Al regresar con los demás, Elena se inclinó hacia Arthur a modo de disculpa.

—Sir Arthur-

—Está bien, no necesita disculparse. —La interrumpió, Elena asintió con la cabeza.

Selise suspiró de alivio al ver que Arthur estaba tan sereno como antes.

—¿Por qué trajeron a Henry? —A diferencia de Arthur, Liliana no estaba para nada tranquila.

—Esperaba que tú hermano aprendiera un poco de Sir Arthur luego de ver cuan reconocido era por la casa Mallory y algunas otras más. —Respondió Selise—. Espero que esto no sea un inconveniente.

—Para nada. —Dijo Arthur—. Definitivamente el reino está en decadencia. —Pensó mirando al ejemplo de príncipe—. Aunque no entiendo que debería aprender un príncipe de un barón.

—Usted dígame, la gente lo considera un genio, superó con creces la habilidad de Sir Elliot quien antes de usted era conocido como el más hábil después de su padre... Aparte de eso, durante la guerra, su habilidad de liderazgo fue bastante elogiada teniendo grandes resultados en comparación a sus perdidas. —Dijo Selise.

Arthur no dijo nada, solo miró al príncipe que se acercaba.

—Madre... —Henry se inclinó con respeto pero ignoró al resto.

—Al fin llegas. —La sonrisa de Selise era una clara señal de que quería darle un golpe.

Henry hubiera sido más amable sino fuera porque todo el asunto anterior lo había molestado bastante. Su madre por otro lado actuó con la mayor calma posible.

—Henry, saluda a Sir Arthur y a tu hermana. —Selise señaló a Arthur presentándolo educadamente.

—Cuanto tiempo, Liliana. —Asintió Henry—. Te recordaba más baja.

Arthur se cruzó de brazos con una pequeña sonrisa, Selise tomó eso como una señal preocupante. Liliana por otro lado colocó sus manos en su cintura y miró a su hermano con desdén.

—Y yo te recordaba más listo. —Liliana lo miró de pies a cabeza—. Te lo advierto Henry, sigue actuando como idiota y la próxima vez que me veas recordarás mi pie en tu culo en vez de mi estatura.

Liliana se acercó a Arthur y se detuvo a su lado, luego miró a su madre.

—Ni se les ocurra dejarlo rondar por ahí solo, no me importa si de repente pasa una o diez noches en una celda. —Advirtió girandose hacia Henry.

Selise suspiró y negó con la cabeza, Elena estaba haciendo todo lo posible para no llevarse la mano al entrecejo.

...

—Tch, ¿Quien se cree Liliana para insultarme así? —Henry gruñó mientras se cruzaba de brazos, se calmó por un momento y miró a Elena y Selise—. ¿Ya consiguieron ya las armas y armaduras para mis soldados?

—¿Tú no tienes idea de lo que está pasando verdad? —Elena frunció el ceño con disgusto.

—Vinimos a relacionarnos con Arthur, no a exigirle nada. —Dijo Selise, suspirando con decepción—. Le diste una muy mala impresión a sir Arthur, fuiste muy grosero con él. Ahora Liliana te odia, pero es difícil saber que piensa sir Arthur sobre ti ahora.

—¿Por qué debería importarme la opinión de un barón? —Se burló Henry—. Solo tiene un poco de reconocimiento, suerte y ya, una vez se descubra como desarrollar sus armas y armaduras se perderá su utilidad.

Henry se dejó caer en la cama y miró al techo.

—Una vez lo consigamos fácilmente podríamos arrasar con este lugar, descubrir como se fabricó cada cosa aquí y usarlo a nuestro favor. —Henry sonrió suavemente—. Je, podríamos incluso sobornar a la mayoría de casas e iniciar un golpe de estado, hacer quedar a padre como un traidor y tomar la corona, tal y como él lo hizo en su tiempo.

Rey De Reyes - Volumen 1Where stories live. Discover now