capítulo 32

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Capítulo 32
Mimi Rosé
Una cena

Soy su novia.

Soy novia de Luna Hauser, soy la novia de mi eterno amor platónico.

La sensación es indescriptible, me siento en una especie de sueño, del cual nunca quiero despertar.

Ver a Luka ensayando lo que será el concierto para lo niños es alucinante, puedo ver en primera fila la gran logística que se maneja detrás de un gran espectáculo.

Prueban todo, desde la luces, sonidos, acústica, volumen e incluso entradas y salidas. El quiere que todo sea perfecto, y se que lo será su empeño y esfuerzo porque así sea lo hará posible.

Permanezco sentada en una de las filas junto a Francia, quien revisa en su pequeña Tablet la lista de las cosas que debe tener listas para Luka. Desde sus trajes hasta los cellos que usará.

──¿usa Cellos específicos?

Inquieto viendo la lista.

──Si, él dice cual quiere usar y yo debo traerlo de donde este. Te dije; es algo Perfeccionista.

¿Algo?

Demasiado. Son cosas que uno como admiradora no llega a ver… 

──¿y donde están esos? ──inquiero señalando las pequeñas fotos que tiene en el block de notas.

──En New York. Este es su primer Cello. ──expande la imagen y puedo verlo en detalle.

Tiene imperfecciones y esta algo abollado pero se el significado que tiene para él. Se lo mucho que lo quiere y aprecia y el hecho de que quiera usarlo para tocarle a los hilos dice lo mucho que le importa presentarse para ellos.

Se escucha el cello con fuerza de fondo, Luka esta ensayando una y otra vez con la orquesta. No usa partituras, ni nada que guíe sus notas y escalas, las sabe de memoria y es algo impresionante.

──Y esta es la lista de las cosas que debe tener en el camerino. ──señala y observo. Tiene una reglon tachado.

Puede aún leerse licor debajo de este.

──¿El…?

Asiente.

──Si. El mismo. Lee aquí…  ──me extiende la tablet y Leo lo que tiene escrito en negro y resaltado con amarillo.

Café hecho por Mimi.

Río con fuerza, y ella se contagia.

──Así que ya sabes. Hazle como tres termos no hagas que me despidan, y por cierto también quiere a la planta llamada Mimi con él. ──rio más fuerte haciendo que algunos giren a verme. 

Francia sonríe en demasía.

──Ya sabes…  no hagas que me despidan.

──¡Anotado!

Noto en la distancia a Ignacio observando a Luka mientras ensaya, su mirada esta llena de oscuridad, no se que tanto oculta pero sé que aquello que sea puede hacer decaer a Luka.

──No te preocupes por él. Si Luka habló claro debe respetar su decisión.

El susurro de Francia me trae de vuelta a la realidad.

──Temo que use algo en contra de Luka.

──No lo hará, no puede. Se quedaría sin su 10%. ───murmura, no digo nada más me enfoco en Luka quien sigue tocando y su mirada se posa en mi.

Eso es todo.

El mundo se detiene y nadie existe, solo él y yo.



****



──¿Te duelen las manos? ──inquiero.
──Lo dedos, las articulaciones. Suele hacerlo cuando ensayo muchas horas.  ──dice sentado a mi lado mientras vamos camino a casa de mi madre.

Por un instante pensé en declinar a su invitación debido a las horas que pasó ensayando Luka y a su rostro agotado.
Paseo Ligeramente mis dedos por los suyos. Cierra sus ojos y disfruta de mi tacto.

──Comemos y nos vamos a casa. ¿Si?

Asiente.

──Me dijo Francia que mandaste a traer tu cello de New York.

──Si. Quiero que los niños lo vean.
Deja caer su cabeza en mi hombro.

──Sera muy especial para ellos, y para ti.

──Para mi será especial tenerte en primera fila, allí te quiero viéndome y mirándome a los ojos. Te quiero a mi lado, Mimi.

──Allí estaré.

──Perfecto.

