ᴄᴀᴘ 22: ᴇɴᴄᴜᴇɴᴛʀᴏs ɪɴᴇsᴘᴇʀᴀᴅᴏs

Start from the beginning
                                    

—Creí que serías más listo, pero te ha tomado demasiado tiempo seguirme el rastro. Si te soy sincero, estoy decepcionado.

—Me distraigo muy fácil cuando algo no es de mi interés. —Me encojo de hombros.

—¿Tratas de decir que encontrarme no es de tu interés?

—Al menos no era un asunto primordial —miento—. He estado ocupado haciendo cosas más interesantes. Ahora que has desviado las pistas de mí, tengo más tiempo libre.

—No deberías ser tan confiado. Si quisiera podría hacer que todos sepan quién eres; estarías preso en un abrir y cerrar de ojos. —Sus palabras logran captar mi atención. Me encuentro intrigado y odio no tener el control de la situación, pues no puedo saber si miente o no.

—Tú eres quién actúa con mucha confianza —digo de manera vaga. No quiero mostrarme afectado—. Si no sabes nada de mí, no hables tan a la ligera.

—Sé lo necesario.

—No sabes nada, de lo contrario no perderías tu tiempo siendo una simple imitación.

—Creí que, en las notas, mis motivos quedaban claros.

—Oh, lo lamento. Tus notas parecen poesía barata y no les he prestado la suficiente atención. —Aunque no puedo ver su rostro, puedo sentir que mis palabras le han molestado. Claro que sé de sus intenciones, pero mostrar mi desinterés es mi mejor arma en estos momentos.

—Deberías hacerlo, si es que quieres continuar siendo el Asesino de la Luna.

—¿Te atreves a amenazarme?

—En realidad, lo que quiero es proponerte algo que nos beneficiará a ambos —da un paso más hacia mí al notar que ha llamado mi atención—, algo que nos dará mucha diversión.

—Habla...

Aisa

Miro a través de la ventana: el cielo está despejado y hace un lindo día, tan lindo que me crea un gran vacío en mi interior. Han pasado dos semanas desde que me encontraron y he vuelto a casa de América. Sus padres me recibieron muy felices, aunque me regañaron. Ágata se puso a llorar y a decir que estaba muy aterrada de que algo me hubiera pasado.

Todos me han dado mucho apoyo, y en verdad me alegra estar otra vez a su lado. Me han cuidado mucho, mi cuerpo está fuerte de nuevo y las heridas han sanado ya, y por eso debería estar feliz; pero no lo estoy, y no puedo evitar sentir culpa ante sus amorosos cuidados, pues en vez de estar agradecida por esta nueva oportunidad, lo único que hago es pensar en As.

Como era de esperarse, él no ha dado señales de vida y parece que no le importa que ya no esté con él; de hecho, estoy casi segura de que está feliz de que por fin ha podido deshacerse de mí. Pero como la chica tonta y estúpida que soy, no puedo dejar de sentir cierta decepción de ya no estar más a su lado. ¿Qué tan mal debo estar como para extrañarlo? Acabo de recuperarme de las heridas que él mismo me hizo y siento que necesito volver a sentir ese dolor. ¿Qué pasa conmigo? Es increíble mi nivel de falta de cordura, pero no puedo evitar sentirme ansiosa, más que nada preocupada. Tengo esta incomoda sensación en el pecho de que algo malo va a pasar con él, como si algún mal le estuviera acechando.

—Él es quién acecha... el que hace mal —me recuerdo. A veces tiendo a olvidarlo, pero lo sea o no, no dejo de tener este mal presentimiento.

Durante mi estadía en el hospital, el detective Días fue a verme. No quería recibirlo. Estaba muy molesta, pues sentía que solo estaba ahí para aparentar. Me dio por muerta desde aquella vez en que As me llevó con él. No se molestó en buscarme, y, debido a eso, nada puede sacarme de la cabeza que hay algo extraño con él.

Besos con sabor a muerte© (18+) ¡DISPONIBLE EN FÍSICO!Where stories live. Discover now