Los secretos del Bosque [+18]

Final

Narra Kayla:

Veo como Aarón da dos pasos hacia mi, agarrando mi cabello entre su dedos, y bruscamente acerca su boca a la mía, uniendosé en un beso salvaje.

Me separó, y Deán viene con decisión para agarrarme de la cintura pegandomé a él, mientras deja pequeños besos por todo mi rostro.

Brandon jala mi brazos hasta que pierdo un poco el equilibrio, quedando mi cabeza junto a mi cuerpo inclinados, cómo en una pose de baile, mientras el pelinegro me sostiene fuertemente con su brazo en mi espalda.

-Jamás te vayas-Murmura antes de pasar uno de sus dedos por mi labio inferior, para luego dirigir su vista a mis ojos.

Lo beso con desespero, agarrando su nuca, para que no se separe, aunque es claro que no es esa su intención.

Siento cuando Brandon agarra mis rodillas cargandomé como una doncella en apuros, hasta que paso a los musculosos brazos del rubio, quién me mira con una mirada que me transmite amor.

Joder ¿qué acabo de decir? Yo no soy cursi.

Al parecer ahora sí.

No te burles, Conciencia.

-Te extrañe -Murmura Caleb, pegando nuestros cuerpos, a la vez me agarra de tal manera que su rostro se esconde en mi cuello.

-Solo fueron dos horas-Digo.

-Fueron las horas más eternas que viví...pensé que te habíamos perdido, pensé-Interrumpo lo que está diciendo, haciendo que me mire a los ojos, y apoyo mi dedo en sus labios, callando sus palabras.

-No, no pienses, solo bésame-Pido y es lo que hace sin dudar.

Al separarme, miro hacia Ekaitz, quién abre sus brazos, y corro hacia él, saltando hasta enroscar mis piernas en sus caderas.

-Hiciste que llorara-Me regaña con diversión, hablando sobre mis labios-Y yo jamás lloro-

-Ummm ¿Me vas a castigar?-Pregunto en un susurro con un toque de diversión.

-Te voy a llenar a besos, cuando esos imbéciles no nos vean-Dice mirando hacia los arugleven. Ya me había olvidado de su presencia.

-Ignoralos-Pido para luego sentir como sus labios devoran los míos, en un beso lleno de pasión.

Cuando me separó de los cinco, veo la sonrisa en todos los rostros y nuestro momento romántico es interrumpido por el cuarteto de acentos.

-Qué situación candente-Murmura el chileno.

-Nuestra patrona no pierde el tiempo-Bromea el argentino.

Los hermanos adoptan una pose defensiva.

-Ya, cálmense-Les pido a mis chicos, para luego dirigir mi mirada a los nuevos conocidos-Y ustedes cierren el pico-Pido.

-Va, pero compalta'-Pide uno de ellos, pero no alcanzo a distinguir cuál.

-Si, porfavor, que estos tipos están de rechupete-Espeta el uruguayo.

Y pensar que creí que el uruguayo, junto al venezolano era el más tranquilo.

Ignoro sus palabras para explicar la situación.

-Ellos son Argento, Chileno, Guayo, y Zuelo-Digo, a pesar de acabar de inventar sus nombres.

-¿Y se supone que son?-Pregunta Aarón que no parece muy contento con su presencia.

-Conocidos-Digo.

-Amigos-Agrega el venezolano.

-Amigos con derecho-Sugiere el argentino, ganando un codazo del uruguayo.