Soulmate| jjk. ✓

𝚝𝚛𝚎𝚒𝚗𝚝𝚊

El castillo era un revuelo, todo estaba perfectamente organizado pero NamJoon, como siempre, sentía la necesidad de que las cosas estén un 101% de perfectas, poniendo a todos con los pelos de punta, en lo que va del día ya había discutido dos veces con Celine por cosas absurdas. Valery simplemente tomó la decisión de ignorarlo, es lo que siempre hacía cuando su hermano se ponía en modo "mr perfecto", sabe que es inútil llevarle la contra, así que en su lugar prefería estar arreglándose para el vals.

Se había colocado un vestido celeste precioso que cubría sus pies aún estando con tacones, pero la falda tenía el detalle de que si se abría se podían ver sus dos piernas. La parte superior era algo completamente nuevo, pues siempre usó corset ajustados que no permitían que su piel se viera, ahora llevaba algo más atrevido donde sutilmente se podía ver la piel de su estómago y escote, ni siquiera llevaba brasier porque el vestido dejaba al descubierto sus hombros y espalda. El cabello lo dejó suelto, viendo en el espejo como cada vez eran más notorias las ondas en las puntas y sonrió por ello.

Era tradición que los príncipes llevasen las coronas con las que fueron coronados como tal, así que la vampira tomó aquel símbolo de poder y lo colocó sobre su cabeza. La corona plateada con rubíes había sido hecha especialmente para ella cuando su color favorito era el rojo, que aún lo sigue siendo pero ya no lo utiliza tanto como antes. La sujetó con unos clips, ya que no quería que se caiga o la roben, y así la tenía asegurada. Sonrió cuando miró su cuello, y no sabía si fue simple coincidencia o qué pero el collar que JungKook le regaló combinaba a la perfección con los rubíes de su corona.

Se colocó los zapatos blancos con tacón grueso y alto, los aseguró bien antes de levantarse para tomar la máscara hecha con diamantes y colocarla sobre su rostro, hizo un nudo en la parte trasera de su cabeza y se aseguró de que se veía bien, y el maquillaje no se hubiera corrido. Cuando estuvo lista, tomó su abrigo para después salir del cuarto, iría a buscar a JungKook ya que él, por obvias razones, no sabía dónde quedaba el castillo, así que tendría que llevarlo a escondidas.

Decidió salir por la puerta trasera ya que había escuchado la voz gritona de su hermano desde el segundo piso, y si bajaba sería peor, por lo que prefirió irse sin ser descubierta. Mientras caminaba por el pasillo del primer piso, que tenía la puerta para salir por la parte trasera del castillo, sintió que alguien la miraba y decidió voltear, encontrando a JiMin. Ninguno dijo nada, la pelea aún estaba entre ellos, pero en el aire se notaba la tristeza y lo mucho que se extrañaban. La vampira suspiró y abrió la puerta, pero escuchó la voz de su mejor amigo.

⎯ ¿Irás a buscarlo?

⎯ Sí.⎯ respondió firmemente. Escuchó el suspiro de él y decidió verlo.

JiMin estaba elegante, con un perfume riquísimo y una máscara dorada cubriendo sus ojos. El traje dorado que llevaba lo haría resaltar entre la multitud, como siempre, pero hoy más sabiendo que abriría el vals. Su cabello estaba ordenado con fijador, viéndose formal y bello a su vez. Park siempre fue un ser divino, todos lo saben, y muchas mujeres sienten la envidia por no ser Valery que vive a su lado prácticamente, o soñaban con ser la alma gemela de aquel vampiro que fue dotado con pura belleza.

⎯ Ten cuidado con que no te vean.⎯ dijo, y sonó con la voz rota por el nudo que tenía en la garganta. Ella sonrió y tuvo el impulso de llorar mientras lo abrazaba, a pesar de su pelea, él seguiría estando ahí para  protejerla, como siempre.⎯ Y estás muy bella, te pareces muchísimo a tu madre.

⎯ Lo haré. Y gracias, tú también estás guapo.

Después de eso salió por completo del castillo, asegurando su abrigo mientras caminaba por las zonas menos pobladas para no encontrarse con nadie. Desde el día del ataque del lobo, que hasta ese momento para ella seguía siendo un misterio la identidad de su atacante, había quedado con mucho miedo para ir al bosque, sumando que la herida en su espalda no termina de sanar ya que no es lo suficientemente flexible para curarse ella misma, y no le pediría ayuda a nadie, no quiere armar otra guerra.