Capitulo 62

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Konrad Hoffman
29 de noviembre de 2023

Me despierto cuando siento algo moverse por la cama, veo como la puerta se abre y un pequeño rubio sale despacio, tratando de no hacer ruido, volteo a ver a Romina y ella sigue dormida mientras abraza a Luisa, tanto Luisa como Marco, no quisieron separarse de su mamá desde el primer día que los trajimos, así que han estado durmiendo con nosotros.

Me levanto para ver hacia donde se fue Marco, cuando paso por el camino que da al balcon del segundo nivel, veo la puerta abierta, me asomo y veo al pequeño sentado en el piso mientras mira a la luna. Regreso a la habitacion para tomar una sabana, cuando estoy de nuevo en el balcon, coloco la sabana encima de sus hombros, salta por el susto y voltea a verme con temor.

-Te desperte, lo siento.

-No te preocupes, esta todo bien?

-Si.

Se que miente cuando aparta sus ojos de mi y juega nerviosamente con sus dedos, justo como lo hace su madre.

-Sabes que puedes hablar conmigo, cierto?

Solo da un leve asentimiento.

-Oh tambien solo puedes venir aquí conmigo y dejar que te abrace, te gustaria? Siempre dicen que un abrazo sube los animos.

Se queda un momento inmovil, cuando pienso que no quiere, se levanta lentamente y me mira, sonrio y lo tomo por debajo de sus brazos, se recuesta en mi hombro, lo sostengo con una mano mientras que con la otra acomodo bien la sabana sobre su pequeño cuerpo.

No decimos nada ninguno de los dos, solo soy conciente de lo rapido que late mi corazón de la emoción, ya que despues del día que lo lleve en mis hombros, no dejo que lo volviera cargar, casí solo con Romina anda y no lo culpo, tiene miedo de no volverla a ver.

-El regresara por mi?

Su voz sale tan bajita que apenas logre escucharlo.

-Quien vendra por ti?

-El hombre malo.

Se de quien habla. Su padre.

-No vendra por ti.

-El decia que soy un niño malo.

-No lo eres, eres uno de los niños más maravillosos que conozco.

Siento como sus pequeñas manitas aprietan mi camiseta.

-Tengo miedo de dormir.

-Tienes miedo de tener sueños feos? Si es por eso, no te asustes, los sueños no te haran daño, no mientras mamá o yo estemos cerca.

-No es por eso, tengo miedo de que mi mami ya no este cuando despierte y de que vuelva a estar solo.

Lo aprieto mas a mi.

-Nunca mas volveras a estar solo, tienes ahora muchos hermanos, tienes a tu mami y me tienes a mi.

-Tú me cuidaras del hombre malo?

-Yo te cuidare de quien sea que quiera hacerte daño.

-Mis hermanos dijeron que eres una gran papá.

-A sí?

-Si, tú no seras como el, verdad?

-No, jamas, mis hijos son lo que mas me importan.

-Y yo te importo?

-Tambien eres mi hijo, te quise desde el primer día que tu mamá me hablo de ti, ella estaba muy triste sin ti y tu hermanita.

-Ya no estara triste.

-Ya no, ya estas con ella, con nosotros. Me ayudaras a cuidarla junto con tus hermanos para que ningun hombre se le acerque, verdad?

Suelta una pequeña risa y luego bosteza.

-Obvio, sera solo nuestra.

-Así es, por eso debemos cuidarla mucho y amarla.

-Si...

Suelta otro bostezo.

-Te quiero...papi.

Siento que dejo de respirar, veo que se quedo completamente dormido. Doy un leve brinco cuando siento una mano en mi espalda, volteo y veo a Romina, me da una sonrisa tierna y besa la frente de Marco.

-Bueno creo que deberia sentirme ofendida que te ganes tan rapido el cariño de mis hijos, primero el de mis 6 rubios mayores, ahora el de mis dos rubios menores. A mi me costo conseguir el amor de mis pelinegros y tú bien campante ganandote su amor en un dos por tres.

Muerdo mi labio inferior para no soltar una carcajada al ver sus expresiones mientras susurra.

-Ya deja de refunfuñar y llevemos a nuestro hijo a la cama.

Se pone de puntillas y me da un suave beso.

Cuando intento colocar a Marco en medio de la cama junto a su hermana, se aferra más fuerte a mi y suelta un quejido lastimero, veo como forma un pequeño puchero.

-Dormire con el en mi pecho, si no, creo que no dormira otra vez.

-Seguro? No quiero que duermas incomodo.

-Para nada, aparte el me necesita ahorita para poder dormir, así como nuestros pelinegros lo hicieron cuando durmieron sobre ti.

Ella me da una ligera sonrisa y me ayuda a acomodarme en la cama, nos cubre a los dos con las sabanas, ella se acuesta de lado, viendonos.

-Te amo bebé.

-Te amo nena.

Para el 15 de diciembre ya estabamos en nuestra casa en alemania, con 21 hijos reconocidos legalmente por ambos, la casa ahora se siente tan pequeña con tanto niño corriendo para arriba y para abajo, nunca habia estado esta casa con tanta luz y alegría. Sonrío al ver como Marco y Luisa miran a sus hermanos mayores en como deben hacer los brazos y piernas para poder nadar, ambos estan con un chaleco salvavidas y con flotis en los brazos, Romina se rie al ver como patalean y gracias a eso le tiran agua a sus hermanos en el rostro.

Ella esta entre mis piernas, con su espalda recostada en mi pecho, estamos acostados en una mini cama de las que tenemos en la piscina que está dentro de la casa, afuera hace frío, pero aquí es un gran calor y el agua de esta piscina está tibia para que los niños jugaran.

-Eres feliz?

-Lo dudas? Soy el hombre más feliz, al fin tengo la familia que tanto quise, lo unico que me falta es verte vestida de blanco y caminando hacia el altar, en donde te estare esperando.

-Pronto bebé, ya solo falta un mes y medio.

-Y si la adelantamos?

-No, aun falta mucho que arreglar, aparte tu quieres irte como un mes de luna de miel, no dejaremos a nuestros hijos en estas fechas.

Sonrío con emoción.

-Nuestra primera navida como familia y nuestro primer año nuevo.

Ella se rie y besa la palma de mi mano, seguimos viendo como nuestros hijos corren de un lado a otro entre risas, inevitablemente pongo mi mano sobre su estomago, siento que se tensa ligeramente, aun no hemos hablado claramente si tendremos más hijos, uno que ella llevara en su vientre. No se si ella querra eso, yo lo anhelo, quiero verla embarazada. Pero me da miedo tocar el tema.

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