Capítulo 28: Necesitas saberlo.

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De la propia historia...

John Clementine estaba en el despacho de su casa cuando llamaron a la puerta, pronto dio la indicación de que pasara quien fuera.

—Tu ama de llaves es muy bella —dijo Roz el demonio de la vanidad, quien llevaba puesto un elegante vestido de color guinda.

—Te dije que no te atrevieras a venir a mi casa —reprochó Clementine.

—No se te olvide que tenemos un acuerdo, me ibas a proveer de jóvenes y protección del gobierno a cambio yo te iba a entregar a más demonios para tu causa ¿Acaso no ves lo maravilloso que marcha todo? —preguntó Roz con una ceja levantada.

—Tenemos una guerra contra Peyton, el alcalde retiró a las Tres Familias de los asuntos gubernamentales, no sé qué pueda ser lo bueno en eso —objetó Clementine.

—¡Por favor! Tú e Iván están por encima de eso, fue una lástima que tu idea de asesinar al alcalde saliera tan mal, te dije que los jóvenes de aquí no sirven ni para freír una tostada —se burló Roz.

—Quería sacar a Jarveil Bloom del juego así al fin Iván Armagnac alabaría mi trabajo, pero resultó todo lo contrario, me regaño por haber hecho algo tan bajo e incluso suspendió mi asistencia a las reuniones con Los Aliados —explicó Clementine.

—Tu movimiento fue brusco e inapropiado, aunque no me explico por qué Iván aún quiere vivo a Jarveil si ese idiota le está causando muchos problemas —comentó Roz.

—Con sus años Iván ya no es el que era, a mi gusto se ablandó demasiado, además, le tenía mucho aprecio al abuelo del alcalde porque le salvó la vida en varias ocasiones, creó que no lo quiere asesinar porque el alcalde aún no tiene hijos, si él muere su prole se extinguiera quizá eso detiene a Iván —confesó Clementine.

—Es todo un sentimental nuestro querido Iván, pero a todo esto ¿Qué opina el líder? —cuestionó Roz.

—Sus planes continúan inalterables, tú sigue enviando a todos los monstruos que puedas a Pendingrin, el acuerdo debe cumplirse, nosotros entregamos este lugar y ellos nos dejaran vivir en paz —expresó Clementine que recordó el acuerdo del líder de Los Aliados con los monstruos y demonios, Pendingrin pasaría a ser la primera ciudad de demonios.
El líder entregaría todas las facilidades para que eso sucediera a cambio los demonios y monstruos estarían siempre a su merced, serían un ejército privado para él.

Pensamientos de Alice:

Había pasado dos semanas desde que me mudé con Nadmi y sin dudas fue un acierto irme de la casa de Míriam, me sentía renovada como si hubiese recuperado la parte que perdí cuando me casé con Jarveil, volví a ser yo misma, tenía un motivo que era la escuela y cazar a demonios, aunque con la guerra desatada salir de casa se complicó, todo el pueblo de Pendingrin se guareció en sus casas en espera de que el gobierno hiciera algo más que solo cuidar la parte alta.
Con Nadmi ayudábamos a los soldados que se apostaron en el bosque, no obstante, eran apenas unos cuantos y algunos ni siquiera sabían disparar.

Villana:

En este cuento que no se terminó de contar, quizá eras un monstruo que yo convertí en hada, no tuve el tiempo suficiente para conocer más de ti, nuestros momentos apenas fueron suspiros que se encarnaron en mi alma y que nunca olvidé.

Tal vez eras la villana, aun así, yo me enamore de ti, no tuve el tiempo suficiente para tenerte entre mis brazos, quizá en algún sueño me veas junto a ti, un corazón que te amara hasta el fin.

En mis ojos sin vida, en esta sonrisa vacía y en mi alma sin esperanza brilla un vestigio de un buen sentimiento, algo tan bello que me iluminó estos años en espera de volver a verte.

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