capítulo 36

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Capítulo 36
Mimi Rosé
Nervios.

Cuando Francia me dijo que Luka tenía un carácter particular, no lo creí.
Estaba muy molesto, tanto que me asusto un poco, por lo que leí la abstinencia puede causar cambios de humor.

Quizás eso es lo que pasó.

La ayuda psicológica es importante pero con la agenda de Luka la cuál cada día es un poco más complicada se ha dificultado su asistencia, sólo le da tiempo para ir a las reuniones de AA.

Lo observo en la distancia leyendo unas partituras, mientras tiene el bastón en sus manos.

──¿Quieres comer algo antes de irnos al hotel?

Niega.

──Sólo quiero que te sientes a mi lado. ──Susurra.

Me levanto del sofá con Lola en mis brazos, y me siento a su lado mientras pasa de hoja para seguir estudiando lo que tiene frente a él.

Recargo mi cabeza en su hombro.

──Mimi… ──susurra. ──. De verdad, te amo. Eres todo en mi vida en estos momentos. ¿lo entiendes?

Elevo mi rostro para verlo, acuno su rostro con mis manos puedo notar lo que siente.

──Yo también te amo y mucho, eres más que mi amor platónico, mucho más.
Se inclina hacia mis labios lleno de deseo hacia mi, y me besa apoderándose de estos para dejar todo a un lado, llevándome entre  sus brazos hacia mi habitación.

Estar en sus brazos es una delicia, sentir sus caricias, su manera de amarme y de hacerme parte de su piel me lleva al cielo y me deja allí, haciendo que me sienta ligera y llena de deliciosas sensaciones.
Todo parece sacado de un sueño, todo parece sacado de esos momentos que soñé e imaginé.

Permanecemos acostados en mi cama desnudos mirando el techo, ya falta poco.

La puerta es tocada, ninguno dice nada. Me acerco a su rostro y dejo un beso en su mejilla.

──Estoy emocionada.

Gira su rostro para verme.

──Primera fila.

──Allí estaré.

Asiente para acunar mi rostro y posar sus labios en los míos, su teléfono nos interrumpe, gruñe pegado a mis labios.

──Ya vinieron… ──sisea saliendo de la cama lo observó vistiéndose con calma  mientras contesta el teléfono y notifica que un par de minutos saldrá, abre la puerta de mi habitación permitiendo de Lola entre.

Siempre lo hace, la toma en sus brazos y la acaricia con mimo.

──Recuerda que debes de llegar temprano. No quiero que la prensa te vea. ──Musita.

──Me ducho y me arreglo. Francia enviará a alguien por mi.

──Ok.

Suelta a Lola y viene hacia la cama para volver a besarme.

──Te amo, Mimi.

──Yo más.

Lo veo marcharse, escucho luego de un par de segundos la puerta principal cerrarse y salgo de la cama para meterme en mi ducha.

Hoy será la primera vez que lo vea en un concierto.

Hoy será un día mágico.

Mi teléfono suena y salgo del baño para contestarlo rápido, puede ser Luka. Quizás olvidó algo…

──¿Si?

──En 20 minutos llegará un equipo de estilistas y maquilladores para arreglarte. ──dice Francia en mi oído.

──¿un que?

──La novia de Luka Hauser debe ir bellísima al concierto. Lo dejaras sin aire cuando te vea, te lo aseguro… ya van para allá, no vemos.

──Francia…

La llamada es trancada.

¿Qué… mierda?



****


Luka tuvo la gentileza de invitar a mi madre, Inés  y a Brady. Ellos irán aparte.

Por mi parte quiero darle una pequeña sorpresa a Luka antes que se vaya hacia la escuela de música, debo admitir que el equipo que envió Francia a mi casa hizo una maravilla conmigo.

No podía creer lo que vi en el espejo cuando terminaron.

Mis ojos se vieron resaltados con el maquillaje, y mi cuerpo queda un poco al descubierto con el conjunto de dos piezas lila que llevo puesto.

Una falda con una abertura sugerente y un lindo top.

Bajo en toda la entrada del hotel, me siento un poco incómoda al recibir tantas mirada mientras camino, sin darme cuenta tropiezo con alguien que tiene la amabilidad de evitar que caiga, noto que lleva una cámara en sus manos, nuestras mirada se cruzan.

──Lo siento. ──Susurro.

Niega ladeando su rostro, está estudiando mis facciones.

──¿Eres huésped de aquí?

Me tenso, por su vestimenta y la cámara puedo notar que es de la prensa, la voz del concierto se corrido… y están en busca de Luka.

──No, lo siento.

Lo ignoro, la seguridad de Luka me sigue de cerca, eso me delatará, me adentro en el lobby con el corazón a mil.

Dejando que quienes me cuidan queden en la puerta. La prensa no debe saber de mi, van a agobiarlo… y no quiero eso.

──¡Oye, chica faro!

Me giro.

──Hola.

──¿Estás bien? Te ves pálida. ──Me sujeta por el ante brazo y siento que tiemblo ante su toque. ──. Ven… ──un destello lejano me hace fruncir el ceño pero me aferro a su cuerpo, siento que en cualquier momento voy a caerme.

Me ayuda a sentarme, y se arrodilla frente a mi.

──Respira, La prensa está vuelta loca buscando a Hauser. ──Susurra. ──. Se fue hace una hora por la parte de atrás. ¿Viniste a verlo?

Trago grueso.

──Si. Pensé que lo encontraría, solo quería darle una sorpresa.

Pide un agua a uno de sus compañeros, y este corre en busca de esta.

──Tengo que irme. ──Susurro intento levantarme pero niega.

──Toma un poco de agua, y luego te vas. No empezará el concierto sin ti, estoy seguro de ello.

Sonríe levemente.

──¿Por qué tan seguro?

──Porque yo no lo haría.

Recibe la pequeña botella de agua helada de su compañero, la abre para mí y me la extiende no sin antes quitar un mechón de mi cabello de mi rostro.

──¿A qué hora empieza?

──Dentro de cuatro horas… ──susurro viendo el reloj de pared de la recepción. ──. Pero ya yo debería estar allá. Tengo que irme.

Me levanto bajo su mirada, le doy otro sorbo a mi agua, y le agradezco por esta, su mirada no se aparta de mi rostro
.
──Sabes… nunca nos hemos presentado oficialmente. ──Me extiende su mano. ──. Me llamó Sebastián.

Estrecho mi mano con la suya con una leve sonrisa en mis labios.

──Mimi. Mimi Rosé.

──Eres bellísima, Mimi. En serio. ──me sonrojo ante su alago, y suelto su mano luego de un rato. ──. Espero que él sepa valorar lo que vales, porque aún sin conocerte puedo notar lo mucho que brillas y lo maravillosa que eres, Mimi.

──Gracias, en serio. Espero verte de nuevo Sebastián. Hasta luego.

Me alejo y respiro hondo al notar que ya no queda prensa en la entrada del hotel, deben haberse ido para la escuela de música.

Subo a la camioneta que espera por mi y nos ponemos en marcha, debí llamar a Francia antes de venir…

Me hubiese ahorrado la angustia.

Recargo mi cabeza en el asiento, y me calma el sentirme a salvo, es cierto lo que dice Luka, no estoy preparada para afrontarme a la prensa a los paparazzi.

Aún, aún no podría.

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