Especial Navidad 🎄

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Hacia más de cinco días que Boruto salió del hospital de Konoha. Solo se relacionaba con sus padres y su hermano mellizo a quien fue conociendo y aprendió a querer. Sabía que en él sí que podía confiar, debido a que los unían los lazos de sangre.

Pero con respeto al resto de los ninjas y habitantes de la aldea, el rubio se mantenía reacio a confiar en ellos e incluso a hablarles.

En cuanto a Mitsuki, Boruto se había alejado totalmente de su persona. No iba a volver a él nunca más, ya lo había decidido y en verdad no podía ni quería perdonarlo. A el rubio, Mitsuki lo traicionó al dejarse manipular por el Seringan en cuestión.

El peliceleste podría hacerlo cambiar de opinión con su propio Seringan, pero era conciente de que no sería real. Su sol seguiría siendo manipulado y era lo que no iba a permitir que suceda.

Esa tarde Mitsuki no soportó más y eligió irse de la aldea. Volver a la cueva de la serpiente blanca y vivir junto a su amado sol hasta morir. Aunque fuese solo una ilusión que le costaría la vida, era preferible eso a seguir viviendo alejado de Boruto.

Cuando llegó al principio no le fue posible entrar, pero finalmente lo logró. Ante sus ojos apareció un sector de Konoha que él no conocía en verdad. Pero desde ese sitio se podía ver el rostro del Séptimo grabado en la montaña.

Mitsuki miraba a todas partes sin entender nada, ya que se sentía un poco confundido cuando lo vió. Su sol estaba sentado sobre una de las rocas en forma de asientos, mientras miraba las estrellas.

El peliceleste sintió un vuelco en su corazón y las lágrimas humedecieron su rostro. No sabía si acercarse o seguir de largo. Pero una voz de un desconocido resonó en su mente.

No creo que seas un cobarde Mitsuki. Acércate a él.

¿Quién eres tú?

No importa eso, solo tu amado Boruto. Ahora acércate a él. Te necesita tanto como tú a él.

Sin saber por qué, Mitsuki obedeció a esa voz misteriosa. Se le fue acercando, mientras se preparaba para ser rechazado abiertamente por su sol. Pero cuando Boruto desvió la mirada para centrarla en Mitsuki, sus miradas se fundieron en una sola.

— Ven Mitsuki, siéntate aquí a mi lado — el peliceleste obedeció sumisamente — Dime ¿Qué haces aquí?
— ¿Qué?
— Viniste a esta cueva maldita a morir, ahora dime ¿Por qué?

Aquel no era el diálogo romántico que Mitsuki había esperado tener con su amado sol. Nada más alejado de sus deseos. Era como si estuviese hablando con el verdadero Boruto, aunque él peliceleste sabía que eso era sencillamente imposible, ya que su sol no quería saber más nada con su persona.

— No se de qué hablas Boruto. No lo sé.
— No te hagas el tonto Mitsuki, ambos sabemos que esa no es tu forma de ser.

El rubio se colocó de pie y se alejó un poco de Mitsuki, respirando entrecortado para intentar serenarse debido a sus múltiples emociones que se iban agolpando en su interior. Se pasó sus manos por sus dorados cabello con nerviosismo.

Boruto le daba la espalda a su más grande amor, mientras lloraba sin consuelo alguno a medida que sus recuerdos se iban agolpando en su mente, uno a uno.

No sabía cómo ni por qué pudo recordar todo de nuevo, cuando se suponía que ya no podría recuperarlos jamás. Estuvo a punto de alejarse de su más grande amor, a punto de cometer el error de su vida. Y ahora estaba a punto de perder a Mitsuki pero no iba a permitir que suceda tal cosa.

— Vine al único lugar dónde aún puedo verte, abrazarte y sentir tus apasionados besos. Morir aquí será lo mejor que puede pasarme mi sol.

Boruto volteó para abrazarlo con intensidad sin dejar de llorar. El rubio lo besó con pasión efusiva, mientras sentía las caricias de Mitsuki en su cuerpo. Cuando se alejaron para respirar el rubio le susurró.

Atrapados ~MitsuBoru~Where stories live. Discover now