Capítulo 4: Un ángel sin alas.

12 0 0
                                    


12 horas antes...

Alice La Grange:

Era la hija de William La Grange y Eliana Villette, una pareja de nobles que contrajo nupcias por acuerdo de familias y se establecieron en Pendingrin. William era habilidoso para las relaciones públicas, fue así como logró consolidarse como un político notable. Tras la muerte de Eliana a causa de tuberculosis, él se hizo cargo de sus dos hijos Gaspard de 18 años y Alice de 16 años, al principio era un padre dedicado por completo a su familia, aunque con el transcurso de los años se fue alejando y cuando lo nombraron alcalde de Pendingrin, su único amor se volvió su trabajo.

Alice era alta, delgada, de piel blanca, de cabello castaño y lacio que le llegaba debajo de los hombros, facciones finas, ojos de color miel, y con una sonrisa hechizante. Era sin duda la chispa de esa familia, vivaz, alegre, dedicada, muy inteligente y le encantaba cantar, tenía muchas amistades de sus grupos de costura o lectura. Su mejor amigo era el nieto del doctor Bloom, Greg Bloom III, con quien hizo amistad desde pequeña, al igual con su hermano Gaspard siempre se llevó de maravilla.
Su mente era una constante de ideas, un caudal rebosante de energía, era única. Para cuando cumplió los 26 años fue pedida por Michel Armagnac hermano menor de Archivald, a pesar de que ella le rogó a su papá de que no concediera su mano en matrimonio, él se mantuvo firme en su decisión. No había más que hablar.

Pensamientos de Alice:

Tocaron a mi puerta con gran insistencia, así que de inmediato abrí, me encontré con mi hermano Gaspard quien me vio serio y entró a mi habitación, tras cerrar la puerta me tomó de las manos.

—No he podido hacer cambiar de parecer a papá —me dijo desganado.

—Creo que no tengo manera de escapar de este compromiso —comenté furiosa.

—Ya sabes que papá siempre ha querido emparentar con alguna de las Tres Familias, eso lo volvería como de la realeza —agregó Gaspard que comenzó a caminar de un lado a otro en mi habitación.

—Solamente una vez vi a ese tal Michel, es un completo idiota, nunca había visto alguien alardear tanto de sí mismo —dije con las manos en la cintura.

—Y ni siquiera es un cazador, por lo que escuché la familia Armagnac ya ni siquiera caza, únicamente entrenan a guerreros humanos y los dotan de armas, aun así, Michel dice que es el guardián de Pendingrin ¡Qué tontería! —expresó Gaspard.

—Prefiero saltar de la nueva iglesia en construcción que casarme con él —protesté indignada.

—Padre no cambiará de parecer, sabes mejor que nadie que él cree que las mujeres no tienen ningún derecho para opinar —puntualizó Gaspard.

Antes de que pudiera seguir quejándome la puerta de mi habitación se abrió y entró mi padre a grandes zancadas.

—Esta noche debes prepararte porque el compromiso se hará oficial —indicó él.

—Padre te suplicó que reconsideres, no me quiero casar con Michel Armagnac, no lo quiero — expresé al borde de las lágrimas.

—Cuando me casé con tu madre que en gloria esté, nos conocimos el mismo día de la boda y nunca me atreví a llevarle la contraria a mis padres, con el tiempo aprendí a quererla y tú harás lo mismo— sentenció.

—Es que no puedo, me matarías en vida si mi hicieras hacer eso —le rogué.

—¡En esta familia se hará lo que yo diga! Lo que comen, lo que visten, yo lo he proveído, así que no tienes ni el más mínimo derecho de opinar, prepárate para esta noche, ponte el vestido azul que te traje de mi último viaje —ordenó, y luego jaló del brazo a Gaspard para llevárselo consigo.

PendingrinWhere stories live. Discover now