capítulo 58

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Capítulo 58
Mimi Rosé
La primera sinfonía.

El suave murmullo de la multitud impregna el aire, llevando consigo la energía electrizante de la anticipación. Estamos en la ciudad que ha sido testigo del viaje extraordinario de mi amado Luka, la misma ciudad que moldeó su corazón y su talento hasta convertirlo en el excepcional violonchelista que hoy es. Estamos en Chicago, en el epicentro de su resurgimiento, pues esta noche, por fin, tendrá lugar el ansiado regreso al escenario.
Estaba lleno de nerviosismo y ansiedad creyendo que nadie vendría a verlo, pero fue sold out en menos de dos horas.
¿quién no querría ver al gran Luka Hauser?
Aprendió a creer el poder de la música, y en él. Así como yo lo hago.
Mientras me uno a Luka en los vestidores, no puedo evitar sentirme abrumada por la magnitud de este momento. Nuestros ojos se encuentran, y en ese intercambio silencioso puedo leer la mezcla de emoción, determinación y afecto que se refleja en los suyos. Sus manos, firmes pero cálidas, buscan las mías, y en ese contacto encuentro la fortaleza que ha cultivado a lo largo de su travesía.
Antes de que se encamine hacia el escenario, nuestros labios se encuentran en un beso lleno de significado. Un gesto fugaz pero cargado de amor, un recordatorio silencioso de todo lo que hemos superado juntos y de la conexión indeleble que compartimos. Susurramos un ‘te amo’ como un juramento silencioso, sellando la promesa de apoyo incondicional que nos une en esta noche trascendental.
Mientras lo veo partir hacia el escenario, el eco de su música envolviendo la sala, sé que este momento no solo marca su regreso triunfal, sino también el renacimiento de nuestra historia juntos. Con cada nota que interpreta, sé que está regalando al mundo su corazón y su alma, y yo, desde la penumbra del backstage, le envío mi amor y mi admiración, sabiendo que siempre seré su apoyo más firme, su fan más entregada.
Porque esta noche, en este escenario iluminado por la pasión y la maestría de Luka, somos testigos de un capítulo nuevo, lleno de promesas y posibilidades, donde el pasado doloroso se convierte en la partitura de un futuro brillante y esperanzador.
A medida que las primeras notas se elevan grácilmente desde las cuerdas del violonchelo, siento que el tiempo se desvanece a mi alrededor. Mis ojos se posan en Luka, quien emana una calma y una serenidad que solo puede nacer del profundo amor por su arte y la renovada conexión con su propio ser. Cada matiz de emoción que recorre su rostro se convierte en una melodía tangible, una expresión viva de su amor por la música y por el don que le ha sido otorgado.
Sus movimientos son precisos, pero se deslizan con una gracia que solo puede llegar con la aceptación plena de uno mismo. En cada nota, puedo sentir su corazón latir, sus emociones tejidas en cada cadencia y cada silencio. Sus ojos, fijos en el horizonte invisible, parecen contener el universo entero, pero también revelan la vulnerabilidad de un alma que ha sido forjada en el fuego de la adversidad.
A medida que la pieza musical se desenvuelve, las capas de emoción cobran vida ante mis ojos. En cada arco de su instrumento, puedo vislumbrar la historia de sus luchas y sus victorias, entrelazadas con sonidos conmovedores que trascienden el tiempo y el espacio. Es un testimonio de su resistencia, pero también de su renovada fe en la belleza que pervive en el mundo.
Mientras lo observo, mi admiración por él no conoce límites. Es solemne y majestuoso, como un ser de otro mundo que ha descendido a la tierra para regalarnos un atisbo de la eternidad. En estos momentos, en los que su amor y su paz se entrelazan con la música, no puedo evitar sentir que estoy presenciando un momento trascendental, un eco etéreo de la promesa hecha el día en que nos dijimos ‘te amo’ por primera vez.
Porque Luka no solo es mi amor platónico, es el amor que ha dado forma a mi vida, el faro que ha iluminado mis días más oscuros y el reflejo de todo lo que anhelo en el mundo. En este escenario, ante el mundo entero, él brilla con la luz de la pureza y la redención, recordándome que, en su presencia, siempre encontraré el refugio de su amor y la grandeza de su espíritu.
Las ovaciones no se hacen esperar, los gritos y aplausos de las multitud ensordecen.
Mi madre suelta lagrimas de admiración, y puedo ver que no es la única, Luka no se imagina si quiera lo que se siente al verlo tocar, es un ángel lleno de sentimientos, lleno de vida y justo ahora lleno de amor.
Me siento orgullosa de formar parte de su vida, de ser su complemento y de ser la mujer con la que desea vivir ese “ Para siempre” que si soy sincera creo que nos quedará corto para lo mucho que nos amamos. 
La primera sinfonía de nuestras vidas es esta.
Mi corazón rebosa de alegría cuando estoy junto a Luka. Verlo en paz, interpretando su cello frente a una multitud que lo admira, me llena de amor y admiración. En esos momentos, no puedo evitar imaginar la vida maravillosa que vamos a tener juntos. Visualizo a Luka siendo no solo un músico extraordinario, sino también el mejor de los padres para nuestros futuros hijos. Esos pensamientos me colman de dicha y gratitud, por estar al lado de alguien tan especial como él.
Toma el micrófono y habla con él público para presentar la siguiente canción que tocará, se la lista de memoria y mi corazón empieza a latir con fuerza al saber cuál es la que sigue.
──Está canción, aunque es triste quiero dedicársela a mí hermosa mujer y amor de mi vida. Inicio nuestra historia complicada hace algunos meses, y hoy le da inicio a la mejor etapa de nuestra vida juntos, amor mío. Te amo, Mimi.
Las notas de “Caruso” suenan, y me centro en él en cuando nuestras miradas se cruzan, en la pantalla me veo reflejada con lágrimas en los ojos porque esa canción aunque esta llena de tristeza y dolor tiene un gran significado para ambos.
Lo amo…
Con mi alma, y con mi corazón rosa.


Amor platónico Where stories live. Discover now