capítulo 19

324 87 8
                                    

Capítulo 19
Luka Hauser
Sólo un poco de locura.


Dormir con Mimi, ducharme con ella, y despertar a su lado se van a convertir en mis cosas favoritas.

Va a mi lado en la camioneta, es un nuevo día, y ella debe ir a trabajar.

──Mi madre no ha parado de llamarme desde ayer. ──Susurra revisando su teléfono. ──. Más cuando le dije que fuese a cuidar a su nieta mal portada.

Río.

──Deberías llamarla.

──Lo haré cuando llegue a la floristería. ──Musita girándose a verme.

Está más hermosa que nunca. Su cabello lo lleva en una cola alta, va con la misma ropa que llevaba ayer pero le ha agregado una de mis camisas a su ropa. La lleva abierta, y arremangada como si fuese una chaqueta, y para ser sincero le queda espectacular.

──Te queda bien.

Baja su mirada a mi camisa, y sonrie.

──Gracias. ¿Qué harás hoy?

──Tengo un par de reuniones. Pero, me gustaría cenar contigo hoy. ¿Te parece?

Asiente mordisqueando sus dedos.

──Me encanta la idea.

──La pasé muy bien, Mimi. En serio. ──Confieso.

──Yo también. ──Acuno su rostro para acercarme a ella, y dejo un pequeño beso en sus labios que me deja con ganas de más de ella.

Creo que ella se volverá mi nueva adicción.

Recarga su cabeza en mi hombro luego de separarnos, pero al rato se tensa cuando aparcamos frente a la floristería.

──¿Mamá? ──Inquiere.

Una mujer muy parecida a Mimi lleva a Lola en sus brazos y habla con la señora Inés muy animada.

──¡Oh mierda! No te detengas… sigue, sigue. ──Dice Mimi apresurada a mi chófer.

──¿Por qué? ──Pregunto hacia ella.

──¡Porque si te ve no va a dejar de preguntar!

Sonrío al ver su rostro lleno de angustia. Sujeto sus manos.

──Puedo responder sus preguntas… créeme. Estoy acostumbrado a ser asediado, a menos que no quieras que me vea.

Hago una seña a mi chófer que se detiene a un par de metros de la floristería. Mimi me observa, y gira su rostro para ver hacia atrás donde su madre sujeta a Lola.

──Si dice algo que me avergüence te tapas los oídos, y haces como sino escucharás nada. ¿Ok?

──Ok… ──sonrío divertido.

──Y no te dejes manosear mucho por Inés que luego se me infarta, y si mamá te dice que Lola es tu hija, tú solo asientes. ¿Ok?

──Ok… ──Río con fuerza.

──Mi madre está loca, pero la amo.

──Ok.

Acaricio con cariño su mejilla, cierra sus ojos y asiente para luego abrir la puerta y bajar de la camioneta, bajo detrás de ella.

Esta nerviosa puedo notarlo y por ello tomo su mano.

Las mujeres que se encuentran frente a la floristería, siguen hablando hasta que Inés nos observa, señala sin habla hacia nosotros haciendo que la madre de Mimi se gira hacia nosotros para vernos.

Se queda petrificada al vernos pero no pienso soltar la mano de Mimi, que camina en dirección a ellas, y se detiene a pocos metros.

──¿Ese es Luka Hauser? ──Balbucea su madre, señalándome.

──Si.

──Es hora de correr. ──Musita. ──. Tu primero, yo le lanzó a Lola y te escapas. ¿Si?

Esto será divertido.

──No, no… nada de lanzar a Lola. ──Susurro, me acerco a la señora y Lola me reconoce estirando sus patas para venir conmigo. ──. Lolita, bella.

──¿Mimi?

Inquiere su madre.

──Mamá, te presento a Luka Hauser. ──Musita Mimi con la mirada en mi y en Lola.

──¿Es Luka Hauser?

──Si, mamá. Si lo es.

Sujeto a Lola con una mano, y le extiendo la libre.

──Mucho gusto, señora. Creo que ya sabe quién soy.

Su mirada pasa de Mimi a mi, para luego posarla en mi mano, un poco incrédula.

──Matilde. ──susurra. ──. No vas a mater en prisión a mi única hija. ¿Verdad? Ella no te secuestro, bueno, según palabras de ella. ¿Te drogo o algo?

Sonrío divertido mientras Lola sigue en mis brazos, ya sé de dónde salió Mimi. 

──Si me secuestro, pero quedará entre nosotros. ──murmuro guiñando un ojo.
Su madre ríe.

──¡Es Luka Hauser! ──Chilla luego de un rato. ──. Y mira… tiene a su hija en brazos.

Mimi se gira a verme, y cubre su rostro con sus manos llena de vergüenza.

──¡Trágame tierra! ──Balbucea.

