Los secretos del Bosque [+18]

¿Álvaro?

Ya es de día, y el horroroso sonido de la alarma me lo confirmas.

-¡Apaga esa mierda!-Exige Marcos -No puedo dormir- Se queja.

Me levanto de la cama, y agarró el celular que no ha parado de sonar, me acerco hacia el colchón en el suelo, dónde está durmiendo Marcos, y dejó el celular al lado de su oreja.

-DESPIERTAAA-Grito.

Cuando veo que esta por agarrar el celular, me alejo, y coloco el celular lejos de donde está él. Dejo mi habitación, con Marcos quejándose y la alarma sonando, mientras me dirijo al baño.
Luego de hacer mis necesidades, salgo del baño y me encuentro con un Marcos malhumorado.

-¡Buenos días!-Lo saludo.

-Bueno a días -Dice con un tono agudo, intentando imitar mi voz, mientras rueda los ojos.

-Uyy, parece que tus mañanas siguen siendo igual de malas.-Le digo al pasa por su lado.

-Y por si no fuera poco tener una maldición, que hace que los mañanas sean amargadas, llegas tú, y las haces aún peor-Se queja.

-¡Eso es imposible!-Le digo-El que se levante, y lo primero que vea, sea a mi, es alguien que definitivamente debería estar honrado por mi presencia -

Marcos, ignora mi comentario, y se va al baño, yo bajo hasta la cocina y empiezo a preparar el desayuno.

Cuando Marcos baja, y se sienta, sirvo el desayuno para ambos.

-Mmmm....Al fin una ventaja de ser tu amigo-Dice saboreando el café y el sándwich que eh preparado.

Al terminar el desayuno, Marcos se queda en la casa, limpiando las cosas que hemos utilizado,mientras yo me preparo para ir a clases.

Cuando ya estoy lista, con el uniforme pronto y la mochila en manos, llamo a Marcos.

-¡Marquitos, lindo de mi corazón!- Lo llamo desde la puerta de entrada.

-¿Qué me vas a pedir ahora?- Dice llegando.

-¡Cómo me conoces!-Le digo- ¿Tú te vas a quedar como unas horas más?-Le pregunto y el asiento en respuesta -Bueno, entonces cuando te vayas cierra la puerta...pero antes de irte ¿Podrías llevarme a clases?-Digo haciendo un tierno puchero.

-¿Con esa cara de ternura quién podría decir que no?-

Nos subimos en el auto de Marcos, y cuando llegamos, me despido de él.

-Chauu-Le digo.

-No olvides, activar la otra a parte del plan...Bye-Dice y cuando me bajo del auto, no duda en marcharse.

Llegó hasta el salón, y me siento junto a Olivia.

-Holaa-La saludo con una sonrisa.

-Hola ¿Cómo estás?-Pregunta correspondiendo la sonrisa.

-Bien-

-Me alegro, pensé que te había pasado algo-Dice.

-¿Por qué?-

-Porque ayer faltaste a clases-Responde.

-Ohh, no te preocupes, suelo faltar a veces-Digo.

-Ahh, con razón, es que yo no suelo faltar, y bueno, no me acostumbro a que los demás sí. Acepto que soy una "cerebritos"-

-Bueno, cambiando de tema ¿Me das tu número?-Pregunto.

-Claro-Responde.

Luego de intercambiar nuestros números, la profesora entra y da inicio a la clase.

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El timbre toca, para muchos es la hora de descanso, para mi es la hora donde inciara el plan. Cruzo los pasillos con Olivia a mi lado, caminando rumbo a la cafetería.

-Oye- Llamo su atención-Hoy debo de hacer algo .Lo siento, no puedo comer contigo-

-Ohh, no te preocupes ¿Se puede saber que harás?-Pregunta.

-Nada…-Le respondo.

-Bueno, nos vemos luego-Dice y se va a la mesa.

Yo por mi lado camino hacia la mesa del centro, la mesa de los “Reyes”.

Reyes de la idiotez.

¿Por qué te caen tan mal?

¿Acaso no es obvio? ¡Son unos presumidos, con aires de grandeza!

Uy, mira quien habla, la más humilde.

Ignoro a Conciencia y camino a su mesa, al llegar 5 pares de hermosos ojos se posan en mí.

Me paro a su lado sin saber que hacer o decir.

¿Este era el grandioso plan?

Si, bueno, de hecho no tenía plan, solo improviso.

-Me presento ante sus altezas-Digo con burla, mientras hago una reverencia.-Quisiera hablar con ustedes…oh, disculpen, tal vez debí sacar cita para esta charla-

No creo que así logres enamorar a alguien…

-¿Qué quieres?-Dice de forma bruca el pelinegro mayor.

-Ohh, Álvaro, un gusto volver a escuchar tu voz-Digo.

Eso definitivamente no es sarcasmo.

Claro que no, podría estar escuchando la voz de cualquiera de estos hermanos y sería mucho mejor que cualquier concierto.

Veo las caras de los otros hermanos y parecen querer estar aguantando la carcajada, a excepción de Ekaitz, el castaño, que su rostro esta inexpresivo y de Álvaro que parece echar humo por las orejas.

¿Qué les da tanta gracia a los demás?

Ni idea….

-Álvaro, no seas grosero y saluda a la dama-Le dice Caleb, el rubio.

Las carcajadas de Brandon, Deán y Caleb, resuenan por el comedor.

-A.A.R.Ó.N-Deletrea el mayor de los Skaller.

Ahh, así se llamaba, eso explica mucho.

-Ohh, perdone Rey, no me pareció importante su nombre, no lo suficiente para recordarlo, espero y no dañe su ego-

Las risas ahora no son de los hermanos, ahora las carcajadas provienen desde los demás estudiantes chusmas, que estaban escuchando la conversación.

-Uyy, humillados, check-Dice un chico a la distancia, burlándose de los hermanos.

La discreción se fue por el tubo.

Yo brillo por donde voy, es imposible no llamar la atención.

Presumida.

Realista.

El pelinegro se levanta, con claro enfado reflejado en su rostro y fuertemente me agarra del brazo arrastrándome fuera del comedor y conduciéndonos por los pasillos.

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