Atrapados ~MitsuBoru~

Mundo De Ilusiones

Llegar a la cueva de la serpiente blanca no era fácil, nada fácil. El camino hacia ella estaba impregnado de una niebla ilusoria, cuyo objetivo era confundir al visitante y perderlo en el camino.

Boruto ya sabía cómo llegar allí, ya lo había experimentado antes. El volver allí lo impregnó de recuerdos, que lo colmaron de nostalgia debido a la ausencia de sus amigos de entonces.

Boruto suspiró nostalgico antes de entrar. Mitsuki sujetó a su sol de la mano dándole ánimos. Sabía lo que él estaba sintiendo y lo desolaba.

- Los extraño Mitsuki, extraño a mis amigos, extraño los momentos que solíamos pasar en la aldea - Boruto miró a Mitsuki con lágrimas en sus hermosos ojos color del cielo en un día de verano - Extraño comer hamburguesas junto a Sarada, Shikadai, Inojin, Chouchou, junto a tí, Denki, Iwabee y Metal....los extraño mucho a todos...

- Mi sol, yo estoy contigo y siempre lo estaré. No te dejaré solo jamás.
- No Mitsuki, ya no sabemos eso debido a la maldita de Ada y a Kawaki.

- Mi sol por dios, te amo en serio - le dijo el peliceleste abrazándolo con ternura - No dejes que esos dos te alejen de mí. Te amo.

Boruto le respondió aquel brazo con otro más intenso. En verdad estaba necesitado de afecto.

El odio hacia su persona llegaba a él mediante un oscuro chakra, debido a que todos estaban conectados. Aquello le dolía muchisimo más de lo que había imaginado.

- Mi sol, no existe genjutsu alguno que destuya mi amor hacia tí. Después de todo rompí ese genjutsu de Ada, el Omnipotente, y pude hacerlo gracias al amor que siento por tí.

Boruto utilizó su fuerza para retomar el control de sí mismo, y abrazar a su amado celeste perdiéndose en sus besos.

Mitsuki lo precionó contra su miembro que empezaba a endurecerse, acariciándolo al completo. Su sol se sentía en el paraíso por breves momentos.

Pero se tuvieron que separar para adentrarse en la cueva en sí. Era necesario conseguir las respuestas de forma urgente.

Se adentraron a la cueva en sí respirando la niebla ilusoria que al instante comenzó a jugarle malas pasadas, entrampando así sus sentidos.

Las diversas imágenes se fueron agolpándo en sus mentes, confundiéndolos al punto de caer en las garras de las ilusiones.

Boruto veía a sus amigos sonriendole alegres, otra vez estaba en Konoha viviendo como el hijo del Hokage.

Nuevamente podía salir de casa para dirigirse al encuentro con sus compañeros Sarada y Mitsuki, así se preparaban para iniciar una nueva misión. Otra vez volvía a respirar el aire de la amistad, del calor de su hogar, de la aldea en sí.

Al fin recuperaba su vida, aquella vida que Kawaki le había robado ya no sentía ese oscuro chakra llegar a su persona y envolverlo.

Más bien volvía a sentir el cariño de los demás, podía entrenar con su maestro Sasuke en los csmpos de entrenamiento de la aldea.

Entraba a su local favorito a comer esas deliciosas hamburguesas junto a sus amigos riendo despreocupadamente, besar a su novio Mitsuki frente de todos y escuchar los diversos comentarios de sus queridos amigos.

Boruto se sentía tan felíz que ya no quería salir de esa ilusión. Ni siquiera le importaba si era una ilusión o no.

Momoshiki intentaba despertarlo, pero Boruto se negaba a escucharlo. Puso un muro entre ambos.

Prefiero vivir en un mundo de ilusiones y ser feliz otra vez junto a mis amigos, mis padres, mi novio y la aldea entera antes que volver a una realidad donde solo odio y hostilidad me transmiten todos a travez de sus chakras.

Lo lamento papá, mamá, maestro, Mitsuki. No quiero volver a esta realidad, donde Kawaki disfruta viviendo mi propia vida que él mismo me robó.

Muchacho ese no es el camino....

Cállate Momoshiki, después de todo tú sabías todo lo que me sucedería y nada dijiste. Bien, entonces sigue en silencio.

Boruto entraba al local donde vendían hamburguesas, allí estaban todos sus amigos e incluso Mitsuki quien lo recibió con un apasionado beso en la boca e intenso abrazo.

-¡Wow! ¡Chicos! - dijeron a coro los demás al verlos tan románticos.
- ¡Llegas tarde Boruto! ¡Ven aquí! - le dijo Iwabee alegremente.
- ¡Hola chicos! - dijo feliz el rubio acercandose a ello abrazando a su novio

Era feliz otra vez, sentía que había pasado una eternidad lejos de Konoha y sus amigos.

Pero a medida que las horas iban pasando, el chakra de Boruto iba siendo absorvido por la serpiente blanca quien contemplaba a Boruto con una cruel sonrisa.

- Al parecer llegó alguien con un gigantezco chakra que cayó en mis ilusiones, y por lo visto no está dispuesto a luchar por deshacer las ilusiones.

- Muy fácil para tratarse del verdadero hijo del Hokage de Konoha ¿no lo crees?
- Su corazón sangra por el poder del Omnipotente de esa chiquilla. Es normal que se sienta así.

La Serpiente Blanca hablaba con Garaga, la serpiente roja, mientras contemplaban todo a travéz de una esfera de cristal.

- Dime Garaga ¿no piensas ayudarlo a liberarse de la ilusión?
- No, es algo que debe hacerlo él mismo.

- O de su amado novio Mitsuki ¿cierto Garaga?
- Muy cierto. Este chico no se rendirá tan facilmente. Es un guerrero.

Naruto y los demás también podían ver lo que Boruto y Mitsuki estaban experimentando en esos momentos, gracias al poder del rubio y Sasuke quienes habían creado una gran esfera de cristal también.

- Boruto....hijo - murmuró Naruto sintiendose tan mal.
- Boruto - murmuró Sarada sintiendo cómo se le humedecían sus ojos.

- Amigo - susurró Shikadai sin poder evitar sentirse culpable - Alejate de esas ilusiones, y lucha para que puedas recuperar aquello que tanto deseas. Tú puedes Boruto ‐ decía Shikadai con desesperación