𝚍𝚘𝚌𝚎

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JungKook estaba completamente concentrado viendo el perfecto perfil que Valery tenía, y las vistas que le otorgaba al tener tan expuesto ese blanco cuello que moría por marcar para que sea solo suya. Ella tenía los ojos cerrados, su nariz y mejillas estaban algo rojas, los labios entreabiertos y algo brillantes porque la dueña pasaba la lengua constantemente al sentirlos secos. El licántropo la admiraba atentamente, y se sentía afortunado de que alguien como ella sea su alma gemela.

Miró hacia abajo, esperando la confirmación de Valery para llevarla a algún lugar y hacerla suya, cuando se dió cuenta del gran bulto que escondia su pantalón, y se sintió algo avergonzado por excitarse tan rápidamente. Observó que las manos de Valery estaban hechas puños, guardando parte de su vestido dentro de ellos, y sonrió ladinamente al pensar que ella estaba en la misma situación.

Bajó la cabeza para apoyarla en su vientre bajo, ganando un gemido de sorpresa de la pelinegra que no se esperaba ese movimiento del licántropo. JungKook olfateó y se percató de las feromonas que soltaba ella, haciéndole saber que se estaba lubricando naturalmente de una manera perfecta. Dejó su mente volar, imaginando que tan bien podía verse la vampira desde esa perspectiva, y que tan lindos serían sus gemidos, hasta que sintió la mirada de otra persona y murmuró una maldición que ella no escuchó.

Valery también estaba tan perdida en su imaginación que no se daba cuenta de nada a su alrededor, por primera vez pensaba en algo más allá de darse un beso con una persona, y por primera vez quería ser tocada.

Jeon miró detrás de la valla, que había un lobo de pelaje marrón oscuro mirándolos atentamente y con fastidio. Tragó saliva al instante al darse cuenta de quién se trataba, a su vez quería asesinarlo por interrumpir lo que probablemente hubiera sido su primera unión con su mate.

Miró a la chica y colocó su mano sobre su mejilla extrañamente caliente. Valery abrió los ojos y él pudo notar que estaban de color negro en vez de ese lindo verde que tenía, no preguntó nada porque sabía quien los estaba viendo. La vampira abrió un poco la boca para expulsar aire, a la vez que miraba los labios de él, con claras intenciones de besarlo, y aunque JungKook también compartía esas ganas, no pudieron hacerlo, porque a ella se le notaban los colmillos y había un furioso espectador.

—Lo lamento tanto.—se disculpó y ella frunció el ceño confundida, sus ojos habían vuelto nuevamente a ese verde de siempre.—Pero hay alguien de los míos viéndonos y no quiero ponerte en peligro.—acarició la mejilla e impidió que la vampira voltee el rostro para saber de quién se trataba.—No. No quiero que se acuerde de tu rostro. Vete a tu casa.—ordenó.

—¿Y tú?

—Yo sabré arreglarmelas, no pasa nada.—sonrió para tranquilizarla. Se sentía bien con él mismo por cuidarla de esa forma.—Vete y no mires atrás, corre lo más rápido que puedas.

—¿Estarás bien?

—Mañana nos vamos a encontrar aquí nuevamente, te lo aseguro.—prometió.

Después de esas palabras, Valery se levantó y acomodó su ropa mientras carraspeaba incómoda por saber que había un espectador todo ese tiempo viéndolos, aún dándole la espalda a la valla tomó su libro, que había dejado caer, y corrió al castillo tan rápido como podía ir, lo cual era muchísimo. Aún así, se sentía preocupada por JungKook. Él no le especificó quién era, podía ser el mounstro de su padre, alguno de sus hermanos, su mejor amigo, o alguien de alto rango de su lado del bosque.

Por parte de JungKook, él bufó molesto y sacudió su cabello frustrado, fuera de que lo habían visto, habían interrumpido su primer acercamiento intenso a la vampira, por el cual estaba esperando con ansias y, al parecer, ella se veía dispuesta a tenerlo.

Soulmate| jjk. ✓Where stories live. Discover now