──Si, mi hija. ──Contesto siguiendo las instrucciones de Mimi.

──Hola, Buenorro. ──Habla Inés haciéndose notar.

──Buenos días, Señora Inés. ¿Cómo esta hoy?

──A punto de un divorcio… ──canturrea abriendo la puerta de su local para guiarnos hasta dentro. ──. Pronto estaré soltera, para que lo sepas.

──Inés… es de mi hija. Controla tus hormonas. ¿Por qué eres de mi hija, verdad? ──Pregunta posando sus ojos en mi.

Sus orbes son increíblemente azules, muy parecidos a los de Mimi.

──Si, soy de Mimi.

──Voy a morir. ──Balbucea a mi lado, la abrazo con mi mano libre y la pego a mi cuerpo entrando junto a ella a la floristería. ──. Te dije que estaba loca.

Eleva su rostro para verme.

──Me cae bien un poco de locura. ──Susurro.

Ambos nos quedamos mirando fijamente, un leve carraspeó hace que nuestra conexión se pierda por un instante y nos enfoquemos en quienes tenemos en frente con la mirada clava en ambos.

──Si, es de ella. ──Afirma su madre. ──. Tocas increíble, debo decir que eres maravilloso en lo que hace.

Sonrío al escucharla.

──Gracias. Es lo que me apasiona.
──Se nota.

──Ya quisiera yo que me tocaran así. ──Balbucea Inés.

Todos elevamos nuestras cejas.

──¡Inés! ──exclama Matilde sorprendida, mientras Mimi y yo reímos. ──. Esa vieja está loca. Luka… te gustaría un café o algo.

Paseo mi mano por Lola quién ronronea.

──No, gracias. Debo irme tengo un par de reuniones y si quiero terminarlas temprano ya debería partir. En otra ocasión aceptaré con gusto. ──Musito ella asiente con amplia sonrisa. ──. Debo irme.

Mimi me observa con una dulce arcada de sus labios.

──Está bien. Yo debo trabajar…

Extiende sus manos para tomar a Lola, se pasa con calma hacia ella y se acuesta muy cómoda, dejando reposar su cabeza en su hombro y ocultando este en el cuello de Mimi.

──Me extraño. ──Susurra.

──Puedo verlo. ──Me acerco a su mamá y extiendo mi mano hacia ella. ──. Fue un placer conocerla. Espero verla pronto. Me gustaría mucho aceptar ese café.

Sus ojos brillan.

──Yo encantada de la vida. Cuando quieras, Luka. ──Musita. ──. ¿Puedo llamarte Luka, verdad?

Elevo la comisura de mis labios y asiento.

──Claro que sí. ¿yo puedo decirle Matilde?

──Pues claro. No faltaba más. Ni se te ocurra decirme señora, ya bastante tengo con la edad que me cargó encima. Para ti soy Matilde o suegra.

Ambos reímos con fuerza.

──Dios… ──Mimi suelta a Lola y niega con las mejillas roja. ──. Mami, yo te amo pero estás loca, en serio.

──No más que tú. Pero, aja hija… así nos hizo diosito.

Me despido de Matilde quién me abraza con fuerza, y rio al sentir su efusividad para luego pasar a la señora Inés que aprieta mis brazos con fuerza.

──Este hombre está muy fuerte.

──Debo estarlo para tocar por horas. Es necesario… sino los brazos se me cansarían con facilidad.

──Ya ya… ──dice Mimi alejándome de Inés. ──. Va a infartarse, mírala ya está roja.

Señala Mimi a Inés que ríe divertida. Paso mi brazo por su espalda y me despido nuevamente para salir con ella hasta el frente de la floristería.

──Te llamó a lo que salga de las reuniones.

──Está bien pero, no tienes mi número. ──dice y es cierto.

Le extiendo mi teléfono y ella sonríe al notar que sigue siendo mi fondo de pantalla con Lola.

Guarda su contacto y me devuelve el aparato.

──Me encanto pasar la noche contigo, Mimi.

──A mi también Luka, aunque fue una mañana llena de vergüenza.

──Fue divertido, créeme. Sólo cuando tú estás alrededor sonrío de verdad. Mérito enorme.

Confieso, puedo notar como traga grueso.

──Nos vemos en la noche. ¿Ok? ──asiente.

──Nos vemos en la noche…

La tomo de su cintura y la halo a mi cuerpo para estampar un beso en sus labios, tengo gran necesidad de ellos.

La vibra fluye.

La química está en pleno apogeo.

Me alejo de ella con pesar, y con miles de sensaciones en mi cuerpo. No quiero dejar de sentir ese sacudón que genera el estar tocándola y mirándola.

──Prometes que nos veremos esta noche.

──Lo prometo, Mimi.


Amor platónico Where stories live. Discover now