Capítulo 25: Cortesana. Parte Dos.

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Pensamientos de Alice:

Al llegar a la casa de mi padre arrojé los jarrones de la entrada, tomé el atizador de la chimenea y entré a su despacho donde quebré todo a mi paso, fui como un huracán incontenible lleno de furia y frustración, rompí hojas, e incluso tiré por la ventana su adorada placa que le quedó de cuando fue alcalde.

— ¡¿Te volviste loca?! —gritó mi padre cuando entró a su despacho, a su lado derecho estaba Gaspard y al izquierdo Jarveil.

— ¡Ustedes traidores me mintieron! Usted estaba sano —dije señalando a mi padre.

—¿De qué hablas? —me preguntó Jarveil con una ceja levantada.

—Lisa curó a mi padre de su dolencia y, aun así, me engañaron haciéndome creer que yo estaba salvando a esta familia, todo esté tiempo fui una idiota que cayó en sus juegos, pero se acabó no quiero volver a saber nada de ustedes nunca más —sentencié.

—¿Cómo qué padre estaba sano? —inquirió Gaspard que caminó hasta donde yo me encontraba.

Le dije la verdad sin titubear.

Tras enterarse, Gaspard se acercó a Jarveil y le propinó tremendo golpe en el rostro.

—Lo que le hicieron a mi hermana no tiene perdón, y menos de ti padre creí que eras un hombre honorable, pero solo fuimos cargas para ti, los dos son un par de basuras —dijo Gaspard y salió junto conmigo del despacho.

Saqué todas las cosas de la que era mi habitación y me marché acompañada de mi hermano. Me sentía muy herida y no por Jarveil sino por mi padre que me rompió el corazón con una traición tan ruin.

De la propia historia...

Nadmi estaba acomodando la leña cuando escuchó unos pasos acercándose, por lo que dirigió la vista hacia el bosque.

—Te dejaste crecer el cabello —dijo Chloe con una sonrisa.

Nadmi no dijo nada y reanudó su actividad.

—La última vez que te vi fue en el pueblo hace dos meses —comentó Chloe.

— ¿A qué has venido? —preguntó Nadmi indiferente.

—Cometí un error al dejarte ir, estaba asustada, pero acepté quien soy y ya no tengo miedo —reveló Chloe.

—Es un poco tarde para eso, tú estás con Gaspard La Grange, y yo he conocido a alguien —dijo Nadmi seria.

El rostro de Chloe asumió una expresión de asombro - ¿Quién es? —inquirió.

—Alguien que no tiene miedo —contestó Nadmi.

—Tienes razón, después de todo fui yo quien te dejó ir, cometí un error al venir aquí —murmuró Chloe y se marchó.

De camino hacia su caballo se detuvo junto a un árbol y llevó una mano al pecho, se sintió devastada porque sus decisiones la llevaron a la dirección opuesta a la felicidad, al principio tras aquella primera vez con Nadmi descubrió que sus sentimientos iban más allá de un simple deseo sexual lo que la asusto mucho y la hizo escapar a los brazos de Gaspard donde creyó que tendría una vida simple, pero se percató como cada noche a la única persona que deseaba a su lado era a Nadmi, no obstante, cuando al final aceptó ese amor del que siempre huyo fue muy tarde porque ya no encontró en la mirada de Nadmi esa calidez que por muchas ocasiones la hizo sentir viva, ella la vio de una forma diferente tan fría y vacía. Chloe se dio cuenta qué pasó a formar parte del pasado de aquel demonio de cabello fuego.

De la propia historia...

Jarveil entró a la oficina de Sam sin siquiera anunciarse.

—Tú le dijiste la verdad a Alice ¿Cómo pudiste hacer algo así? —preguntó furioso.

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