Un par de radios

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Nikola Tesla refunfuñaba molesto a la sombra de un árbol. Un par de horas atrás mostraba orgulloso su nueva creación a sus hermanos, un par de radios de dos vías o como los niños suelen llamarlos un par de walkies talkies.

Al principio no estaban muy sorprendidos con el nuevo aparato. Trato de explicarles de manera científica como es que funcionaba, pero rápidamente fue ignorado, supuso que una prueba en vivo seria lo mejor para llamar su atención, y así fue todos se maravillaron con el nuevo invento.

Raiden: Viejo con ellos podría hablar todo el día con mi amada Thrud, por favor deja que me los quede.

Leónidas: Hermano tú te quedaste con su ultimo invento y lo rompiste al par de horas, este será para Simo y para mí, nos servirán mucho cuando salgamos a cazar.

Jack: Caballeros yo también estoy interesado en quedarme con el invento de esta semana.

Quin Shi Huang: Parece que todos lo estamos en realidad.

Okita: ¿Dejamos que la suerte lo decida?

Lǚ Bù: Mejor a la manera tradicional.

Comento el general, todos parecían estar de acuerdo. Le dedicaron una sonrisa al inventor y caminaron amenazadoramente hacia él.

Nikola Tesla sintió como el miedo recorría cada uno de huesos, y por instinto huyo del lugar, pero rápidamente fue alcanzado y tacleado por sus hermanos.

Tesla: ¡Señor Adán! ¡Señorita Eva!

Gritaba desesperado el inventor. Una nube de polvo se levantó a su alrededor, jaloneos, maldiciones, puños y patadas sin dirección predominaban en la batalla, en pocos segundos el par de radios habían sido arrebatados de las manos de Nikola.

Tesla: ¡¡Papá!!

Una figura apareció entre la nube de polvo y a base de coscorrones incapacito a los peleadores rápidamente. Nikola agradeció al padre de la humanidad por su ayuda, pero este se encontraba más enfocado en regañar al resto de sus hijos.

Adán: ¿Quién empezó?

Un silencio absoluto reino, así que el rubio opto por cambiar la pregunta.

Adán: ¿De quién fue la idea?

Todos menos el general volador: ¡Lǚ Bù!

Lǚ Bù: ¡Traidores!

Nikola ignoro el regaño que le daban a sus hermanos, y se dedicó a buscar las radios que había creado. Cuando las encontró destrozadas, grito totalmente frustrado.

Tesla: ¡Son unos desgraciados!


Y con la dignidad que le quedaba, se retiró del lugar.

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Llevaba ya varias horas debajo del árbol, realmente se encontraba muy ofuscado. Le había tomado muchas horas de esfuerzo y trabajo duro encontrar partes que pudiera utilizar en el taller de Hefesto, sabía bien que sus hermanos eran un peligro para cada uno de sus proyectos, pero realmente le gustaba compartirlos con ellos por lo cual comenzaba a sentirse culpable de sus palabras.

Soltó un pequeño grito de frustración, llamando la atención de cierto dios que vagaba por esos rumbos.

Shiva: Así que eras tú el que tanto refunfuñaba humano.

Nikola ni siquiera se dignó a mirar al dios, no estaba de humor para charlar con nadie.

Shiva: Oye te estoy hablando tonto humano

Comento molesto el dios destructor, hasta que se percató del montón de piezas rotas al lado del inventor. Sin decir nada más se alejó del hombre, lo cual Tesla agradeció infinitamente se acostó en la hierba y cerró los ojos buscando aclarar sus pensamientos. Cuando un golpe repentino en su abdomen lo obligo a levantarse.

Observo su abdomen confundido y encontró el proyectil fácilmente, era una sandía.

Shiva: La comida ayuda en momentos de pena.

Le menciono el dios destructor quien repentinamente se encontraba parado a su izquierda, Tesla procesaba lo que acaba de pasar y la conclusión lógica fue que Shiva le habían arrojado una sandía.

Shiva: Escucha hoy me siento benevolente así que escuchare tus problemas humanos.

La deidad hindú se sentó junto al inventor, tomo la sandía y en movimiento ágil la rebano ofreciéndole un trozo a Nikola, quien sin pensarlo mucho acepto. Aunque se sentía un poco avergonzado con el dios destructor fue honesto y le comento lo que había ocurrido un par de horas atrás y le confeso lo culpable que se sentía por gritarle de esa manera a sus hermanos.

El dios escuchó atentamente cada palabra que salía de los labios del inventor, algo que el mortal agradeció realmente necesitaba desahogarse. Poco después Shiva le pregunto por el funcionamiento de su invento, algo que ilumino los ojos de Nikola.

Con total emoción le relato al dios lo mejor que pudo como funcionaban las radios, Shiva no entendió varias cosas de las que hablaba el humano, pero aun así estaba fascinado con lo que le contaba.

Shiva: Me hubiera gusta verlos en acción.


Admitió la deidad, Nikola le prometió que en cuanto los reparará sería el primero en saberlo.

Déspues del RagnarokWhere stories live. Discover now