Déspues del Ragnarok

Extras: Historias del Edén

Juguemos todos juntos

En los principios del jardín del Edén se encontraban Hades, Poseidón y Zeus reunidos en el templo del tirano tomando una taza de té.

Cada cierto tiempo se reunían para compartir un tiempo de calidad como familia, Hades siempre estaba encantando de ver a sus hermanos, Zeus solo aprovechaba la ocasión para molestarlos y el tirano ponía a prueba su paciencia en cada ocasión.

Sin embargo, este año era peor que los anteriores para el tirano, por la presencia de cierto niño humano que jugaba a sus pies haciendo temblar las tazas sobre la mesa.

El pequeño se divertía jugando con sus peluches más queridos el Sr. Pingüino, el gran Ramboleón y su favorito el mítico Sr. Osoflojo. El rey del inframundo no podía evitar reír un poco cada vez que el pequeño escogía nombres para sus juguetes.

Adán: Juguemos.

Le pidió el pequeño a su padre, este le devolvió la sonrisa pero le explico que en ese momento no podían jugar con él ya que estaban teniendo una charla de adultos.

El humano infló las mejillas en forma de berrinche, pero no insistió nuevamente, en su lugar prefirió explorar el templo en el que se encontraba en compañía de sus peluches.

Juntos descubrieron una gran biblioteca, el comedor y un hermoso jardín rodeado de fuentes, cuando creyó haber recorrido todo el lugar se percató de la existencia de otra habitación. Se levantó de puntas buscando alcanzar la manija de la puerta.

Poseidón: ¡Maldito mocoso! ¡¿Qué crees que estás haciendo?!

Preguntó molesto el tirano mientras levantaba a Adán del cabello alejándolo de la perilla de su habitación.

Adán comenzó a llorar con todas sus fuerzas alarmando a los demás hijos de Cronos. Hades le pidió a Poseidón que bajara al niño y así lo hizo, dejando que el humano cayera estrepitosamente.

Hades: ¡Poseidón!

El tirano alzó los hombros levemente en señal de inocencia, después de todo solo hizo lo que su hermano le pidió. 

Mientras Hades regañaba a Poseidón por haber sido tan brusco. Zeus trataba de hacer que el niño dejara de llorar, hacia expresiones graciosas buscando hacerlo reír, pero nada funcionó ya que al instante el humano gritó.

Adán: ¡Los odio! ¡Adán se va del jardín!

Declaró el niño entre sollozos, antes de salir corriendo, pero fue detenido justo a tiempo por su padre quien lo cargó en brazos buscando consolarlo.

Hades: Mi querido Adán, ¿comprendes el significado de lo que acabas de decir?

Hades: El odio es un sentimiento tan cruel que puede herir gravemente el corazón de las personas. ¿Has pensado en cómo me sentiría si te marcharas?

El pequeño negó lentamente mientras tallaba sus ojitos limpiándose las lágrimas.

Hades: El que me digas que me odias me lastima, ya que yo te amo tanto. Pero sin importar que jamás dejare de amarte.

Declaró la deidad mientras sacaba un pañuelo del bolsillo y limpiaba la nariz del niño. Poco a poco el llanto del pequeño ceso, Adán abrazó con fuerza a su padre antes de pedirle disculpas.

Adán: ¿Podemos jugar juntos?

Preguntó de forma inocente el niño, el rey del inframundo asintió con cariño.

Adán: ¿Mis tíos también jugarán?

Hades: Por supuesto que lo harán.

Tanto Zeus como Poseidón estaban a punto de negarse, pero recibieron una mirada asesina por parte del rey, el cuerpo de ambos se tensó y lentamente asintieron a la petición.