Capítulo 32: Parte Dos.

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Pensamientos de Alice:

En cuanto Katherine se fue organicé los grupos para vigilar el Puerto, y otros puntos principales de la ciudad, pero aún tenía la sensación de que algo no encajaba.

—¿No te parece demasiada quietud para una guerra? —afirmó Nina.

—Lo sé, es muy extraño —comenté pensativa.

Me senté en el borde de la pequeña fuente del parque central de Pendingrin y observé el día, no había ni una sola paloma, el clima era un calor seco con un cielo despejado que me hizo sentir asfixiada.
Llevé mi mirada hacia una fila de hormigas que caminó directo a un pequeño hoyo en el suelo, noté como algunas se agitaron como si algo las moviera desde abajo, coloqué mis manos a los lados para descartar que fuera un temblor y en efecto no sentí nada.

—¿Ves eso? —le pregunté a Nina.

Ella se agachó y vio a las hormigas con atención, luego llevo su mirada hacia mí.

—Hay que salir de aquí —afirmó cuando se puso de pie.

Vimos cómo un carruaje se detuvo de golpe de donde descendió Sam quien corrió directo a nosotras.

—No pregunten como, pero he hablado con Jarveil me dijo que el infierno vendrá de abajo ¿Eso les dice algo? —cuestionó Sam con la frente sudorosa.

Nina y yo nos vimos a los ojos.

—¡Salgan de aquí! —gritó Nina.

—¡Huyan lo más lejos que puedan! —exclamé.

Trataron de sacar las carretas con armas, no obstante, varias se quedaron ahí, vi cómo todos corrieron en varias direcciones, escaparon sin saber a ciencia cierta de qué, de pronto una vibración bajo mis pies me anuncio que el verdadero ataque aún estaba por llegar, con rapidez me subí al caballo y salí de prisa directo al Castillo Clermont, pero el crujir del suelo se hizo más fuerte hasta que sentí una gran explosión en la que mi caballo perdió el control y cayó. El ruido ensordecedor junto con una nube de polvo abrazadora hizo que me quedara boca abajo, cuando levanté el rostro alcancé a ver a lo lejos un gran cráter donde estaba la fuente, mi visión era borrosa y el pitido en mis oídos persistió.

—Levántate —expresó Nina que llegó a donde yo estaba.

Entre ella y Sam me ayudaron a ponerme de pie.

Los tres estábamos tan aturdidos por la gran explosión que lo único que hicimos fue entrar a la primera casa que encontramos.

—Esto no pinta nada bien —anunció Sam, que se asomó por una ventana y vio como del cráter cuál si fuera una marabunta, un sinnúmero de monstruos emergió cubiertos con una armadura muy extraña.

Pensamientos de Katherine:

Me quedé inmóvil viendo la gran nube de polvo que surgió del centro de Pendingrin, mi mente no pudo pensar en nada más que no fuera Alice.

—No podemos ir —escuché que me dijo Nínive que estaba montada en su corcel café.

No contesté.

—Si vamos para allá dejaremos este flanco vulnerable y el ejército que está aquí nos terminara por acorralar, lo mejor es buscar el inicio de ese túnel para tomar posesión —explicó.

—Has lo tuyo —respondí.

—Supongo que no vendrás —me dijo Nínive.

—Estás en lo correcto, debo ir a Pendingrin a buscarla —expresé en un hilo de voz.

—Estoy segura de que están a salvo —afirmó.

—¿Cómo lo sabes? —le pregunté.

—Tu chica desde que la conozco siempre tiene un plan, ve por ella, yo haré hasta lo imposible por vencerlos aquí y llegar a ese maldito túnel —aseveró Nínive que salió a todo galope.

PendingrinWhere stories live. Discover now