capítulo 16

316 89 8
                                    

Capítulo 16
Mimi Rosé
Un beso.


Sus labios tocan los míos, y se siente como magia…

Magia real.

La vida fluye por mis venas con intensidad, el tacto se intensifica, y los sabores de la vida son dulces.

Se levanta sin apartar sus labios de los míos, y me pega a más a mi cuerpo haciendo realidad uno de mis más grandes sueños, besar a Luka Hauser. Sus labios y la manera en la que me posee con ellos es deliciosa y sutil, me dejó llevar por su guía haciéndome la ciega y solo permitiendo que mi sentido del tacto viva está experiencia mágica.

Nos separamos ligeramente, mi respiración se encuentra tan agitada como la suya, sus orbes oscuros me observan y su nariz roza ligeramente la mía.

Él necesita amor, y yo puedo dárselo. Yo quiero dárselo.

──Tienes que ser un sueño.

──¿Por qué? ──Inquiero.

──Porque solo en ellos me siento en paz. Tu no debes ser real. ──Sisea.

Pasea su pulgar por mis labios.

──soy real, Luka. No es un sueño.

──Demuéstramelo. Demuéstrame que esto no es un intento desesperado de mi alma para salvarme.

Tomo una de sus manos, y la guío hasta mi pecho justo donde está mi corazón para que sienta como late desbocado por él, mi corazón quiere salirse de mi pecho.

Él me roba el aire, es como si tomará gran porcentaje de este y me dejara la mínima cantidad para sobrevivir.
Me pongo de punta, y llego a sus labios para dejar un pequeño beso en estos, mis piernas tiemblan.

Sujeta mi rostro con ambas manos y me detalla de cerca, es como si para él yo fuese un sueño difícil de explicar.

──Grité por ayude, suplique por ayuda… y llegaste, llegaste a mi Mimi.

Está por besarme cuando las puertas principales se abren, y nos vemos interrumpidos por una estampida de niños emocionados.

Me separo de Luka para ver el rostro iluminado de todos los niños que asisten a su escuela de música, esa misma que fundó para llenar de alegría y pasión a estos niños que están frente a él.

Los profesores insisten en que se sienten mientras Luka sonríe hacia ellos y los saluda uno por uno dándoles la mano, llega rápidamente a la conclusión que la emoción de ellos solo se apaciguara si él toca.

──Si se sientan, tocaré para ustedes. ──Anuncia haciendo que griten y corran hacia las sillas del pequeño teatro.

Todos se sientan, los profesores buscan ordenarlos. Bajo del pequeño escenario para pararme junto al Gran profesor Cooper, ese mismo que lleno de esperanzas a Luka.

Ignacio observa en la distancia en silencio.

──¿Cómo supo que el tenia un talento? ──Inquiero al hombre mayor.

Sonríe recordando.

──Solo me hizo falta ver cómo le brillaban los ojos cuando sonaba el cello. Ningún alumno se quedaba horas viendo un instrumento. Al principio fue un desastre… ──ríe, contagiándome. ──. Parecía que estaba matando gallinas pero luego de tres clases le salió la primera armonía, fue… cuando entendí que él sería grande. ──Señala a Luka, la melodía que emana del cello eriza la piel. ──. Y lo es fluye, es como si fuesen uno sólo.

Se siente hasta el alma, mi corazón se precipita, muchas veces quise verlo en vivo.

Soñé con que me daba un concierto privado, él sólo tocaba para mí y su mirada llena de fuerza y pasión me envolvía en una tela de seda que  nos unía en un vínculo irrompible, donde solo él y yo existíamos. 

Los notas de cello resuenan derramando vibras de vida.

──¿Sabes porqué es tan exitoso? ──Inquiere hacia mi.

──Por la pasión que imparte.

──En parte… pero es porque él hizo que un instrumento que solo se usaba para música clásica tenga fluidez en cualquier género, él llevo al violonchelo a conocerse, a redescubrirse. Nos demostró que la música clásica y la moderna pueden funcionarse y complementarse. ──Musita. ──. Míralo, él redescubre todo aquello que toca… aunque en ello, él se pierda.

Sus palabras me llegan. Vuelvo mi vista a Luka, quien toca con pasión y alegría Libertango.

Los niños están tan emocionados que me impregnan de ella, siento una increíble alegría al verlo tocar.

La tensión que genera su cercanía se libera y mis sentidos se elevan, es como terapia. Entiendo cuando dice que su alma sólo llega a sentirse salvada cuando toca, es cómo si el cello hablase con el alma y con el corazón, llenando vacíos e incluso iluminando sombras haciendo que estás desaparezcan del todo. Alejando esos fantasmas que buscan de alguna manera de hacer que alma se sienta vacía.

Es inspirador verlo. Ese Luka Hauser que estoy viendo en estos instantes es el mismo que imagine que sería.

Se gira a verle levemente y me guía un ojo derritiendo todo en mi.
Los niños aplauden llenos de emoción, sé que en este instante él está disfrutando de esto, tanto que va a cuestionarse el hecho de que no quería venir.

Deja el cello en el paral, no sin antes pasear sus dedos por el estribo con cariño. Creo que es su forma de mostrar respeto hacia el instrumento que tanto le ha dado.

Habla un rato con ellos, puedo escuchar como los invita a no renunciar, a seguir practicando si sienten que es su pasión.
Es bonito de ver…

──¿Cuál es tu secreto, Mimi? ──Giro mi rostro cuando escucho a Ignacio a mi lado.

──¿De que hablas?

Señala a Luka.

──Él nunca hubiese aceptado venir. No le gusta mostrarse feliz cuando no lo siente.

Tenso mi mandíbula.

──¿Qué le estabas ofreciendo cuando entro al salón? ──Pregunto sabiendo la respuesta.

Él le da licor.

No dice nada, ladea su rostro.

──Eso es entre él y yo. ──Suelta.
Asiento molesta.

──Bueno, mi secreto… es entre él y yo.
El calor de unos dedos me obligan a alejar la mirada de Ignacio, Luka está frente a mi con una leve sonrisa en sus labios. Puedo notar que sus ojos brillan un poco de alegría.

Algo, algo en él se la iluminado.

──Vamos. ──Susurra entrelazando nuevamente nuestras manos, agita su mano hacia los niños y les promete volver.

El profesor Cooper le da un rápido abrazo a Luka.

──Me encantó verte, Luka. Por favor  vuelve… y usted señorita Mimi, se ha robado mi corazón.

Río divertida al escucharlo.

──Hasta pronto.

Me despido también de los niños, y salimos del auditorio dejando a todos atrás.

Luka no espera a nadie, yo me limito a seguir su ritmo al caminar el cual es apresurado, no se a donde me lleva yo solo me dejo guiar hasta el pasillo que da con la entrada de la escuela…

Empuja la puerta del pequeño museo que han creado para él, me toma de la cintura y me pega en una de las paredes.

Sus fotografías decoran las paredes, pero es su rostro lo que se roba mi atención, está tan cerca que me siento pequeña.

──Quiero besarte otra vez. Necesito hacerlo.

Pestañeo un par de veces incrédula.
¿Puede uno desear algo con todas sus fuerzas hasta el punto que se hace realidad?

──Hazlo, bésame. ──Murmuro.

Su nariz roza con la mía, se va acercando tanto que siento su aliento sobre mis labios, y la unión de ellos llega.

Mi sueño más romántico, se ha hecho realidad.

Amor platónico Where stories live. Discover now