantaseo con las caras de su familia y como comenzarían a lamerle las botas pero su imaginación se vio interrumpida por Arthur quien se acercó a él.

—Pareces alguien que trama algo grande. —Arthur soltó una pequeña risa.

—Solo estaba divagando. —Edwin se levantó y miró su barco—. Cuando regrese a Glastos abriré mi propio negocio, me gustaría que mi primer trato se lleve a cabo aquí, ¿Hay algo que te gustaría importar a Orley?

—¿Tu país aprueba la esclavitud? —Preguntó.

—Ja, como todo el mundo. —Edwin se burló de mala gana, al igual que Arthur odiaba la esclavitud.

Cuando era joven tenía un amigo, noble al igual que él. Pero cuando lo perdieron todo debido a las estratagemas de otros, fueron convertidos en esclavos. Edwin quería comprar su libertad pero su familia se lo negó, no querían relacionarse con ellos por dos razones, la primera porque podría dañar su imagen y la segunda, porque una vez esclavo siempre esclavo.

Rey De Reyes - Volumen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora