—Debemos acabar con esto lo más rápido posible. —Dijo Liliana, acto seguido apuntó y procedió a disparar.

Arthur asintió con la cabeza, le voló la cabeza a un arquero y recargó su arma.

—Baldric pagará por cada gota de sangre derramada hoy. —Dijo Arthur.

Al otro lado del campo de batalla, el rey Baldric observaba maravillado la capacidad destructiva de las armas Orlianas, completamente indiferente ante las vidas perdidas a su mando.

—¡Ja, ja, ja! ¿No es hermoso? Imaginen semejante poder en nuestras manos... —Su risa acompañada por los rayos lo hacían parecer aún más loco.

Pero a diferencia de él, las reinas y princesas estaba horrorizadas. Ellas si notaban la desesperación, el dolor y el sufrimiento de los hombres que se sacrificaban por el capricho de su rey. Y también estaban preocupadas por la velocidad en la que estos morían.

—No se preocupen, en cualquier momento nuestras naves desembarcaron en su playa, definitivamente no podrán defenderse de ambos lados al mismo tiempo.

Poco sabía el rey que para este momento, más de la mitad de su flota naval había sido exterminada.

176 barcos Gliderianos hundidos y solo pudieron destruir 5 naves Orlianas que siguieron el ejemplo autodestruirse usando sus cargamentos de pólvora.

Con cada nave destruida, los Orlianos se volvían cada vez más violentos y feroces al igual que el oleaje, tan violento que algunos barcos incluso se ocultaban por unos segundos detrás de las olas.

Incapaces de llegar a la orilla, los Gliderianos estaban horrorizados viendo los restos de sus navíos caídos, velas y tablones flotando o hundiéndose hasta que la vista deje de percibirlos. Algunos incluso podían ver cadáveres flotando pero se desconocía si era una ilusión provocada por el miedo.

—¡R-Retirada!

El efecto dominó comenzó, la moral estaba por el piso, cuando el primer barco comenzó a dar la vuelta, otro siguió su ejemplo y luego otros dos más, multiplicando se hasta que todos tuvieran su rumbo alejado del campo de batalla.

Los Orlianos rugieron eufóricos al ver eso, la victoria estaba en sus manos pero no estaban satisfechos. No se detuvieron hasta que el último barco Gliderianos estuviera hundido, tanto el fuerte como los cañones en la playa se unieron al ataque, por lo menos hasta donde sus cañones les permitían.

—¡¿A dónde mierda creen que van?! ¡Regresen! ¡Esto aún no ha acabado! —Gritó el cuarto príncipe.

El cuarto príncipe Andrew era quien supervisó el ataque naval pero no lo dirigió. Aún así, el fracaso sería atribuido a su nombre. Mientras gritaba insultos y maldiciones a sus hombres, un rayo iluminó sus alrededores y se dió cuenta de los dos barcos a sus lados.

—¡A-Alto, nos rendimos! —Gritó—.

—¡El príncipe Andrew está a bordo, no pueden hundir esta nave! —Gritaron sus tripulantes.

Estaban usando al príncipe para salvarse, en cierto modo lo lograron.

—¡¡¡AL ABORDAJE!!! —Gritó Faila.

—¡Capturen al príncipe, eliminen al resto! —Siguió Feyton.

Mientras estos dos barcos se ocupaban del príncipe, el resto de barcos persiguió a los que escapaban. La moral ahora se fue por debajo del piso luego de ver el navío del príncipe capturado, los Gliderianos ya no querían ni defenderse, solo querían huir.

Los barcos Orlianos restantes les impidieron su escape al destruir sus mástiles con balas encadenadas, al menos las que quedaban de ellas. Aún así, ningún navío Glideriano se salvó.

Rey De Reyes - Volumen 1Where stories live. Discover now