Capítulo 89.

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El veneno.

Llevo dos días sin saber si está bien y ni poder verlo. Ya que Cayden se fue a algún lado y no tengo ni idea de dónde se fue... Y esta es mi oportunidad de estar solos... Cuando se hacen las diez de la noche, voy donde están los guardias con más rango y yo darán, sí o sí, esas malditas llaves y la tarjeta.

Oye, chicos —digo con algo de frialdad. Soy la luna, me tienen que hacer caso, sus miradas están llenas de respeto, odio que me miren así.

Dime, señorita —dice uno de ellos con seriedad.

Darme las llaves de abajo y la tarjeta —digo con seriedad y se miran con mucha confusión, me cruzo de brazos— Es para ahora.

Espero no arrepentirme —dice con inseguridad y me da las llaves con la tarjeta.

Le regala una sonrisa y me acerco a la puerta. Pongo el código,5632 y menos mal que lo puse bien, después paso la tarjeta y empiezo a abrir los candados. La puerta se abre, me acerco donde está el panel y encendiendo las luces, empiezo a bajar las escaleras y cuando las bajo, me encuentro con el guardia.

Me dejaron bajar —digo enseñando las llaves con la tarjeta y con confusión se echa a un lado, dejándome pasar. Camino por las celdas y al llegar a la puerta, abra la primera puerta con el mismo código y entre a la habitación de control.

Observó que hay poca luz, ya que está durmiendo, me acerco a la otra puerta y no tiene seguridad, normal...

Entro cerrando con cuidado y sin hacer ruido me acerco. Levanta la cabeza mirando a todas las direcciones con rapidez y al verme niegan con la cabeza.

Luna, vete —dice con los ojos cerrados y con algo de dolor mientras gruñe.

Confió en ti —digo acercándose hacia él y me siento a su lado. Con cuidado le cojo las manos y me las aprieta.

No lo hagas —dice apartándose con rapidez, le hago mirarme cogiendo la carita y me mira con desesperación, me agarra la mano con algo de fuerza y ​​​​me acerca hacia él— Ve... te —dice con dificultad.

Mírame, tú puedes—digo conectando mis ojos con sus ojos oscuros. Empieza a respirar con fuerza y ​​​​sus brazos me rodean la cintura y con una gran velocidad me pone en su regazo. Pongo mis manos detrás de su cabeza y me besa el cuello con desesperación, sintiendo como algo puntiagudo, está rozando con mi piel.

No quiero hacerte daño —dice medio jadeando y gruñe, sé que nunca lo haría y le doy un beso en la mejilla— No sabes el deseo que tengo de hacerte mía.

No es una novedad —digo riendo y se le sale una media sonrisa. Empieza a darme besos por la cara y sube sus manos, entrelazan con las mías.

Me muerde con suavidad el labio y siento como algo caliente de mi labio, vuelve a juntar nuestros labios en un beso lleno de pasión y me tumba en la cama. Sus manos me cogen del pijama y con desesperación me lo quita y me da besos por el abdomen.

Sé que te cuesta, pero confió mucho en ti — susurro en mi mente y coge con fuerza del muslo y me arranca la ropa interior con la respiración muy acelerada y su mirada está muy oscurecida. Empieza a hacerme sexo oral, no puedo evitar no gemir con los ojos cerrados. Al verme tan agitada y se levanta un poco, dejándome encima y bajo su pijama, dejándome ver su gran erección, me coge de la cintura y me lo introduzco con movimientos sutiles. Me agarra con más fuerza de la normal hincando sus dedos en mi piel, pero no me hace daño, al darme cuenta de su fuerza, la relaja.

Se cambia de posición, poniéndose encima y me mira por unos pequeños segundos y se introduce con embestidas rápidas. Provocando que me retuerza de placer mientras busca con desesperación mi boca, dándome millas de besos...

Mi mundo💹[T.1]Where stories live. Discover now