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Antes de adentrarse al bosque de los recuerdos, Boruto y Mitsuki se detuvieron para atrapar a Shinki.
El rubio utilizó sus clones de sombra para distraer, junto con Mitsuki, a Yodo y Araya separando así a Shinki de sus amigos.
Cuando Shinki quiso atacar, Mitsuki le dijo: — ¿Quieres capturar a Boruto o enfrentarte mí...Shinki? — Ve Shinki — dijo Yodo — Nosotros nos ocuparemos de él y los clones.
— Tengan cuidado — dijo Shinki — Es un poderoso asesino que por lo visto puede llegar a ser muy persuasivo también. Mitsuki estás de su lado sabiendo que asesinó al Septimo.
— Nada tengo que decirte por el momento Shinki — dijo Mitsuki.
El pelinegro siguió avanzando mientras que el peliazúl se enfrentaba a los dos shinobis de la arena.
— Descuiden, no los mataremos. Solo los dejaremos inconscientes chicos — comentó Mitsuki antes de lanzar su primer ataque junto con los dos clones de Boruto.
Shinki siguió avanzando hasta dar con Boruto, quien lo estaba esperando. — Al fin llegas Shinki — Maldito asesino — rugió Shinki.
— Vaya, ni siquiera eres capaz de usar la cabeza. En verdad es muy eficaz ese genjutsu — No se de qué hablas y no me importa saberlo.
Boruto tenía activado su Karma por eso cuando Shinki lanzó su ataque, el rubio se limitó a extender su brazo derecho y aborver dicho ataque asombrando al shinobi de la arena.
— No, no Shinki — dijo el rubio tras absorver el poderoso ataque del pelinegro — No puedes usar ninjutsus conmigo ni con Kawaki ni con Deamon. Recuerdalo amigo.
— ¿De qué hablas? Jamás atacaría a Kawaki ni mucho menos a Deamon. Solo planeo matarte a tí. Así que no entiendo por qué me llamas amigo.
Boruto fue absorviendo todos sus ataques al tiempo que contemplaba cómo se desesperaba. — No sigas malgastando tu chakra Shinki.
En esos momentos Boruto activó su Jogan inmovilizando a Shinki, quien no dejaba de intentar liberarse. Mitsuki llegaba en esos momentos. Boruto supo que los amigos de Shinki yacían inconcientes. Sonrió al tiempo que decía:
— Basta de vigilarnos Ada. A partir de éste momento no podrás vernos a ninguno de nosotros tres.
Su Jogan acababa de volver ciego el Seringan de ella, quien arrojó el baso con whisky al suelo debido a la furia que sentía.
Le contó a Kawaki lo sucedido, quien se limitó a recordarle que si no era capaz de ayudarlo en lo que necesitaba no valía la pena seguir a su lado.
— Pero no es culpa mía Kawaki, amor.... — Alejate de mí. No pudiste matar a Boruto en estos tres años que pasaron ¿Por qué demonios debería seguir a tu lado?
— Porque te mataré yo mismo si le llegas a romper el corazón a mi hermana — dijo Deamon — ¿Razón suficiente kawaki?
— No, y no me asustas perro faldero. Ahora si quieres que tu hermana sea feliz será mejor que te concentres en matar a Boruto Uzumaki.
