Los secretos del Bosque [+18]

La mudanza.

Narra Kayla:

-KAYLA BAJA- El grito de mi madre resonó en toda la casa, indicándome que ya era hora de despertar. Como pude baje de mi cama, y aún con sueño fui al baño, para luego dirigirme hacia la cocina donde se encontraban mis padres, sentados en la mesa desayunando.

-¿Qué hora son?- Pregunté al llegar junto a ellos.

-¿Qué son esos modales Kayla? ¿Y los buenos días?- Dijo mi madre.

-Buenos días- Dije, mis padres aún no satisfechos con mi respuesta se acercaron a mi dándome un gran abrazo.

-Sientate a desayunar- Dijo mi padre, pasándome una taza de café, hago lo que me pide y miro hacia el reloj dándome cuenta que apenas son las 6 de la mañana.

-¿Por qué tan temprano, un sábado?-Pregunto.

-¿Ya lo has olvidado?- Pregunta mi madre con una sonrisa burlona, en respuesta la miro confusa.

-Hoy es el día de la mudanza- Responde mi padre con alegría.

-Ahh- Es lo único que se me ocurre decir.

-Después de comer, vamos a subir las cajas al camión de la mudanza, lo que queda aún en la casa, mañana lo vendremos a buscar -Explica mi padre.

-Esta bien -Respondo.

La mañana pasa, al igual que el mediodía, subiendo cajas y acomodando las cosas para poder mudarnos a Borlme, un pequeño pueblito, a las afueras de la ciudad.

Si me preguntarán mi opinión al respecto, es simple, digamos que el empezar una nueva vida para mí es muy emocionante, poder hacer las cosas que quiero, es más fácil en un pueblo que en la ciudad. Con las cosas que quiero me refiero al arte, amo dibujar, pintar, hacer esculturas, etc, me encanta el arte en general, siento que un nuevo lugar habrá más cosas con las cuales inspirarme.

Actualmente estamos en el auto, dirigiéndonos a nuestro nuevo hogar, y por lo que se ya falta poco para llegar. Un cartel que que dice “Bienvenidos a Borlme” confirma mis sospechas. Sigo mirando por la ventana el hermoso paisaje que el pueblo ofrece, hermosas casas y un gran bosque de aprecia se este lugar. Me sorprende el ver cómo mi padre, dirige el auto a las afueras del pueblo adentrándonos al bosque.

-¡Llegamos!-Exclama mi madre con felicidad.

Cuando el auto se estaciona, bajamos de él, y puedo ver una casa muy hermosa, blanca, y de un tamaño "normal".

Sonrió sin poder evitarlo, las imágenes de las obras que puedo crear en este bosque son demasiadas.

-Hija- Me llama mi madre sacándome de mis pensamientos - Puedes recorrer e lugar, mientras tu papá y yo bajamos las cosas -Ofrece y sin dudarlo asiento.

-Toma tu celular, no te vayas a perder- Dice mi padre tendiéndole el celular.

Ya con mi celular en mano, me encaminó hacia el pueblo, porque aunque quisiera plasmar mi inspiración, no es hora, por eso prefiero salir a ver el pueblo, en el que es posible viva gran parte de mi vida.

Camino saliendo del bosque, por las calles de Borlme,  la poca gente que hay me mira sin disimulo, supongo que al ser un pequeño pueblo la gente se conce y sabe quiénes son nuevos en el pueblo. Otra razón no encuentro, ya que físicamente no llamo la atención, mi cabello castaño largo hasta la cintura, mi piel blanca pálida, y mis ojos de un color que no sabría definir, hacen que pase desapercibida delante de la gente.

Sigo caminando, mirando y recordando cada pequeño detalle que veo, me detengo en una gran estructura, que supongo será el "centro educativo del pueblo", lo llamo así, porque una de las cosas extrañas de este pueblo es esto, los niños van a la escuela, y los adolescentes de 16 años hasta los 22 años van aquí, no sé si es una secundaria, un instituto o una universidad, creo que la idea es hacer todo en uno. Supongo que es porque al ser pocas personas en el pueblo, también son pocos adolescentes y con este edificio pueden hacer la educación de todos los jóvenes aquí.

Después de admirar el edificio de mi posible futura cárcel, sigo con mi camino, hasta que veo una cafetería, sin pensarlo dos veces entro haciendo sonar la campanita de la puerta, que anuncia mi llegada y hace que las pocas personas que hay dirigían su mirada hacia mi, ignoro este último detalle y me siento en una mesa apartada. A los segundos viene una mujer que pide mi orden, al contestarle se va pero de inmediato llega con un capuchino, que deja en mi mesa y se retira.

Mientras tomo el capuchino, agudizó mi oído y alcanzo a escuchar los murmullos de las personas, y el chismerio que se habla sobre "la mudanza de la nueva familia en el pueblo".

-He oído que unos tales "Reinot" se han mudado al pueblo- Dice una chica en susurro, sin saber que puedo escuchar claramente.

-Dicen que se mudaron porque están escapando de la justicia-Le responde la otra chica.

Sus miradas no son discretas, pero finjo no oírlas ni verlas, me encanta cuando la gente dice cosas de mi vida que ni yo sabía.

¡El apellido de mi familia Reinst, no Reinot!

Me encantaría pararme y aclararle que las escucho, pero prefiero no hacer un show y pasar desapercibida.

Cuando dejó de escuchar los chismes, me levanto de la mesa, dejando el pago por el café y dirigiéndome nuevamente hacia mi nueva casa, antes de que anochezca.

Al llegar me encuentro con mis padres, esperándome en la puerta de la casa.

-Al fin llegas-Dice mi padre con una sonrisa.

-Ven, entra a ver cómo quedo- Ofrece mi madre.

Al está dentro, siendo guiado por ellos, veo lo hermosa que es la casa, con una sonrisa, abrazo a mis padres.

-Es hermosa -Digo, separandome del abrazó- Pero tengo sueño, voy a dormir -

-Pero si apenas está oscureciendo -Dicen mi padre confundido.

-Si, pero el viaje me agoto mucho -Respondo -Buenas noches -

-Que descanses- Responden los dos a la vez.

Subo de dos en dos los escalones, y al llegar a mi cuarto observó la decoración, las paredes están llenas de cuadros hechos por mi, y todos tienen algo en común, los garabatos que para muchos no tendrían sentidos están plasmados con pintura roja.

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Holaaa ¿Cómo están? Se que el capítulo es corto y poco interesante, pero no se preocupen, es para que conozcan un poco la vida de Kayla, prometo que en pocos capítulos ya verán que se vuelve una historia entretenida e interesante.