Capitulo 37

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Konrad Hoffman
27 de septiembre de 2023

Estacionó mi auto en el estacionamiento del hospital, mis manos sudan de nervios mientras miro el pequeño ramo de tulipanes en el otro asiento.

Vine a ver de sorpresa a mi novia.

Joder.... Mi novia, sigo sin creerme que esa rubia preciosa es mi novia.

Salgo del auto para ir a buscarla, espero que no esté ocupada y la encuentre en su consultorio. Me detengo en seco al ver una imagen tan horrible que hace que mi corazón se encoja, ella esta besando a otro tipo.

Antes de que de media vuelta con el corazón roto, ella se aparta de él bruscamente y le pega una cachetada que le voltea la cara al tipo, me acerco despacio para poder escuchar lo que dicen.

-Esto es el colmo contigo, fue la gota que rebasó el vaso, estás fuera de este hospital, te dije que de alejarás de mi, que no quiero estar contigo, que parte de eso no entiendes?

-Vamos Romina, se que podemos ser felices si me dieras la oportunidad.

Estoy por interferir cuando el quiere tocar su mejilla pero ella tomó su mano y la aparta bruscamente.

-Es que no hay ninguna oportunidad y ni la habrá, estoy con alguien, es un hombre maravilloso y no lo cambiaria por nada.

Mi corazón se emocionada por sus palabras. Veo cómo el tipo la mira con furia y sigue sin percatarse que estoy detrás de Romina.

-Así, crees que ese tipo va amar a los bastardos que recogiste de la calle?

-Con mis hijos no te metas imbecil.

Romina se sobresalta al escucharme y voltea a verme, veo como sus ojos me ven con pánico, tomo al tipejo de la camisa y lo miro fríamente.

-Acércate a mi mujer o a mis hijos y juro que destruyo tu vida, me entendiste?

No le doy tiempo de responder y solo tomo a Romina de la mano para irnos a su consultorio, ella cierra la puerta haciendo que quedemos en un silencio incómodo, dejo el ramo en el escritorio y volteo a verla.

-Cielo yo...yo puedo explicarte, yo no lo be...

La tomo del rostro para besarla, escucho su leve jadeo de sorpresa para luego comenzar a besarme también, la arrincono en la pared más cercana, una de mis manos queda en su cintura mientras que con la otra tomó una de sus piernas para llevarla a mi cintura.

-Se que no lo besaste nena, escuche lo que dijiste de mi. Pero por un momento dudé, cuando no más llego y ver a mi novia besando a otro hizo que mi corazón se hundiera de tristeza, por un momento pensé que me había vuelto a equivocar.

-Perdón cariño, me agarro de sorpresa cuando me beso, pero te juro que no duro mas de 4 segundos, yo no podría engañarte, no me atrevería hacer algo tan estupido para perderte a ti y a mis hijos. No dudes de mi amor Konrad.

-Aun estoy sanando, todavía me estás sanando nena, sigue queriéndome para seguir confiándote mi corazón.

-No te quiero.

Me quedo quieto ante esas palabras, no me quiere, pero yo pensé que....

-Te amo, hombre de los ojos más bonitos y padre de los niños más hermosos.

Mi corazón se llena de felicidad pero aún no soy capaz de decirle lo mismo, la abrazo fuerte mientras mi cara queda en la curvatura de su cuello, agradezco que no cambie su actitud al ver que no le devuelvo las mismas palabras. Me separo de ella para poner mi frente contra la suya.

-Por cierto qué haces por acá, no es que me moleste verte.

-Venía a preguntarte si quieres quedarte en mi casa a dormir con nuestros 14 renacuajos para así despertar a nuestros octillizos con un pastel.

-Me fascina la idea, ahí nos tendrás a más tardar a las 6 de la tarde.

Me recuerdo del ramo así que voy por el y se lo doy, sus ojos de iluminan al ver el pequeño ramo.

-Están preciosas, gracias.

Le veo mientras ella mira con maravilla cada uno de los tulipanes de diferente color, detalló las pequeñas pecas en su nariz.

-Que me miras bebé?

-Lo bonita que es mi novia.

Sus mejillas toman un ligero rubor haciéndola ver adorable, deja el ramo otra vez en el escritorio para luego pasar sus brazos alrededor de mi cuello, no decimos nada, solo nos miramos, no hacen falta palabras, toco su estetoscopio que cuelga de su cuello.

Sin esperarlo ella me besa como si no lo hubiera hecho hace mucho tiempo, la aprieto lo más que puedo a mi, desabotona algunos botones de mi camisa para poder acariciar mi pecho, mis bellos se erizan ante su toque.

-Tú corazón late muy fuerte bebé.

-Es lo que provocas nena, alteras todo en mi.

Vuelvo a besarla mientras hago que enrolle sus piernas en mi cintura, la siento en su escritorio, quiero hacerle el amor pero aún no es el momento. Me separo de ella lentamente.

-Aunque me encante tenerte en mis brazos angelito tengo que regresar al trabajo y tú no se si tienes pacientes que atender.

-De hecho si, en media hora tengo uno.

-Bueno nena me voy, te veo en casa con nuestros hijos.

Me despido con un último beso para luego salir de su consultorio, espero que no todos se den cuenta de la dolorosa erección que cargo, camino lo más rápido que puedo, ya encerrado en mi auto trato de serenarme.

Esa mujer me deja mal cada vez que la veo.

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