La camioneta aparca en frente de la casa de mi madre, Luka toma en sus manos las Rosas que escogió y compro para ella. Abro la puerta y su guardaespaldas me ayuda a bajar.

Luka viene detrás de mi, la guio hasta la puerta principal es impresionante el olor a comida que sale de casa de mi madre, abro la puerta y enseguida somos bienvenidos por Lola.

Mi madre fue por ella.

La carga y lleno de besos su rostro, la amo con locura, la extiendo a Luka para que haga lo mismo y lo hace, hasta le habla como si fuese una bebé para seguirme hasta la cocina donde mi madre esta afanada.

Se le ve la emoción y la felicidad.

──¡Llegaron! ──exclama secando sus manos para abrazarme, acaricia mi rostro y deja dos besos en mis mejillas.
Reparando un poco la luz que empieza a parpadear en mi interior, cauterizando las grietas que se empiezan a formar…
Ella cura lo que sea.

Detalla mi mirada, calla un instante y vuelve a abrazarme.

──Mi florcita. Te extrañe.

──Yo también, mama. 

Pasa de mi a Luka quien le extiende las Rosas y como era de esperarse se sonroja y las abraza a su pecho, mi madre ama las Rosas.

──¡Rosas! ──chilla como niña chiquita, y río al verla.

Me hace tan bien verla así.

──Gracias por invitarnos.

──Esta es su casa, y están más que bienvenidos. Por favor siéntense.

──No, mamá. ¿En que puedo ayudarte?

──En nada. A sentarse.

Luka, y yo obedecemos. La mirada de mi novio se pasea por la pequeña casa de mi madre la cual tiene paredes decoradas con miles de fotografías mias, mi infancia esta impresa en cada una de ellas, él se levanta lleno de curiosidad dejando a Lola en el suelo.

Me pone algo ansiosa que este observando mis fotografías.

──Eras la niña más bella. ──murmura tomando una en sus manos.

Observó cual es… 

Es una fotografía tomada en Halloween, llevaba un pequeño disfraz de Hada en tono Rosa, mi cabello iba recogido en alto y las alas eran más grandes que mi torso pero lo amaba.

Amaba con locura ese disfraz.

Mi papá me lo compró.

Mis orbes azules resaltaba en mi rostro pálido, era lo que más llamaba la atención de mi en ese entonces. Mi padre sale en la fotografía también.

──¿Es…?

Asiento.

──Si, ese disfraz me lo compró él. Me decía el Rosa era mi color, era mi tono de vida.

──¿Cómo se llamaba?

──Vincent. ──susurro.

Luka pasa sus dedos por la fotografía y la devuelve al lugar donde estaba para pasar su mirada a otra.

──¿Qué edad tenias cuando…?

──19.

──¿Qué fue lo que pasó?

Suspiro y se gira a verme.

──Un infarto. Él solía cuidar el jardín porque mi mamá lo amaba y él para hacerla feliz lo mantenía bello y deslumbrante. Un día normal salió a cuidarlo y…  cayó. No se pudo hacer nada. Había cortado Rosas para mi mamá una para mi, esas mismas se colocaron en su tumba. ──murmuro con un nudo en la garganta.

Su mano acuna mi rostro.

──Lo siento.

Sonrió levemente.

──No ahí dolor en el recuerdo, sé que le dije muchas veces que lo amaba y el siempre me hizo sentir amada. Lo recuerdo con amor y cariño, mamá hace lo mismo.

El timbre suena y ambos giramos hacia ese punto.

Mi madre sale de la cocina viendo a Luka frente a las fotografías.

──Tengo tres álbumes guardados, ya te los busco. ──musita. ──. Invite a Brady. Espero que no les importe.

Sobrio feliz, y Luka hace lo mismo. Sabe lo mucho que significa Brady para mi.
Mi madre abre la puerta y la energía vibrante de Brady hace acto de presencia.

──Huele a Gloria y veo un Dios… ¡Carajos! Es Luka Hauser.












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