Cuando vio las piezas de tela sus ojos se abrieron de par en par.

-¿E-Esto es...? -Preguntó.

Levantó unas bragas de color negro y las extendió, era la primera vez que vio algo así pero por alguna razón sus mejillas se pusieron rojas.

-Es ropa interior. -Respondió Arthur.

Adela lo miró perpleja.

-Este es el nuevo código de vestimenta para Orley con respecto a la ropa interior, te aseguro que es mucho más cómodo que lo que seguramente traes puesto ahora. -Dijo Arthur.

Adela miró las bragas negras y después miró la entrepierna de Arthur, este soltó una risa y negó con la cabeza.

-Ni en sueños me pondría algo así. No, yo tengo mi propia versión.

Arthur le mostró un poco su ropa interior, ella se ruborizó pero no dijo nada. Tomó otra de las piezas y por su forma supo que era para los pechos.

Tras pensar por un momento, se levantó y abrió su vestido frente a Arthur revelando su corsé y sus pechos.

Inconscientemente Arthur desvió la mirada pero Adela sonrió.

-Aunque no estemos oficialmente casados todavía, eres mi esposo. -Afirmó-. No me importa que me mires, más bien, me gustaría que lo hicieras todo el tiempo.

Arthur miró a Adela, suspiró y sonrió.

-Pervertida.

Adela frunció el ceño mientras se sonrojaba pero antes de que pudiera decir algo, Arthur se acercó a ella y tomó el sostén en sus manos.

-Dejame ayudarte... Mi amor. -Arthur sonrió burlonamente mientras la miraba a los ojos.

Verla avergonzarse es sin duda un espectáculo. Después de colocarle el sostén, Arthur la giró hacia un espejo junto a la pared y Adela pudo ver cómo le quedaba.

-D-Dioses... -Murmuró, se giró un poco para verse-. Mi pecho se siente mucho más cómodo... También resalta su forma.

Para ser hechos casi a mano, la manufactura era de excelente calidad. El equivalente sería a una marca intentando imitar a otra marca que imita a otra más reconocida pero aún así, para este mundo, era de muy buena calidad.

Arthur la abrazó suavemente por detrás y se acercó a su oido.

-Quiero que lleves esto en el banquete real. -Susurró y entrelazó sus dedos con los de ella-. Esas disque reinas se creen la gran cosa, ¿no crees que merecen que las pongan en su lugar? Vamos a mostrarles como se ve una verdadera reina.

Adela se miró al espejo, una sonrisa bromista apareció en su rostro y se separó de Arthur.

-No me importa la opinión de unas locas sádicas con exceso de ego. -Adela negó con la cabeza y sostuvo a Arthur por los hombros-. Si voy a usar esto es por y para tí.

Arthur sonrió, la acercó a él y le robó un beso.

-Mucho mejor

Pasaron los días hasta que finalmente el vestido de Adela fue confeccionando así como el traje de Arthur.

Para ese entonces, el astillero y el muelle estaba más que terminado y justo un día antes habían llegado las personas que le solicito Arthur a Adela, maestros constructores de barcos.

Estaban más que dispuestos a vivir en Orley, le eran leales a Adela y estaban encantados con la colorida y hermosa ciudad.

Arthur les dejo planos para barcos de pesca e incluso balleneros, se pusieron manos a la obra siguiendo los planos de pies a cabeza.

Rey De Reyes - Volumen 1Where stories live. Discover now