Feria de Asgard (3)

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"¡Alguien como tú no podría tener alma! ¡Jamás será digno del trono!"

"¡Escucha mis palabras algún día pagaras por todo lo malo que has hecho! ¡Solo eres un bastardo!"

"El pueblo verá por lo que eres en realidad Zheng... ¡un demonio!"

Durante la noche la cabeza del antiguo emperador comenzó a atormentarlo fieramente impidiéndole conciliar el sueño. Las voces que se encargaron de desgarrar su mente durante años regresaban cada vez con más fuerza. Una sonrisa espeluznante rápidamente se formó en sus labios.

"Sonriamos hasta olvidarlo" Se dijo a si mismo Qin, repitiendo la frase que irónicamente odiaba desde pequeño pero que había sido la base de su estabilidad mental durante toda su vida. Trato tantas veces de enterrar en lo más profundo de su conciencia aquellos recuerdos, pero su pasado siempre se aseguraba de permanecer firmemente en su presente atormentándolo.

Resignado ante la perdida de otra noche de sueño, se incorporó lentamente de su cama dirigiendo toda su atención a la deidad que dormía plácidamente a su lado. Qin sonrió al verlo, estar cerca de Quetzalcóatl siempre le generaba una agradable sensación de seguridad, considero acurrucarse cerca de él y apropiarse del calor que tanto lo reconfortaba, tal vez así sería capaz de conciliar el sueño sin preocupación.

"¿Qué tonterías estoy pensando?" Se regaño mentalmente el antiguo emperador poco después de descartar la idea. Buscando sacar provecho a su situación, Qin decidió comenzar con sus tareas después de todo tenían un gran día por delante con el inicio de la feria de Asgard.

Encendió un lampara y se dirigió al jardín trasero. A los pocos días de llegar a las tierras sagradas la madre de la humanidad había sugerido utilizar el espacio de atrás para crear un jardín, rápidamente la idea fue bien aceptada y Qin había tomado la responsabilidad de cuidarlo. Su trabajo era bastante fácil en realidad, pero en los últimos días se había complicado ya que cierto demonio trataba de arrancar las peonias con tal de utilizarlas en sus experimentos.

Se alegro al ver que las flores permanecían intactas.

Quetzalcóatl: ¿Qin?

Le cuestiono la deidad a sus espaldas, su voz estaba claramente pesada por el sueño parecía que apenas estaba consciente de lo que ocurría a su alrededor.

Quetzalcóatl: ¿Ha pasado algo?

El antiguo emperador permaneció un par de segundos en silencio, un parte de él se sentía mal por despertar a su pareja mientras que la otra estaba agradecida por su preocupación.

Qin: Todo está bien.

Mintió con una sonrisa en sus labios, mientras se enfocaba en las flores delante de él.

Qin: Solo quería asegurarme que Beelzebud no hubiera destruido el jardín.

La deidad dio un gran bostezo.

Quetzalcóatl: Parece que todo está en orden. ¿Podemos volver a la cama?

El antiguo emperador negó ligeramente.

Qin: Algo me dice que, si me separo de ellas esta noche, no volveré a presenciarlas nunca más.

El dios azteca considero las palabras de su novio, estaba seguro de que algo más opacaba el pensamiento del emperador. Lamentaba seriamente no ser capaz de comprenderlo sin embargo sabía que no podía simplemente quedarse de brazos cruzados.

Qin: ¡¿Pero qué te sucede?! ¡Bájame, bájame!

Gritó el humano al ser cargado en el hombro de su pareja sin cuidado alguno, comenzó a patalear en una rabieta infantil.

Déspues del RagnarokWhere stories live. Discover now