Capitulo 38

8.3K 462 5
                                    

Romina Lennox
27 de septiembre de 2023

Llego a casa a eso de las 4:30 de la tarde, doña Lidia que se en carga de hacerles de comer y cuidar a mis hijos mientras no estoy, tiene sus cosas listas cómo le pedí para irnos a la casa de Konrad.

-Maaaaa

El pequeño cuerpo de Ray choca contra mis piernas, lo levanto en el aire para darle una pequeña vuelta, su risa infantil llena de calidez mi corazón. Encuentro a los demás en la cocina comiendo galletas con la señora lidia.

-Hola querida, hice unas galletas para que lleves a los niños Hoffman, los que espero conocer pronto.

-Muchas Gracias señora Lidia, los traeré un día de estos para que los conozca.

-Y a su padre.

Me río cuando baja y sube sus cejas, ella a sido la que me escuchaba cada noche sobre Konrad, según ella somos como una novela muy interesante.

Beso la frente de mis rubios mayores los cuales me ven con sus mejillas llenas de galletas.

-Hola mami.

-Hola tesoros, están ricas las galletas?

Ellos asienten efusivamente causando que ria.

-Ya es hora de irnos, tomen sus mochilas y ayúdenme con las de sus hermanitos por favor.

Van en busca de las cosas, doña lidia me da un tazón lleno de galletas para llevar. Acomodo a cada uno en el carro, asegurándome que sus cinturones están bien colocados. Aparco en la casa de los Hoffman, ayudo a cada uno a bajar, cuando les doy sus mochilas salen corriendo a tocar el timbre.

-Papi

Raina aplaude feliz cuando ve a Konrad.

-Pero si son mis 6 hijos rubios.

Se toma el tiempo para abrazar a cada uno, 8 pelinegros salen corriendo de la casa para venir hacia mi.

-Mami al fin estás aquí.

Mathew es el primero en llegar a mi, lo atrapo cuando salta hacia mi y enreda sus piernas en mi cintura. 7 cuerpos más impactan contra mi haciendo que casi pierda el equilibrio.

-Parece que no me extrañaron.

-Siempre te extrañamos, es feo no poder verte todos los días.

Acaricio la mejilla de Evan cuando hace un pequeño puchero.

-También los extraño cada día, pero no me olvido en ningún momento de ustedes. Mathew, tesoro, no es que no me guste cargarte pero tengo que saludar bien a cada uno de tus hermanos.

Se baja de mis brazos refunfuñando, abrazo a cada uno para luego ingresar a la casa, Konrad está en medio del salón esperando que lo salude, me rio al ver su ceño fruncido.

-Hola bebé, quita esa cara porque envejecerás más rápido.

-Hola nena, no hay abrazo y beso para mi?

Quédate Con Nosotros Where stories live. Discover now