—Bien... Ha... Honestamente, Arthur, todos aquí estamos de acuerdo en que mereces una compensación. Esperábamos darte tierras, recursos, dinero e incluso un ascenso nobiliario si así lo quieres... Pero dado que estás llevando demasiado lejos las cosas, no tengo de otra que rechazar cualquier solicitud que tengas en mente y terminar el asunto aquí.

El rey se levantó tranquilamente.

—Se anula el juicio. Aquel que se atreva a atentar contra los Mallory espero que lleve la palabra "traición" en mente. Este es un decreto real. En cuanto a usted, conde Preston, me aseguraré de que Los Mallory paguen por sus acciones.

Traicion... En resumen, si son descubiertos, se les despojará del título, tierras, pertenencias o incluso podrían ser ejecutados.

La gente comenzó a dispersarse, Arthur incluso vio como Elliot se burlaba disimuladamente de él mientras se iba.

—Te dije que era demasiado, Arthur. ¿Por qué no hiciste caso? —Suspiró Preston.

—¿De verdad piensas darle todos esas cosas a quienes te traigan a Elliot? —Preguntó Radela Greenhart, la madre de Adela.

Los Greenhart estaban más que dispuestos a acompañar a Arthur a defender el honor de su hija quien ahora mismo estaba en cama recuperándose.

Arthur negó con la cabeza.

—Los Mallory son intocables, esto solo les dará dolor de cabeza durante los próximos días... —Respondió Arthur sin mirar atrás.

Arthur soltó un pesado suspiro.

—Robert... —Sin mirar atrás, Arthur llamó a su segundo al mando.

—¿Mi señor?

Arthur se dió media vuelta y miró a Robert.

—Nos vamos a la guerra. —Dijo con total seriedad.

...

—¿No estás hablando en serio, verdad Arthur? —Preston estaba bastante preocupado.

—Bloquearé la entrada a Orley durante los siguientes meses sé que es complicado, preston pero por favor espera noticias de mí. Me aseguraré de que Miri esté cómoda, no te preocupes.

—Pero... pero...

Arthur tomó el hombro de preston y le dió una pequeña sonrisa.

—Confia en mí, suegro. Por favor.

Preston suspiró con resignación.

—En ese caso, por favor avísame antes de que cometas una locura. No quiero que mi hija se quede sin marido.

Arthur se rió suavemente mientras asentía con la cabeza. Dicho esto abandonó Ornsted para regresar a Orley.

Y en cuanto llegó, lo primero que hizo Arthur fue reunir al pueblo en la plaza para dirigirles unas palabras, por supuesto, luego de que todos los extranjeros estuvieran fuera de Orley.

Arthur les contó a todo el mundo como fue el juicio y decir que estaban molestos e indignados fue quedarse corto. Toda Orley quería la sangre de Elliot.

—¡Todos, tranquilícese! ¡Recuerden quienes somos! ¡Orlianos! ¡No nos rendimos! ¡No retrocedemos! ¡Vivimos y morimos con la frente en alto, dignos y orgullosos de nuestro hogar!

El pueblo levantó su voz dejando claro cuánto apoyaban a si líder.

—¡El reino se negó a ayudarnos! ¡Nos impidieron la justicia que merecemos! ¡Les importa un bledo lo que nos pase, solo nos quieren por conveniencia! ¿Saben que opino yo al respecto? ¡Que se pudra el reino!

Rey De Reyes - Volumen 1Where stories live. Discover now