Capitulo 1: Felicidad

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- A las buenas tardes, seña Rosina

- Buenas tardes familia, ¿De donde venís a estas horas?

- De pasear y del parque con Ponce, ¿Que hace usted aquí tan solita?- preguntó Manuela.

- Esperando a Susana para la misa pero no sé qué hace. Esta mujer es una tortuga.

- Jaja-se reía Manuela

- No diga usted eso de doña Susana que la edad no perdona.

- Miralooooo dice de ella y él es peor.

- ¿Me estáis llamando vieja y tortuga?

- No doña Susana no... Bueno sí, un poco si pero solo un poquitito.-dijo él riéndose.

- ¡Germán de la serna!-bramo Susana- ¿Cómo eres tan revoltoso? Siempre gastando bromas...

- Eso es la felicidad amiga, que antes casado con la rancia casi no se reía el pobre...

- Y cuando se reía temblaba el edificio entero de puro guapo que es-continuo Manuela- esto mismo lo dijo Casilda cuando estuve inconsciente con mi intento de suicidio, lo recuerdo perfectamente y menudo piropo.

- Ya, ya...-dijo Susana- uy. Hola Ponce pequeño.

- Bruja- dijo el niño con sueño escondiéndose.

-¡Ponce!- le regaño Germán

- No le regañes que está muerto literalmente de sueño. Ponce a corrido, saltado, jugado y subido a los árboles lo que no está escrito... Definitivamente no sé a quién salió este niño de incansable.

- A su madre

- Puede... Por eso mismo cuando lo acueste y se quede frito y no tardará ni cinco minutos te espera un rin en la cama de los buenos.-dijo Manuela alzando la ceja izquierda.

- ¡De eso nada, ni lo pienses siquiera doña flor!- estalló Susana- ¿Pensais no dejarme dormir esta noche tampoco o qué?

- Que exageradaaaaa si solo echamos uno como todas las noches y ya a dormir la mona.

- ¡¿Exagerada yo?! Valiente descaro. Que oí 20 veces tu frase “german como pares te mató " o la frase de ese de ahí “manuela me matas y me encantas" por no hablar del bailecito del cabecero que no paro hasta las seis de la mañana. Y no me queráis decir que es mentira que mi habitación colinda con la vuestra al vivir temporalmente donde Rosina y de noche se oye todo.

- Usted desvaria-intervino Guadalupe- mi hija no es así ni de lejos.

- Jaja-se río Manuela

- Te lo digo enserio, Guadalupe

- No la creo. Yo no crié así a mi hija además ella es recatada como toda mujer.

- Tiririri-silbaba Manuela

- ¿Entonces es verdad lo que dice la sastra, hija?

- Y tan verdad... Cómo qur esta noche esa mujer si que no duerme porque pienso estar con el delicioso toda la santa noche sin cansarme ni un ápice y de camino rompemos la tercera cama del mes.

- ¡Se acabó!, ¡Ahora mismo te vienes conmigo a la iglesia y que te cricifiquen!-chillo Susana agarrando a Manuela del brazo con la firme intención de llevarla a la iglesia con ella.

- ¡Ay suelte! Yo no voy a misas ningunas. Yo al único lugar que voy ahora mismito es a mi casa con mi familia a...

- Ni lo digas, ¡Promiscua!-seguia Susana

- 🙄 voy a casa con mi familia a acostar en su cama a mi Ponce que está ya frito.- y señaló a su hijo- mal pensada.

- Oh, mi bombón 😍-dijo Guadalupe acariciando la mano de su nieto que ya si dormía sobre el pecho de su padre.

- Vamos a casa

**En el principal**

- Ya acosté a Ponce. Es tan bonito y dulce nuestro niño...

- Lo sé -dijo Germán sentándose en el sillón.

- ¿Tú dónde te crees que vas, majo?-dijo Manuela agarrándolo de la corbata.

- A descansar un poco antes de la cena.

- Ni hablar. Yo quiero jugar que estoy como muy caliente...-y empezó a darle mordisquitos en el oído derecho.

- Bueno si jugamos ahora, esta noche no, ¿No?

- Que te lo has creído... Esta noche toca romper la tercera cama. Ya deberías conocer como soy...-dijo Manuela a lo suyo arrancándole a Germán la camisa sin reparos y se disponía a hacer lo mismo con el cinturón del pantalón.

- Me encantas...-dijo él antes de besarla con mucha pasión antes de que la cosa fuera a mucho más en el sillón.

Lo que la feliz y enamoradisima pareja imaginaba es que poco a poco una nube negra se acercaba...

*Continuará*

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