Capitulo 41

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Romina Lennox
28 de septiembre de 2023

Brinco del susto cuando escucho la alarma que coloque para ir a preparar el pastel de mis bebés. Konrad me acaricia la espalda, mientras se frota los ojos con la otra mano.

-Ya es hora?

-Si, vamos porque el pastel de nuestros hijos no se pondrá las velas solo.

Se levanta refunfuñando.

-Solo porque son mis hijos me levantaré.

-Si si, vamos súper papá gruñón.

Ya con las pijamas puesta salimos de la habitación con paso adormilados, son las 5:15 de la mañana y nuestros hijos tienen clases a las 7, se despiertan a las 5:30, así que tenemos 15 minutos para ir a traer el pastel y ponerles la velas. Hoy tendrán solo dos pasteles para los 8, pero el sábado cada uno tendrá su pastel como más le gusta.

Suelto un bostezo mientras coloco las velas rosadas y moradas en un pastel, y velas azules y verdes en el otro.

Río cuando Konrad me abraza por atrás y me besa el cuello.

-Estás haciendo que me enamore más de ti.

-Y como lo estoy haciendo?

-Preparando los pasteles de nuestros hijos aunque te estes muriendo del sueño, siempre poniéndolos por encima de todo y eso me encanta.

-Son lo más valioso que tenemos y tenemos que hacérselos saber. Ahora vamos porque no tardarán en despertar.

Subimos a la habitación de los niños, dejamos las camas juntas donde están los 8 cumpleañeros para así más fácil despertarlos. Despertamos a los más pequeños, haciéndoles señas de que no hagan ruido, aunque se mueren de sueño, se mueven con mucha emoción para estar frente a las camas de sus hermanos mayores.

Les hago señas para que a la cuenta de tres digamos Feliz cumpleaños.

- 1, 2, 3.
-Feliz cumpleaños!!!

Los ocho se despertaron un poco sobresaltados, con los ojos bien abiertos por el asombro, veían los pasteles y a nosotros, se miraron entre sí, atónitos y emocionados por la sorpresa que les dimos. La alegría y la emoción se extendieron por sus rostros.

Los 8 cumpleañeros nos ven con sus ojos asombrados y una gran sonrisa, se hincan en la cama para quedar más cerca de los pasteles.

-Feliz cumpleaños mi amores, ahora mis princesas venga para soplar las velas de este pastel y mis príncipes soplarán las velas del pastel que tiene su padre.

Cuando están apunto de soplar las velas, los detengo.

-Deben pedir un deseo cada uno.

Los 8 se quedan viendo entre sí, para luego vernos.

-No necesitamos pedir un deseo cuando ya tenemos todo lo que un día deseamos mamá, nos diste todo el día que nos rescataste de la calle, nos diste un hogar, nos diste cariño, pero sobre todo nos diste tu amor de madre, ahora nos diste un padre y muchos hermanos. Nos diste una familia.

Mis ojos se llena de lágrimas ante las palabras de Arman, Evan se aclara la garganta ganándose mi atención.

-Nosotros tampoco necesitamos pedir un deseo, ya tenemos la mamá que siempre quisimos y la familia que tanto soñamos. Papá es el mejor, pero nos hacía falta una madre y es ahí cuando tú llegaste a nosotros, ese día en el parque cuando salvaste a Ethan. Tú no te diste cuenta, pero no parábamos de verte y aún cuando te ibas, no apartamos nuestros ojos de ti, algo nos decía que si te conocimos fue por una razón. Y aquí estás, siendo nuestra mamá, haciéndonos felices a todos.

Oh Dios, a este punto ya estoy llorando.

-Ustedes les gusta hacerme llorar. Que sepan que ustedes me devolvieron toda la felicidad que un día me quitaron. Ahora soplen las velas, pero igual pedirán un deseo, pónganse de acuerdo entre ustedes.

Los vemos hacer una bolita y empezar hablar en susurros, se separan para ir hacia los pasteles y soplar las velas.

-Muy bien renacuajos, se irán a bañar. Mamá y papá les harán un súper desayuno.

-Enserio? Yo quiero dormir.

Veo mal a Konrad, el cual levanta las manos en señal de paz cuando ve mis ojos amenazadores.

Dejo el pastel en una de las mesas y abrazo a mis 4 niñas mayores, ellas ríen encantadas cuando beso repetidamente la cara de cada una, hago lo mismo con mis 4 niños mayores. Konrad se toma su tiempo para abrazar a uno por uno.

Llegando a la cocina nos encontramos a nana Ericka haciendo el desayuno junto con dos chicas más.

-Y ustedes que hacen despiertos tan temprano?

-Les cantamos el feliz cumpleaños a los niños junto con un pastel.

-Oh eso fue muy bonito de su parte, descansen un rato en lo que terminamos el desayuno y los niños terminan por arreglarse para ir al colegio.

Aceptamos y nos vamos a la sala, Konrad me atrae hacia el para sentarme en sus piernas, recuesto mi cabeza en su pecho y cierro los ojos. Estaba por dormirme, cuando siento sus labios en mi frente, en mis mejillas, en mis párpados y por último en mis labios. Con una sonrisa le correspondo el beso.

-Así es como se debe empezar la mañana, para estar de buen ánimo.

El ríe, abrazándome más a él.

-Quiero invitarte a una cita.

-Acepto. Dime fecha y hora.

-Todavía tengo que coordinarla bien, yo te avisaré con tiempo para que veas si no tendrás mucho trabajo.

Estoy por responder cuando tres pequeños llegan corriendo a la sala, a cómo pueden se suben encima nuestra.

-Buenos días mami y papi!!!

Dejo besos en sus frentes mientras se acurrucan en nosotros. Ya estando los niños listos al igual que el desayuno, empezamos a desayunar para después mandarlos al colegio.

Cuando los carros que llevan a los niños se van, Konrad y yo nos miramos, con una sonrisa empezamos a correr hacia la casa. Me río cuando Konrad se tira boca abajo en su cama, me tiro encima de el, haciendo que suelte un quejido.

-Ay mujer, quita que me sacaste todo el aire.

Me tiro a un lado de el, cierro mis ojos tratando de volver a dormir un rato más, Konrad se acuesta en mi pecho, justo encima de mis senos, me rio cuando siento cómo restriega su mejilla en mi seno derecho, golpeó suavemente su cabeza.

-Duermete o te tiro al suelo.

-Eres mala.

Se acomoda mejor sobre mi y nos quedamos dormido.

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