Capitulo 22

9.3K 536 5
                                    

Romina Lennox

12 de agosto.

Veo a los niños haciendo sus tareas, y me debato entre decirles mis planes o mantenerlos en secreto. Tuerzo mis dedos nerviosa, tratando de decidirme.

—Preciosos —digo al fin.

Voltean a verme y me regalan diminutas sonrisas.

—¿Sí? —responden al unísono.

—Yo... yo...

—¿Tú qué?

Suspiro profundamente, intentando calmar mis nervios.

—He notado lo que le gusta a cada uno y quería ver si les gustaría tomar un curso en esas áreas de interés.

—¿Así? ¿Y según tú, qué nos gusta?

—Bueno, he observado que a Evan le encanta la música. A menudo lo veo imitando que tiene una guitarra en la mano o simulando tocar una batería con los dedos. Eda, a ti también te gusta la música, te he visto moviendo tus dedos como si estuvieras tocando el piano. Emma, disfrutas mucho ver programas de cocina; no hay quien te despegue de la tele cuando están en la pantalla. Elisa, te he visto jugar al baloncesto y debo decir que eres muy buena. Johan, sé que te gusta el voleibol. Mathew, disfrutas jugando al fútbol y eres excelente en ello. Connor, te encanta nadar; casi siempre te encuentro en la piscina. Y por último, pero no menos importante, bebé Ethan, te gusta pintar y me has dado los dibujos más hermosos que existen.

Ethan se baja de su silla emocionado y corre hacia mis brazos. Lo cargo feliz mientras beso su mejilla, y al volver la vista a los demás, noto sus ojos llenos de ilusión y miedo.

—Quería saber si les gustaría tomar un curso o unirse a algún grupo cada uno. Yo podría ir con ustedes si quieren.

Veo cómo sus ojos brillan más.

—Nos gustaría, pero no sabemos si papá nos dejará.

—Podemos hablar con él, ¿les parece?

Asienten emocionados pero rápidamente me miran con duda.

—¿En serio nos acompañarías?

—Claro, solo tendríamos que coordinar bien el día y la hora. Podrían ir más días si quieren, aunque no sé si tendré tiempo de ir varios días con cada uno, ya que, como saben, soy doctora y a veces hay emergencias en el hospital.

—Nos gustaría, Romina. Hablemos con papá y veamos qué días podemos ir cada uno.

Asiento ante lo que dice Evan. Justo en ese momento escuchamos la voz de su padre y rápidamente corren a abrazarlo, quien hoy llegó un poco tarde debido a una reunión. Después de saludar a todos sus hijos, me mira fijamente y me recorre de pies a cabeza, poniéndome nerviosa.

—Papá, Romina te quiere preguntar algo.

Abro la boca, ofendida, mientras miro a Evan. Él me sonríe divertido al ver mi expresión acusadora.

—Se supone que le preguntaríamos todos, no solo yo. ¡Traidores!

Todos ríen divertidos mientras su padre nos observa, extrañado pero con una ligera sonrisa en su rostro.

—Y bien, Romina, ¿qué me tienes que preguntar?

—Les comentaba a los niños si les gustaría tomar algún curso sobre algo que les gusta.

—¿Puedes creer que ella sabe lo que nos gusta a cada uno? Aparte de ti, nunca nadie nos ha prestado tanta atención y se ha acordado de lo que nos gusta a cada uno.

Quédate Con Nosotros Where stories live. Discover now