𝚍𝚘𝚜

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JungKook se encontraba en su cuarto acostado boca abajo en su cama, impidiendo que se escuche su llanto porque no quería volver a tener esa charla tan tonta con su madre, porque sí, ya lo habían hablado, pero al final siempre terminaba en lo mismo.

"⎯ Lo siento cielo, pero es tu deber."

Él no quería que ese sea su deber, no pidió nacer en la familia que nació y mucho menos querer ser líder de una manada. Era mucha responsabilidad para alguien como él, que solo quiere disfrutar su vida, enamorarse, conocer, ser libre. No quería vivir atado al trabajo, no disfrutar con su familia y tener que mostrarse como una mierda para que tengan respeto por él. No deseaba eso.

Sabía que su hermano podía ser muy egoísta, Mingan era el que más compartía cosas con su padre definitivamente. Desde los nueve años que había mostrado ser mucho más maduro y sus ganas de ser líder de la manada, y aunque siempre le dijeron que por obvias razones no se podía, él seguía insistiendole a su padre, hasta que eso terminó en una fuerte discusión que lo mandó al calabozo por una semana cuando insultó a su hermano mayor, diciendo que era un inmaduro inútil para ese puesto tan importante.

A pesar de eso, Mingan ama a su hermano mayor, de eso no había dudas, y JungKook también amaba a su hermano menor, solo que tienen esa gran diferencia. Más de una vez pelearon por eso, ya que es el único motivo por el que verdaderamente pelean hasta llegar al punto de decirse cosas hirientes o lastimarse físicamente. A Mingan no le temblaba la mano para atacar a su hermano cuando se trataba del liderazgo, y a JungKook tampoco le temblaba a la hora de defenderse.

⎯ ¿Otra vez estás llorando por eso?⎯ escuchó y se dió vuelta asustado, pensando que todo ese tiempo había estado solo. Su hermano estaba apoyado en el armario color negro de JungKook, con los brazos cruzados, mirándolo con seriedad.

Mingan llevaba el cabello largo y de su color natural; negro. Le gustaba sujetarlo en una media coleta cuando estaba dentro de casa. Era más alto que JungKook a pesar de tener dos años menos, esto porque le gustaba mucho el ejercicio, llegando al punto de volverse su adicción, pero sus padres no hacían nada porque pensaban que ejercitarse estaba bien y no lo veían como algo preocupante. Llevaba el calco de los ojos de su padre, fríos y oscuros, pequeños y largos, su hermana tenía los mismos pero los de ella sí eran más expresivos y dulces. Rieka y Mingan a pesar de ser mellizos no tenían más cosas en común aparte de sus físicos.

⎯ Me asustaste.⎯ dijo el mayor limpiando sus lágrimas. Mingan rodó los ojos acercándose a la cama para sentarse y abrazarlo. Jeon suspiró.⎯ No quiero hacerlo, Min.

⎯ Convence a papá de que quieres que sea yo el líder.

⎯ Ya lo intenté, me amenazó con terminar en el calabozo.⎯ mintió.

En realidad, tiró la indirecta, pero su padre de entrada dijo que no, y mucho no iba a insistir sabiendo que terminaría una semana (o quizá más viendo la gravedad del tema) encerrado en el calabozo. JungKook tampoco quería que su hermano sea líder, lo consideraba muy malo con respecto a los pobres y personas con bajos recursos, pero, con tal de no tener que liderar él, le daba el puesto a cualquiera.

Mingan creía que para pertenecer en la manada Jeon se tenía que ser de alto rango, y sino, dañan la imágen. Sus padres más de una vez lo habían castigado por decir esas cosas, porque el señor Jeon a pesar de ser bastante insensible, era considerado con esos pequeños lobeznos que eran abandonados en el frío bosque, con los padres que estaban sin un hogar para darle a sus hijos y demás. Ese era uno de los tantos motivos por el cual no quería que su segundo hijo sea el líder de la manada.

⎯ Hijo, baja a comer.⎯ escuchó la voz de su madre del otro lado de la habitación. Mingan suspiró decepcionado mientras se levantaba de la cama de su hermano para ver el cuarto del mismo con indiferencia.

Soulmate| jjk. ✓Where stories live. Discover now